Capítulo 24. Algo en común.

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Cada vez que intercambiaban palabras entre ellas, Lucy asentía con una sonrisa que luego desaparecía para dejar una expresión de preocupación en su rostro, eso solo sucedia cuando me observaba, lo que yo ignoraba mirando la dirección en la pantalla que había sobre la radio. Me estaba comportando, estaba haciendo un esfuerzo sorprendente y solo por Lucy, quien ya pensaría como premiarme.

- mi madre, me estuvo contando que Corman está comprometido con mi prima Jess ¿es cierto eso? Lucy -habla Megan desde el asiento trasero.

- sí, señorita Megan. Corman está tan feliz que no ha habido día en que no hable de aquello.

- y yo que quería presentarle a Jess, un chico que estuviera más acorde a su familia.

Apreté mis manos en el volante, volviendo a preocupar a Lucy, quien iba en el asiento del copiloto. Sus últimas palabras me confirmaban el parentesco a su madre, la niñata estaba lejos de ser como Alise. 

Lucy volvió a rogarme con sus ojos que me controlara y yo no pude evitar sentir lástima. Pobre, debía de estar torturandose porque nada saliera mal.

- siempre eres así de callado, Ben.

- no -respondo deteniendo mis ojos en mi pobre compañera- solo lo soy con quienes no me agradan.

Vuelvo a ver como el rostro de Lucy, se relaja volviendo a respirar.

- y ¿Por qué no te agradaría? Digo, soy casi idéntica a mi hermana.

La observo por el espejo retrovisor. Quería ver con sus palabras cual era mi límite, quería molestarme y luego de que yo le devolviera el ataque hacerse la víctima, queriendo colocarme en el puesto del villano.

Los malentendidos están para aclararse, solo que aquí, no parecía verlos.

Al menos parecia que ambos teníamos algo en común y eso era que los dos no nos sintiéramos cómodos estando cerca, uno del otro.

- no. Usted no es igual a ella, está lejos de serlo -hablo desviando mi mirada hacia el camino- es idéntica a su madre, con eso de mirar y tratar en menos a las personas que les envuelven, de seguro es terca, arrogante y la hija de mami que no podría salir de una bronca por sí sola -su sonrisa ha desaparecido, porque sabe que no miento y eso le molesta más- acaso cree que no me he dado por enterado de lo que le dijo de mí, sin siquiera conocerme. Vamos, dígamelo en la cara, si se atreve.

Sus ojos muestran la rabia que le han provocado mis palabras, mientras Lucy está boquiabierta.

- ¿acaso no es verdad?  -dice devolviéndome el ataque.

- ¿Cómo sabe de mi existencia? - respondo ignorando su pregunta, sin quitar la vista del espejo retrovisor, viéndola incomodarse.

- un pajarito.

Dice recuperando su engreída sonrisa, debía ser paciente si no quería salir perdiendo.

- aunque ahora que te he conocido, entiendo porque ella no se ha resistido a relacionarse con un simple trabajador -vuelve a hablar con sutileza- realmente eres guapo.

Tranquilamente detengo el auto en la dirección final del gps, vuelvo a mirar su rostro por el espejo y pacientemente pido.

- dígame ¿Qué fue lo que le dijo? -presiono mis manos alrededor del volante.

- le dije que a nuestra familia le molestaría enterarse de que tiene un amante, uno que lo hace solo por el interés de su fortuna y que ¿Qué crees? Resulto que acerté, porque su expresión me lo confirmo...

En cuestión de segundos me volteo, apoyando mi mano en el asiento de Lucy y logrando que ella se preocupe más por la expresión que tengo dibujada en el rostro, al menos había conseguido su objetivo, molestarme.

Ella es mi Jefa. SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora