Me mantengo con las manos cruzadas en mi espalda baja, al mismo tiempo que habló con Verónica y Lucy, en espera de que ella llegue como todas las mañana, solo que esta vez sin compañía de Corman. Estamos así hasta que visualizamos el coche de Alise llegar, del que desciende vistiendo una falda negra ajustada que le llega hasta las rodillas, con unos zapatos de tacón a juego del mismo color. Una camisa blanca con una chaqueta sobre sus hombros.
– buenos días, señorita Burrell –decimos a la par cuando está en el interior del edificio y a solo pasos de donde estamos los tres.
– buenos días –responde extrañada por la ausencia de mi compañero– cierto, hoy es el día libre de Corman.
– sí, señorita Burrell –habla Lucy al tiempo que ambas se encaminan al ascensor– el ha dejado todas las indicaciones a Mathews, para que no haya complicaciones o infortunios el día de hoy.
Miro de reojo como ambas se marchan en el interior del ascensor, mientras Verónica vuelve a su puesto de trabajo. Quedándome con tiempo libre hasta las diez con veinticinco cuando Alise, baja y me veo en obligación de hacer lo indicado el día de ayer así como hoy en la mañana.
Abro la puerta trasera del coche apenas estoy cerca de este, el que ha aguardado por nosotros dos a las afueras del edificio hace solo veinte minutos. En el trayecto todo es silencio, lo que me parece más cómodo mientras me aventuro en las calles de la ciudad. Según tengo entendido todo se trataba de una entrevista y tenía en mente aquello a medida que nos adentramos dentro de uno de los destacadas edificaciones de una revista popular de la que había oído hablar a la novia de Erick, dejando el coche con un joven dispuesto a cuidarlo en nuestra ausencia.
– estas muy callado –comenta cuando las puertas del ascensor se cierran delante de nosotros luego de que la recepcionista nos recibiera y nos indicara que debíamos ir hasta el piso tres– ¿es que acaso Corman te ha asustado, el día de ayer con sus indicaciones?
Se gira a verme con una sonrisa en sus labios por lo último.
– tranquilo, usualmente no muerdo –agrega divertida.
No tengo tiempo para decir algo cuando las puertas se abren y nos encontramos con alguien que lleva una identificación colgando en su cuello.
– mucho gusto, Alise Burrell. Soy Joel –habla el chico sonriendo y invitándonos a que le sigamos– es una grata sorpresa que finalmente nos diera una entrevista.
– han insistido demasiado –responde ella con cortesía– y ¿por qué no? ahora que los errores del pasado parecen haberse quedado atrás –prosigue una vez que entramos en una especie de despacho donde hasta hay un lugar con un fotógrafo a la espera– ¿han leído mis condiciones?
– sí –afirma el chico deteniéndose frente a una mujer que se encontraba sentada en una especie de sofá– ella es Linda... encargada de entrevistarla.
– un gusto –se dicen una a la otra dándose un apretón de mano para luego ser invitada por la entrevistadora a tomar asiento en otro sofá que está justo en frente del que ella estaba.
– y el...
– viene conmigo –habla Alise– es mi guardaespaldas personal.
– ¿si quieres puedes quedarte por aquí? –señala el joven un lugar un poco apartado de donde ambas se encuentra.
Intercambio una mirada con Alise, antes de irme hasta un costado de donde ambas estaban, para no molestarlos ni interrumpirlos.
La entrevista comenzó bien, bromearon en un comienzo, hablaron de cosas del futuro de la empresa, de si extrañaba las pasarelas o las cosas de moda, todo agradable y correcto hasta que llegaron al tema del pasado, sobre problemas familiares, de una supuesta infidelidad por parte de su exnovio, incluso haciendo referencia al maltrato que recibió por parte de este, lo primero lo negó con seriedad, una que no había visto hasta ahora, ignorando lo segundo. La cosa fue a peor cuando nombraron a su padre por un supuesto fraude y que eso le había provocado la muerte...
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Ella es mi Jefa. SIN EDITAR
RomanceBen Mathews, acaba de salir de prisión y no tiene nada con lo que pueda sustentar su vida, es entonces que su mejor amigo decide darle una oportunidad para reescribir su vida y la cual es dejar su orgullo de hombre para trabajar bajo las órdenes de...