Estaba inquietado, claramente no podía ignorar que el miércoles se iría de viaje, ni el acertijo que comenzaba a formarse en mi cabeza. Era como si fuera su pequeño ratón atrapado en el laberinto que ella misma había creado. El otro problema era lo que mi corazón, comenzaba a alertar, mientras que mi cabeza gritaba que tuviera cuidado.
Mire afligido hacia el ascensor y después hacia la salida del edificio. El tic en mi pierna derecha ya había aparecido, así que o buscaba el medio de dejar de pensar o el minuto de salir afuera y fumar un cigarrillo.
- ¿te sucede algo? -pregunta preocupado Corman.
Entrelazo mis dedos, queriendo ocultar mi nerviosismo.
- ¿crees que podría salir un momento?
Su rostro me dice que eso no es lo adecuado, pero termina cediendo cuando se percata de mi tic nervioso. Así es como terminó sentado en una banca que hay en una plaza cercana con un cigarrillo en mano, con la sensación de estar totalmente confundido. Reconozco que esto jamás me había pasado, siempre puede haber una primera vez para todo, pero esto comenzaba a superarme y sabía que una parte era culpa mía, por haber dejado que todos los problemas se acoplaran para llegar a ser una gran montaña que estaba dispuesta a solo aplastarme.
El problema número uno, era la culpabilidad por todas esas situaciones que había querido evitar.
El segundo, la conciencia.
El tercero, saber que mi corazón comenzaba a latir torpemente.
El cuarto, las palabras de Lucy.
Y por supuesto que aquel maldito viaje, la idea o sensación de que me estuviera ocultando algo, algo importante.
Dejó escapar el humo para después soltar maldiciones hasta con la mirada, de aquello me percate cuando una niña decidió correr evitando recoger una moneda que estaba justo en frente de mi.
Llegue al departamento a eso de las dos de la madrugada, estaba un poco ebrio por lo que no pude evitar tropezar en eso de poner la llave en la cerradura ni mucho menos no fingir asombro, cuando un preocupado Erick se coloca de pies al verme en tal estado. Llevaba puesto ese horrible pijama que parecía de abuelo, pero que no lo era realmente.
- ve a dormir, Erick.
Digo tambaleándome. Apoyo mi mano en la pared más que nada para no caerme y que sea mi soporte.
- ¿estás borracho?
No puedo evitar bufar.
¿Es qué acaso no es lo más obvio cuando ves a un tipo tambalearse en sus propios zapatos?
Camino con dificultad, depositando las llaves y el espeluznante celular que no había dejado de sonar desde hace un rato ¿Por qué? Bueno, ya no lo recuerdo.
- solo bebí... -alzo mi mano derecha tratando de recordar cuántas botellas había bebido- eso que importa.
Admito el lado terco que aparece siempre que bebo, todos tenemos un lado desconocido que solo aparece cuando nos pasamos de copas, esa que solemos ocultar cuando estamos sobrios.
- mañana trabajas.
A veces detestaba que estuviera tan pendiente de mi vida, comprendo su preocupación como amigo de no querer que cometa los errores del pasado, pero no es necesario exagerarlo. Dejé escapar un suspiro más por rendimiento.
Estuve hablando con Corman, casi toda la tarde para que me diera el día de mañana libre, dispuesto a cambio de todo lo que él quisiera y terminó aceptando mi trato después de saber lo conveniente que sería que la otra semana yo no tuviera un día libre.
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Ella es mi Jefa. SIN EDITAR
RomanceBen Mathews, acaba de salir de prisión y no tiene nada con lo que pueda sustentar su vida, es entonces que su mejor amigo decide darle una oportunidad para reescribir su vida y la cual es dejar su orgullo de hombre para trabajar bajo las órdenes de...