Los siguientes días no pude evitar seguir colándome en su oficina, era asombroso escucharle hablar de todo lo que hacía para mantener la empresa, se estaba abriendo a mí más de lo que yo podría imaginar y lo pude confirmar cuando ríe a gusto después de que le cuento sobre un anécdota de mi juventud. Desde ese momento coloque como objetivo hacerla reír siempre que se me diera la oportunidad.
Claro que existía un muro, en todo tipo de situaciones o momento siempre los hay y aquí parecía haber un sinfín. Siempre que estuviéramos con alguien más, ella era un bloque de hielo y su sonrisa se transformaba en una que no puedo describir, sus ojos eran como un halcón y su seguridad se transmitía en cada poro de su piel.
Desvié mis ojos a las dos secretarias que pasaron a mi lado, cuando les escuche claramente decir:
"- sabías que la secretaria que estaba en la puerta de la señorita Burrell, fue removida-"
Aquello no iba a pasar desapercibido, aunque se la hubiera tragado la tierra. Corman, Verónica, Lucy y Alexander solo lo habían ignorado, al parecer se les daba mejor hacerlo con cosas que eran más interesantes.
El segundo cambio lo hizo prohibiendo a todo trabajador revisar las cámaras de seguridad sin permiso del encargado o de ella, estaba asegurándose de que mis visitas a su oficina no fueran descubiertas y lidiando de alguna u otra forma con las consecuencias de nuestros actos, por sí sola.
- ¿A dónde vas?
Me giro a ver a Lucy, cuando ya me estoy disponiendo a dejar la mesa en la que estamos almorzando para marcharme a mi visita habitual.
- necesito hacer unas llamadas -miento.
La verdad era mejor mantenerla para mí mismo.
- ¿te has conseguido una chica? Porque si es así podrías presentarme a sus amigas, me he comenzado a sentir solo.
Corman, estaba ausente y por tanto solo me tocaba estar con los tres.
- tus problemas en la cama guardatelos para ti mismo, cielo -le reprocha Lucy entrecerrando sus ojos.
- ui -exclama Alexander- parece que tu nuevo novio no están bueno, como lo aparenta.
Me fijo de reojo como Verónica se golpea la frente con la palma de su mano, al tiempo que Lucy alza las cejas, buscando que decir ante unas palabras que podrían o no tener su doble sentido.
- ¿Por qué dices eso? -interroga.
Están comenzando a recordarme los últimos meses de preparatorias con estas discusiones.
- porque Mamacita, al parecer ni el mal carácter te lo quita de seguro estando entre sábanas.
No puedo evitar asombrarme, ahora entiendo a Verónica y a la vez lo gracioso que resulta ver a Lucy, cuando su rostro se vuelve literalmente un tomate. Alexander todo triunfante se coloca de pies, dando a conocer que era su victoria.
"¿lo era? ¿Por qué dices eso? Ben"
De seguro estarán preguntándose eso, pero así es, lo era. Me quedo sin palabras cuando Lucy le lanza el pudin de chocolate, que había cogido como postre, por la cabeza a Alexander y este se gira asombrado.
- ¡eres un imbécil!.
Alexander, se pasa el dedo por la frente por donde ha comenzado ha escurrirse el postre. Más de una mirada curiosa se queda viendo nuestra mesa y eso lo demuestran con su silencio repentino.
- vamos Alex y Lucy ¡estamos en el almuerzo y en EL TRABAJO!
Habla Verónica tratando de aligerar las cosas. Retrocedo dos pasos cuando veo como Alex, la apunta tomando un vaso de jugo que estaba cerca, el cual le lanza a Lucy en todo el rostro, el líquido se escurre por gran parte de su ropa.
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Ella es mi Jefa. SIN EDITAR
RomanceBen Mathews, acaba de salir de prisión y no tiene nada con lo que pueda sustentar su vida, es entonces que su mejor amigo decide darle una oportunidad para reescribir su vida y la cual es dejar su orgullo de hombre para trabajar bajo las órdenes de...