Hanna Stilinski [Teen Wolf - Liam Dunbar]

Capítulo 34

Llevo las manos a mis oídos y cierro mis ojos con fuerza, tratando de apaciguar el dolor. El pitido se vuelve casi insoportable cuando veo a Stiles ser atacado con un aparato que desprende electricidad. Casi puedo jurar que yo también lo he sentido y, sin poder evitarlo, caigo de rodillas sobre el pasto.

Las imágenes confusas pasan como flashes por mi cabeza y lo único que puedo retener son algunas cosas, como mi hermano y Lydia siendo electrocutados por aquel enfermero de Eichen House.

Luego ambos son atados a una columna de fierro del lugar y mi hermano forcejea para intentar liberarse.

Hablan de cosas que no logro entender del todo, algo sobre la abuela de Lydia y de cómo el enfermero la mató. Después el hombre reproduce una cinta de audio y Lydia empieza a derramar lágrimas. Mi hermano le insiste a Lydia que sólo se concentre en su voz.

Stiles le ordena al enfermero que apague aquel aparato, pero el hombre lo único que hace es propinarle un puñete en el estómago. Suelto un quejido de dolor al igual que Stiles, acabo de sentir aquel golpe y me encojo más en mi sitio.

—¡Hanna! ¡Hanna! —escucho una voz a lo lejos que poco a poco se va haciendo más nítida, y, luego, un rugido en un volumen muy bajo. Como si estuviera llamándome.

De pronto todo vuelve a la normalidad, la música y el bullicio de la gente reemplazan el fuerte pitido que resonaba en mis oídos. El dolor de la descarga y el golpe en el estómago desaparecen y sólo puedo sentir las lágrimas deslizarse por mis mejillas.

Alzo mi cabeza y Scott me observa con inquietud mientras Malia intenta sostenerse por sus propios medios.

—Hey ¿Qué sucede? ¿Qué pasó? ¿Te duele algo? —Scott me bombardea con preguntas mientras me ayuda a levantarme. No me pasa desapercibido su tono lleno preocupación.

—Yo... No, no me duele nada —murmuro aturdida, limpiando mi lágrimas con el dorso de mi muñeca —Estoy bien. Creo que he tenido una visión, pero fue diferente, yo...

—Scott, no me siento bien —soy interrumpida por Malia, que casi se vuelve a caer, sino fuera por Scott que la sostiene firmemente.

Parpadeo un par de veces y respiro hondo, pero no puedo evitar que la angustia y preocupación se instalen en mi pecho y mi corazón se estruja pensando en que Stiles está herido, y Lydia, también.