Hanna Stilinski [Teen Wolf - Liam Dunbar]

Capítulo 43

El lugar se queda en completo silencio por unos segundos. Yo trato de asimilar toda esta locura. La situación es tan descabellada que me cuesta tomarla como real y no como una pesadilla. Niego levemente con la cabeza y trato de enfocarme en lo tengo al frente.

"Esto es real, Hanna, así que no hagas nada estúpido"

—Han hecho lo que les indicaste, ahora déjala ir —me atrevo a indicar, observando al hombre delante de mí. Cole me dedica una sonrisa ladina, algo escalofriante. Hace un ademán con su cabeza y, los chicos -de quizás unos 25 años, altos y con pinta de haber hecho mucho ejercicio- que la tienen sujeta, la liberan.

Mi madre avanza hacia mi dirección y yo la envuelvo en un apretado y urgente abrazo.

—¿Estás bien? ¿Qué está sucediendo? —susurro con voz angustiada. Mi madre se libera de mi abrazo, agacha la cabeza para verme y acuna mi rostro. Con sus pulgares acaricia mis mejillas, me muestra una diminuta sonrisa y me doy cuenta que deja caer unas cuantas lágrimas.

—Vas estar bien —es lo único que responde para luego elevar su cabeza y, supongo, observar a Scott y a Stiles que están detrás de mí —Protéjanla, por favor —entonces, me vuelve abrazar. La desesperación se hace más fuerte cuando escucho las palabras de mi progenitora ¿Por qué está diciendo todo eso?

Lucy se acerca a mi oreja y me susurra algo muy desconcertante, pero ni siquiera tengo tiempo de procesarlo ni de preguntarle sobre lo que me ha dicho, porque Cole comienza a hablar.

—De acuerdo, creo que he sido muy generoso, incluso les he dado tiempo para que tengan un bonito reencuentro —Cole, o cual sea su nombre, expresa en voz grave y mi madre se separa de mí —Muchachos —vuelve hacer un ademán con su cabeza y ambos chicos vuelven a sujetar a mi madre y la apartan de mí. Y, en segundos, ya tengo a Stiles y a Scott a cada lado de mi cuerpo.

—Espera, no. No le hagas daño —mis palabras salen apresuradas y con urgencia, implorando a que no lastimen a la persona que me ha dado la vida.

—Eso, mi querida Hanna, depende mucho de que hagan lo que les ordene —otra vez muestra aquella extraña y escalofriante media sonrisa —McCall y Stilinski, están aquí para presenciar esta linda escena más no para intervenir. Considérenlo como un acto de caridad. Su presencia es algo importante, aunque no significativa.

»Ahora, Hanna y, quizás, Lucy saldrán ilesas, sólo si cooperan conmigo —mi ceño se frunce ante sus extrañas palabras —Esto será rápido y todos saldrán con vida si me entregan lo que estoy requiriendo. Sean astutos, podemos irnos a nuestras casas sin que se derrame sangre —Cole sonríe.

»De acuerdo, Hanna, sólo necesito que me des el collar —empieza a dar unos cuantos pasos hacia mí, pero Stiles y Scott me ponen detrás de ellos.

—Está bien—murmuro tratando de que ninguna clase de pelea se desate —Yo... yo sólo le daré el collar y nos dejará en paz —murmuro abriéndome paso entre los dos chicos y quedo frente al hombre que nos engañó todo este tiempo. Sé que no puede caer en manos erróneas, sé que la magia que posee es poderosa y peligrosa si cae en personas equivocadas; pero no puedo dejar que le haga daño a mi mamá, no puedo.

Rebusco en mis bolsillos, pero no encuentro lo que quiere. La inquietud empieza apoderarse de mi anatomía y vuelvo a palpar todos mis bolsillos. Observo el piso, desesperada, quizás se me cayó en algún lugar. —Yo... yo lo tenía aquí, lo juro. —tartamudeo. Cole suelta un suspiro, como si la situación le aburriera y lo irritara. Entonces, voltea en dirección de mi madre.

—Lucy, tesoro, no estás cooperando. ¿Dónde lo ocultaste? Me estás haciendo perder mi tiempo.

—No vas a tenerlo, Zephyr. Nunca sabrás donde se encuentra —mi madre suena segura de sus palabras y le habla mirándolo a los ojos como si no le temiera, pero puedo asegurar que también está asustada.