Libero el grito atascado en mi garganta, no pudiendo evitarlo. Unas manos tocan mis hombros y siento ser sacudida levemente. Mis ojos se abren por inercia, haciendo que la luz natural me ciegue por unos segundos.
Aturdida retrocedo como puedo, intentando escapar de quien sea que me esté sosteniendo. Mi respiración es irregular, mi cuerpo entero tiembla y aquella sensación extraña sigue recorriendo mi anatomía.
Aquel pitido vuelve a reproducirse. Es un sonido extraño, como si escondiese los secretos más oscuros y tenebrosos del mundo, sólo que yo no soy capaz de descifrarlo. Cubro mis oídos en un intento de acallar aquel peculiar y molesto ruido, pero no parece dar resultado.
—Hanna, cariño, soy yo —puedo escuchar una voz, luego de unos segundos. Entonces, el pitido se detiene, como si nunca hubiese existido. Busco que el oxígeno entre con normalidad a mis pulmones, pero aquello es una tarea imposible.
—Mírame —exige aquella voz.
De pronto, mi alrededor se vuelve nítido y me percato que es Noah quien está de cuclillas, entendiendo que es a él a quien le pertenece la voz. Lo observo desesperada y papá se acerca hacia mí. Me toma de los hombros y me exige nuevamente que lo mire, así que enfoco mi vista en sus ojos.
—Respira conmigo, vamos, hazlo —exige, haciendo una respiración pausada y larga. Imito lo que hace y poco a poco mis pulmones se llenan de oxígeno, hasta que mi respiración se regulariza y ya no hay rastros del ataque de pánico. Mi padre suelta un suspiro, quizás, de alivio.
—¿Qué... qué pasó? —me atrevo a cuestionar, mi voz sale raposa y mi garganta sigue ardiendo. Observo a mi alrededor dándome cuenta que sigo en el estacionamiento. Sacudo mi cabeza de lado a lado.
"¿Qué es esto? ¿Es la realidad? ¿Estoy soñando?" me permito pensar, ya que tan sólo unos minutos atrás me encontraba en la escuela, de noche y con criaturas de dudosa procedencia.
—Estoy soñando —susurro, sintiendo la angustia instalarse en mi pecho. Observo unos segundos a Noah, que está con el ceño fruncido y niega con la cabeza. —Es un sueño —repito para convencerme de ello.
—Hija, cálmate —Noah me vuelve a sostener de los hombros —No estás soñando, Hanna. Esto es real —murmura y vuelvo alzar la cabeza para verlo. Es como si él estuviera pensando en algún recuerdo, como si la situación le estuviese recordando otra. —Cálmate, ven —pronuncia, luego de un momento. Me ayuda a reincorporarme y siento que el mundo gira por unos segundos. Cierro unos segundos los ojos y papá pasa un brazo por mis hombros para estabilizarme.
Me ayuda a sentarme en el asiento del copiloto y me entrega mi mochila. Limpio cualquier rastro de lágrimas de mis mejillas, tomo una enorme bocana de aire y luego lo suelto, en un intento forzoso de calmarme. Noah abre la puerta y se sienta sin encender el motor.
El lugar se queda en silencio.
—¿Qué... qué sucedió? —cuestiono, nuevamente, sin tener el valor de mirarlo. Quizás no debo estar preguntando, aquel extraño episodio debe de haber dejado a Noah muy confundido y yo no estoy lista para soltar lo poco que sé.
—No sé muy bien. Bajé del auto para ir a buscarte, pensé que no me habías visto y luego de unos segundos te encontré, estabas arrodillada en el piso con los ojos abiertos. Luego de unos segundos comenzaste a gritar —alzo un poco mi vista logrando captar su expresión. Luce preocupado y confundido.
Proceso sus palabras, pero lo que me cuenta no tiene sentido. Tuve que haberme dormido en algún momento, sino ¿cómo se explica aquello que se reprodujo en mi cabeza? Además, sentí que pasaron como media hora, no sólo minutos.
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Hanna Stilinski [Teen Wolf - Liam Dunbar]
Fiksi PenggemarHanna grita por las noches mientras sus sueños se sienten muy reales. Hanna comienza a sentir miedo. Hanna, ahora, vive con Noah y Stiles Stilinski en Beacon Hills. "Lo asombroso de este mundo es que ni tu misma sabes cuándo serás parte de él"