8 MESES DESPUÉS.
—Otra vez —repite la persona que tengo al frente. Yo lo observo algo incrédula por su petición, estoy exhausta y él quiere que lo vuelva a intentar.
—Pero...
—Esto es importante, Hanna, debes hacerlo —suelto un suspiro y cierro mis ojos. Tomo una respiración profunda y nuevamente intento hurgar en su mente. Las barreras que él coloca son fuertes y engañosas. Sé que lo hacía apropósito, sé que quiere hacerme más fuerte.
»¿En qué estoy pensando?
—En tu hija —susurro y abro los ojos, saliendo totalmente de su cabeza.
—Eso es, muy bien —él halaga con una sonrisa plasmada en su rostro, algo inusual. El hombre frente a mí no sonríe muy a menudo, pero cuando lo hace, sé que es un gesto genuino.
—Hablando de tu hija ¿puedes dejarla ir conmigo a comer un helado? —cuestiono cruzando mis piernas. Él y yo estamos sentados en medio del bosque, llevamos casi una hora entrenando.
—Sólo si puedes bloquearme —esta vez ruedo los ojos.
—Agh, está bien —mascullo rodando los ojos.
—Hey, ¿Qué te dije de rodarme los ojos? —cuestiona con una voz más seria. El hombre tiene ideas algo anticuadas sobre el comportamiento de los más jóvenes para con él, también es alguien estricto, pero en el fondo es buena persona. Costó un poco para que me dejara tutearlo.
—Debes relajarte un poco. Sólo son ojos —le digo con una pequeña sonrisa. El hombre niega con la cabeza y me señala con su dedo.
—Que no se vuelva a repetir, jovencita —expresa, aunque no suena tan serio —O te haré correr 20 kilómetros, como la anterior vez.
—Está bien, está bien. Cielos, ni siquiera lo menciones. Esa vez fuiste cruel —le digo haciendo un pequeño puchero.
Él se encoge de hombros —Amber y tú no han vuelto a faltar a clases apropósito desde esa vez —acota.
Yo lo miro mal, pero hay una diminuta sonrisa en mis labios. Amber y yo nos escabullimos fuera de la escuela para ir por unos helados -aunque, en realidad, no fueron helados, tuvimos que faltar para poder encontramos con Masha y Dasha. No, no confiamos en las hermanas en lo absoluto, pero su información nos es de mucha ayuda- El padre de Amber nos atrapó cuando volvíamos, y me dijo que, no le diría nada a mi papá, si corría junto con Amber como castigo.
—Como sea, intenta entrar a mi cabeza —indico y cierro mis ojos para concentrarme. Sé que me estoy volviendo más fuerte con el pasar de los meses. Mi entrenamiento está dando resultados.
Empecé a entrenar al día siguiente de cumplir quince años, ya hace seis meses. El padre de Amber también me está ayudando con los poderes de una clarividente. En un inicio fue abrumador y casi tiro la toalla, pero Amber, siendo la buena amiga que es, me obligó a continuar.
Amber, la chica un año mayor que yo, de cabellos blancos, como la nieve, entró como estudiante nueva a mi escuela, al mismo grado en el que Liam, Mason y yo vamos. En un inicio era callada y siempre parecía estar de malhumor, pero luego de hacer un proyecto juntas, descubrí que sólo era un caparazón para protegerse de las personas. Con ella, la "conexión" sucedió increíblemente rápido.
Un día éramos extrañas y al otro día ya estaba yendo a su casa a tener un almuerzo con su familia, es decir con su padre. Su padre, mi impresión fue tal, cuando lo vi, que casi caigo de la silla. Ese hombre volvía a estar delante de mí, con una amable mirada en su rostro. Casi salgo corriendo de su casa, pero mi alvina amiga me aseguró que todo estaría bien, que primero los escuchara y luego sacara mis conclusiones. Y así lo hice y ellos me narraron su historia.
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Hanna Stilinski [Teen Wolf - Liam Dunbar]
Hayran KurguHanna grita por las noches mientras sus sueños se sienten muy reales. Hanna comienza a sentir miedo. Hanna, ahora, vive con Noah y Stiles Stilinski en Beacon Hills. "Lo asombroso de este mundo es que ni tu misma sabes cuándo serás parte de él"