Luego de pasar un rato bromeando en el balcón volvemos a dentro, ordenamos algo para comer entre los tres decidiéndonos por comida china de una tienda cercana, la cual no tardo demasiado en llegar con nuestro pedido y por lo que acabamos en la cocina. No fue hasta que quede satisfecho, ordene parte de los platos y demás, que fui recién a ordenar mi habitación, mientras que Erick proseguía su charla con Catia, de modo que así fue como termine tirando toda la ropa sobre la cama, todas aquellas prendas que había Erick, en conjunto con otro amigo, rescatado de las manos de la residencia de la universidad, que de no ser por ellos dos, de seguro la habrían arrojado a la basura.
Una a una voy probando las prendas para seleccionar aquellas con las que me voy a quedar y otras que donare, a medida que voy probándome gran parte de las camisetas me doy cuenta de que me quedan un poco ajustadas de los brazos, así como los pantalones un poco cortos, así que con esto voy aceptando el hecho de comprarme un poco de ropa con el primer sueldo que obtenga.
Suspiro, la mayoría será donada así que las voy arrojando en una caja de cartón, estoy tan concentrado en ello que no escucho la puerta siendo abierta, ni me percato de la presencia de Catia hasta que la escucho hablar.
— así que al final la enamoraras.
Dice sin más sorprendiéndome y logrando que me ladee a verle, encontrándola en la entrada de mi cuarto. La contemplo pensando en la forma en que lo ha dicho y que claramente lo hace sonar más horrible de lo que es.
— creo que no tenía muchas opciones, después de todo Erick es un experto en convencer y persuadir a las personas —me excuso sin dar muchas explicaciones y no queriendo profundizar en ello— pensé que ya te habías marchado.
Según lo que recuerdo de Catia, en nuestros tiempos de universidad, ella era una mujer realmente curiosa y eso a veces no fue demasiado bueno, en lo personal siempre llegaba de algún modo a molestarme, como en esta precisa circunstancia, además no quiero hablar ya del asunto.
— aún es un poco temprano... —responde ya entrando en el cuarto— sabes que, si ella se entera de la verdad, te odiara.
No podría evitarlo, ella haría lo posible por obtener información. Volví a centrarme en las prendas de vestir que tenía esparcidas en mi cama.
— entonces hare lo que sea para que no lo haga.
— y ¿Qué si tu eres el que se enamora?
Detuve mi quehacer. ¿Es que acaso me ha leído los pensamientos de hace un momento?
Sin embargo y siendo sincero conmigo mismo, aquella opción debía de ser evitada si las heridas de mi pobre corazón aun no sanan, por lo menos en un comienzo.
— no lo haré.
Reafirmo esta vez para ella, sin apartar mis ojos del traje que utilizare mañana.
Deja escapar un sonoro suspiro para después tomar asiento en un costado de la cama, cruzando rápidamente sus piernas y trayéndome recuerdos vagos de la entrevista de trabajo de esta mañana.
— tengo un par de corbatas en mi piso, pero a cambio quiero una cita contigo.
Alce mis cejas, aquello sí que era inesperado. En un principio guardo silencio al tiempo que me giro a verle.
— ¿tantas ganas me tienes?
Interrogo engreídamente, a la vez un poco divertido y sonriéndole.
— no te creas tanto... es una de esas fantasías que quiero hacer realidad, además y siendo honesta siempre me has parecido atractivo, pero entonces Ana apareció y empezaron a salir, y bueno no pude hacer nada.
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Ella es mi Jefa. SIN EDITAR
RomanceBen Mathews, acaba de salir de prisión y no tiene nada con lo que pueda sustentar su vida, es entonces que su mejor amigo decide darle una oportunidad para reescribir su vida y la cual es dejar su orgullo de hombre para trabajar bajo las órdenes de...