Cierro un momento los ojos y niego levemente con la cabeza, esperando a que así mi madre desaparezca.
Abro los ojos y ella ya no está.
"Basta"
Aprieto mis puños hasta sentir mis uñas enterrarse en la piel de las palmas de mis manos. Camino despacio, intentando no llegar tan pronto al lado de la tumba de mi madre. Me posiciono al costado derecho del gris ataúd, lo observo unos cortos segundos y luego clavo mi vista hacia al frente.
Mala idea.
Todas las personas me observan fijamente, expectantes, como si esperaran algo de mí que sé, muy bien, no les podré dar. Desvío mi vista y la enfoco en el arrugado papel que tengo entre mis manos.
—Mi madre... el-ella... —me detengo unos segundos y aclaro mi garganta —Mi madre era la mejor persona que pude tener. Era cariñosa, atenta y siempre podía contar con ella. Aunque a veces estuviera lejos por trabajo, siempre estuvo para ayudarme y apoyarme en lo que necesitaba —leo lo que escribí unas noches atrás, aunque las pablaras las siento vacías, como si no estuviesen teniendo el significado que deseo. Mis manos, por alguna razón, tiemblan. —Ella er... —callo abruptamente cuando volteo a la derecha y observo mi hombro.
"Por favor, vete"
Ella sostiene mi hombro, su grisácea mano está tocando la tela negra de la larga gabardina que me puse al bajar del auto. Sus dedos delgados y huesudos sostienen suavemente la prenda. Mi vista, ahora, se enfoca en el verde jardín y, sobre este, hay unos pies descalzos del mismo color que aquella mano.
No me atrevo a alzar la mirada, pero sé que es mi madre, o por lo menos una figura idéntica a ella. Hasta, incluso, puedo divisar el mismo atuendo con el murió.
"Ya basta, por favor" grito dentro de mí, esperando que mi mente deje de jugar con mi cordura y deje de proyectarme a mi madre muerta.
—Mi madre era... —callo otra vez cuando su agarre en mi hombro se intensifica. No puedo seguir, no con ella a mi lado, no con todos observándome —Perdón...Yo n-no...no puedo —arrugo el papel dándole forma de una pelota de tenis y lo guardo en el bolsillo de la gabardina. La angustia se instala en mi sistema y siento que colapsaré en cualquier momento.
Sin observar a nadie, empiezo a correr sin un rumbo en específico, aunque puedo ver que me adentraré a un pequeño bosque. Necesito alejarme, necesito espacio. Debo dejar de ver a mi madre muerta.
Corro sin detenerme, aunque escuche la voz de Liam, papá y Stiles, pronunciar mi nombre.
"Ni siquiera esto puedes hacer bien, tu madre merecía esas palabras" mi cabeza se burla de mí.
Luego de estar unos minutos corriendo, me detengo para poder llenar mis pulmones con aire.
—¡Maldición! —estrello uno de mis puños contra aquel enorme tronco de uno de los tantos árboles que tengo a mi alrededor. El dolor se extiende por toda la zona, haciendo que me queje por aquel arranque de ira y tristeza.
Termino soltando un sollozo, termino desmoronándome contra la tierra y pasto, atraigo mis rodillas hasta mi pecho y las abrazo, escondiendo mi rostro en ellas.
"No tengas un ataque. Respira, Hanna"
"Respira"
Hago lo que mi mente me indica, cierro los ojos y solamente me concentro en mi respiración. Necesito calmarme, no puedo permitirme tener un ataque de pánico, no en medio del bosque. Pasan los minutos y soy capaz de respirar con normalidad, o me convenzo de ello. Aunque me doy cuenta que no puedo controlar las lágrimas que derramo, no puedo dejar de llorar.
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Hanna Stilinski [Teen Wolf - Liam Dunbar]
FanfictionHanna grita por las noches mientras sus sueños se sienten muy reales. Hanna comienza a sentir miedo. Hanna, ahora, vive con Noah y Stiles Stilinski en Beacon Hills. "Lo asombroso de este mundo es que ni tu misma sabes cuándo serás parte de él"