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Dejó a Carlos en su casa y se dirigía hacia la suya.
Eran casi las 3 de la mañana.
A pesar de ir ebrio era un buen conductor, respetó los límites de velocidad y llegó a su departamento sin problemas.
Entró y se sentó sobre su nueva mesa. Las cosas le daban vueltas un poco.
Su teléfono sonó.
Número desconocido.
Supuso que era algún pobre idiota de alguna compañía telefónica que le llamaba para tratar de cambiarlo de compañía.
Pero eso perdió totalmente el sentido cuando recordó que eran las 3 de la mañana.
¿Qué puta compañía telefónica sería tan jodidamente enferma para llamar a alguien a las putas 3 de la mañana?
El teléfono seguía sonando.
Contestó.
- ¿Hola?
- Vaya, pensé que nunca responderías. -- Dijo una voz metálica al otro lado de la línea.
- Siento mucho decepcionarte.
- Oh, para nada.
Un pequeño silencio envolvió la conversación.
- ¿Quién eres y qué putas quieres?
- ¿Quien soy? Soy el pasado.
- ¿Si? Pues yo soy el puto presente y no tengo tiempo para mierdas del pasado.
- Oh, claro que tendrás tiempo. Tendrás mucho tiempo para los errores del pasado. Gastón.
Oírlo decir su nombre lo hizo sentir un escalofrío por la espalda.
Entonces recordó la nota que habían dejado en su portón.
- "Los errores del pasado siempre regresan."
- "Siempre" -- Concluyó la voz metálica.
Modulador de voz posiblemente.
La cerveza desapareció de su cuerpo en ese momento.
- ¿Quién eres? -- Dijo firmemente.
- ¿Intrigado Gastón? Soy un error del pasado que ha venido de vuelta para hacer de tu recién iniciado paraíso un infierno.
- ¿Quién eres? -- Repitió. Furia en su voz.
- Soy un fantasma que viene a atormentar. A ti, y a tus amigos.
Por un segundo llegó a imaginar que sería una mala broma.
- ¿Si? Suerte con ello. Si llego a saber quien eres..
- ¿Harás qué? -- Interrumpió. -- ¿Golpearme? Qué incivilizado.
La situación empezaba a irritar a Gastón.
- ¿Quieres jugar bastardo? Pues empecemos a jugar.
- ¿Empecemos? Gastón, se ve que no has puesto atención. Esto inicio desde el lunes.
El recuerdo vino a su mente como un relámpago.
- El Hombre de Negro. -- Susurró.
- ¿Tu mente escritora me apodó asi? -- Se burló. -- Bien, seré el Hombre de Negro. Y será mejor, que empieces a ver más allá de lo obvio.
Colgó.
Intentó llamar nuevamente al número pero nada. La llamada jamás entró.
Posiblemente había apagado el celular o había quitado el chip.
Permaneció sentado en su mesa. Se reclinó sobre la silla pensando en esa última parte.
"Ver más allá de lo obvio."
¿A qué habrá querido referirse con eso?
Intentó pensar más acerca de ello pero los párpados le pesaban. También el cuerpo.
Instantáneamente se sintió muy cansado. La cerveza ya había surtido efecto.
Cerró los ojos.

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