Capítulo 10. Consejo.

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Para cuando termina mi horario de trabajo ella ya se ha marchado y yo salgo del edificio a las ocho, recordando el tratar de saber por parte de algún conocido sobre mi viejo amigo de infancias que fue casi un hermano para mí. De entre los bolsillos de mi pantalón saco mi celular comenzado por llamar a Erick, quien no me contesta por lo que voy pasando al siguiente número, Catia.

– dime que me llamas de un celular nuevo y que ya no tienes el que utilizabas en la universidad –dice apenas atiende mi llamada y de lo que frunzo el ceño.

– ¿Qué tiene de malo? Por cierto, se dice "hola" primero y ¿Cómo has llegado a semejante conclusión?

– es una chatarra antigua y es el mismo número de ese entonces –dice logrando enfadarme un poco al sentirme ofendido.

– me gusta –finalizó antes de que comencemos alguna disputa– te llamaba para preguntarte si sabes algo sobre el chico que te presente en mi primer año en la universidad, aquel que iba a una universidad de prestigio estudiando psicología. Su nombre era Daniel McCarthy, le solía llamar Danny o Desqui.

– ¡ah! –exclama como si lo hubiera recordado– el chico que casi era un poco moreno con el cabello negro y peinado hacia arriba, el que tiene bonita sonrisa.

¿Bonita sonrisa? Vaya, recuerdo que su madre constantemente se lo decía en esos momentos que se entristecía, además le indicaba que siempre que sonreía era como ver un sol brillante porque siempre contagia a todos los que estaban a su alrededor.

– si no mal recuerdo fue quien te utilizo como muñeco de sebo para practicar su hobby de tatuador...

– fueron sus mejores trabajos –le corrijo mirando a ambos lado de la calle para cruzar– ¿sabes dónde puedo encontrarlo?

– sí, debes en cuando hablamos. Ahora tiene una tienda de tatuajes, te mandaré la dirección por mensaje. Fue uno de los que se lamento demasiado el estúpido deseo que nos antepusiste a todos, ese de que nadie fuera a verte a prisión ni cuándo fuiste juzgado –sonrió ante semejante desprecio que denota su tono de voz en lo último que ha dicho– ve y mándale saludos de mi parte.

– vale, gracias...

– espera –dice antes de que aparte el celular de mi oído– ¿sabes lo de su madre?

Me detengo en medio de la calle al tiempo que las personas siguen su camino y un par de estrellas se logran ver en el cielo debido a la contaminación lumínica.

– lo sé.

Su madre falleció en el tercer año que estaba en prisión, Anastasia, mi ex novia fue quien llamó por celular para informarme, ya que a ella también se lo había presentado y aparte porque a Daniel se le daba de maravilla hacerse de amistades.

Nos despedimos y en cuestión de minutos tengo dicho mensaje en la pantalla de mi celular, la leo y luego pido un taxi.

La tienda tiene un letrero en frente que dice "Tattoo Black D" la ventanas dejan entre ver el interior del lugar, donde una que otra persona hay.

Sin más entro escuchando una campanita repercutir apenas abro la puerta, sobre mí.

– bienvenido ¿en qué le puedo ayudar? –habla una chica que está en una especie de escritorio un poco transformado en otro amueblado.

– estoy buscando a... –la miro detenidamente, lleva el cabello corto por encima de sus hombros en conjunto con fleco que oculta su frente, en un color lila. Estoy seguro que esta por mi edad pero no lo aparenta de seguro por la ropa y el color de pelo que lleva.

– Sam, no sabes donde deje mis lentes... –habla alguien apareciendo desde el interior y al que apenas me ve deja sus palabras a medias y su rostro es de pura sorpresa– ¿Ben?

Ella es mi Jefa. SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora