Hanna Stilinski [Teen Wolf - Liam Dunbar]

Capítulo 3

Para almorzar Noah pide una pizza americana luego de habernos preguntado si eso era lo que queríamos. La verdad es que mi apetito está por lo suelos, pero no quiero ser grosera y negarme a lo que ellos están invitando.

—Hmm... —susurro cuando veo a Stiles frente a mí. El chico me observa y yo sólo atino a mirar hacia el piso —¿Me puedes decir donde está el baño? —murmuro tan bajo que espero que me haya escuchado.

—Claro —Stiles estira su brazo y me señala una mediana puerta. Agradezco y a paso rápido me dispongo a entrar al lugar.

Al cerrar la puerta tras de mí, suelto un suspiro cargado de angustia y nerviosismo. Niego levemente con la cabeza y me dispongo a hacer mis necesidades. Luego me dispongo a lavar mis manos y mojo mi rostro unas cuantas veces.

—Tú puedes hacer esto, Hanna —susurro tratando de alentarme. Observo unos segundos más mi reflejo y me dispongo a salir de mediano espacio.

Noah informa que la pizza acaba de llegar y nos sentamos a la mesa, Noah y Stiles sentándose al frente mío. Al observar la pizza confirmo que mi apetito ha desaparecido. Amo la pizza, pero en este preciso instante sólo tengo un nudo en el estómago.

Para no ser descortés me obligo a agarrar una pequeña rebanada de pizza y le doy el primer mordisco, aunque lo único que quiero hacer es echarme en la cama y cerrar mis ojos hasta quedar dormida, olvidándome de completamente de todo.

El lugar está envuelto en un silencio que, hasta ahora, no puedo definir si es uno incómodo o no. O nadie tiene nada que decir o no nadie sabe cómo empezar la conversación, aunque me parece que es más la segunda opción. Noah me observa de vez en cuando al igual que Stiles.

"Deben dejar de mirarme así o vomitaré de los nervios"

—¿Y qué quieres hacer para tu cumpleaños? —de pronto la voz de Noah interrumpe el hilo de mis pensamientos.

"Mal comienzo, hombre"

La verdad es que no le tomo la importancia debida a mi cumpleaños, no me emociona mucho celebrarlo. Simplemente lo paso como un día más. Aunque sé que debería sentirlo más especial, o eso es lo que me dice mi madre todo el tiempo.

Normalmente salimos a cenar con mamá y Cole -o el novio del momento- Ambos pasaban la noche pegados como lapas y, en esas situaciones, siempre quería desparecer y reaparecer en mi cómoda cama para ver una película o leer un libro. Luego, ellos me entregaban su obsequio y listo, el día se acababa.

¿Por qué no lo celebraba con mis amigos? Porque no lo consideraba sumamente importante. Además, ellos siempre querían una gran fiesta y yo no hacía nada de eso o no quería hacerlo. Mi amiga más cercana era dos años mayor que yo y tenía otras ideas de cómo se celebraba un cumpleaños. Yo siempre fui la pequeña y aburrida del grupo.

"Que aburrida vida tienes, Hanna"

—No sabía que te acordarías —hablo tomando un sorbo de gaseosa para tratar de relajarme. Trago y continúo mi discurso improvisado —Pero no haré nada. No suelo hacer nada.

Ambos se miran entre sí y luego a mí.

—¿Por qué no? —cuestiona Stiles mordiendo un pedazo de pizza.

—No sé, mamá ya no estará. Aunque cuando está no solemos hacer la gran cosa. Pero no se preocupen, estaré bien así —hablo mostrando una diminuta sonrisa. Mamá ya me dio mi regalo y con eso basta, no es como si quisiera montar una enorme fiesta. Son sólo catorce años.

Noah parece querer decir algo más, pero termina guardando silencio. Stiles cambia radicalmente de tema y empieza a preguntar y hablar cosas triviales. Luego de unos minutos Noah se le une y es ahí cuando la pequeña conversación se desata, yo haciendo mi mayor esfuerzo para no caer en un silencio incómodo.