El lunes llego y como todas las mañanas cumplimos con el típico protocolo de saludarla en la entrada, solo que esta vez me mantuve inexpresivo evitando su mirada. Corman, por su parte, se dio el gusto de regañarme por la marca que sobrestacaba en mi cuello, ya que aquel gesto no era de lo mejor visto entre trabajadores de los otros sectores del edificio y lo pude confirmar por mi mismo cuando dos secretarias pasan por mi lado, para después en la distancia cuchichear entretenidas. Claramente no podía defenderme diciendo: - ey, me lo hizo la mujer que respetas y que además es nuestra jefa -porque una de dos; o no me creían o me despedirán, o peor, se armaría un revuelo.
Respire profundamente cuando mi compañero de trabajo me reprendió por segunda vez con una mirada, para después desaparecer con un guardia de seguridad.
- ves -habla Lucy a mi lado- por eso debes evitar ser tan obvio.
- ¿tan obvio? Por favor, no empieces ahora tu, Lucy -digo ya comenzando a molestarme.
Estaban realmente exagerando y ahora confirmaba mi odio hacia la palabra "chupón" no es como si tuviera una enfermedad o fuera el fin del mundo, solo era una marca que destacaba en mi cuello.
- a todo esto ¿Por qué no me habla? -interrogó refiriéndome a Verónica, la cual me ha ignorado lo que lleva del día.
- trata de comprenderla, le has roto el corazón por segunda vez.
Le miró inexpresivo. Si era una broma, era de mal gusto.
- ¿Cuál es su manía con ser exasperantes y exageradas?
- no todas lo somos -respondió muy orgullosa y defendiendo a todas las que incluyera su sexo.
- tú lo has dicho "no todas" pero las que quedan, son realmente una patada en culo, Lucy.
Vuelvo a fijarme en la morena que habla con un tipo de traje, percatándome de un pequeño detalle.
- y ¿Qué tú no deberías estar haciendo lo mismo que ella?
Una gran sonrisa aparece en su rostro a lo que me fijo en las carpetas que carga en sus manos.
- me han ascendido -explica emocionada, mientras sus ojos se llenan de un brillo especial- ahora tengo oficina propia. Soy la secretaria personal de la señorita Burrell, encargada de hacer que sus órdenes se cumplan y de su agenda.
- felicitación -digo, sin poder evitar contagiarme de su sonrisa ni mucho menos de darle un abrazo.
Ella realmente se merecía ese puesto, posiblemente desde antes de que yo llegara a este lugar. Es responsable y siempre está al tanto de lo que nuestra jefa diga.
Somos interrumpidos cuando escuchamos la voz de un hombre ser alzada como, también que todo sonido a nuestro alrededor se opaca, confundidos miramos en dirección a quien ha logrado volverse el centro de atención. Es un hombre casi de mi misma altura, se podría decir que esta entre mi edad o la de Corman. Lleva un traje completo de negro, sus cabellos rubios oscuros y sus mejillas cubiertas por una barba que tenía un corte en específico.
- quiero hablar con Alise -dice, esta vez tratando de no llamar más la atención.
- como le he dicho ya señor, si usted no tiene una cita no podrá... ¿podría decirme su nombre?
- Mark Nivans... -susurro Lucy, con una expresión indescifrable en su rostro.
Ya había oído tal nombre, eso lo tenía claro pero no recordaba dónde o de quien.
Por impulso, más que nada, me gire hacia el ascenso cuando esté sonó indicando que sus puertas eran abiertas, encontrándome con Alise, la cual mira mi rostro para después pasar al del hombre que estaba dificultando el trabajo a Verónica.
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Ella es mi Jefa. SIN EDITAR
RomanceBen Mathews, acaba de salir de prisión y no tiene nada con lo que pueda sustentar su vida, es entonces que su mejor amigo decide darle una oportunidad para reescribir su vida y la cual es dejar su orgullo de hombre para trabajar bajo las órdenes de...