15
Martes.
Salió a patinar casi antes del anochecer, necesitaba aire.
El rostro aún le dolía, pero era un dolor menor. Se le pasaría pronto.
Como siempre.
Salió de casa con la excusa de comprar cigarrillos, pero aprovechó el momento para perderse un rato en el centro.
Se detuvo en una de las varias tiendas del centro para comprar su preciada cajetilla. Y al salir ya llevaba encendido uno.Cuando regresó a su casa vio un nuevo mensaje escrito en papel, pegado en su reja.
"Vaya espectáculo diste esa noche."
Supuso de quién era el mensaje, y el cómo sabía lo que sucedió la noche anterior.
Entonces se dio cuenta de algo inquietante.
Lo estaba checando. Sabía cuándo y cuándo no estaba en casa.
Arrancó el mensaje.
Entró a su casa y se sentó en el sofá.
Sujeto el papel frente a sus ojos.
"¿Quien putas eres?" Se preguntó a si mismo.
Justo cuando se preguntó eso su teléfono sonó.
Eran mensajes del grupo de sus amigos.
Al abrirlos se quedó anonadado.
Todos habían recibido un mismo mensaje:
"Los errores del pasado siempre regresan. Y ahora. Todos están avisados."
- Algún pendejo nos quiere jugar una broma. -- Comentó Oscar junto a una foto del mensaje que había recibido también.
- ¿Quién sería tan enfermo de dejarnos un mensaje así? -- Preguntó Carlos.
Gastón no sabía si comentarles de su encuentro con el Hombre de Negro.
- ¿Tu no recibiste algo Gastón?
Ese mensaje lo sacó de sus pensamientos.
No sabía qué responder a eso, así que respondió con la verdad.
- Si, hace unos días recibí un mensaje así. Y una llamada de un número que desconozco.
- Espera -- Comentó Miguel. -- ¿Éste es el número de casualidad?
Envió una captura de pantalla de una llamada perdida.
Era el mismo número.
- He recibido llamadas de éste número pero jamás contesto. -- Prosiguió.
- ¡Jodete! -- Brandon. -- Yo también.
Uno por uno sus amigos confirmaron haber recibido llamadas del mismo número en las últimas dos semanas.
- Muy bien. Parece que alguien quiere jodernos.
- Tal vez sólo sea un pendejo que se siente el chistoso, Lalo. -- Pablo trató de normalizar la plática.
- O tal vez no. -- Comentó Gastón.
De entre las muchas cosas que era, Gastón era un tanto paranoico.
Y sabía que no era una broma. O por lo menos lo presentía.
- En la nota dice que es un error del pasado. -- Carlos. -- ¿Qué error pudimos cometer antes para que sea importante para él?
La conversación quedó en silencio por un momento. Tal vez todos pensaban en el mismo error.
No fue sino hasta que Miguel quiso evidenciarlo.
- ¿No creerán que de trata de..? Ya saben.
- No, absolutamente no. ¿Cómo sería posible? -- Atacó Oscar.
- Pues es lo único en lo que puedo pensar en este momento, es decir, todos estamos involucrados en eso.
- A menos que los muertos se levanten como en las películas, lo creería.
- No necesariamente estamos hablando de él. -- Interrumpió Carlos.
- ¿Entonces de quién?
La conversación quedó en silencio varios segundos.
- Ni puta idea. -- Respondió Oscar finalmente. -- Pero lo que sé es que es sólo un pendejo que busca chingarnos, y vamos a ser nosotros quienes lo chinguemos a él.
Sus amigos estuvieron de acuerdo con Oscar. No iban a dejar que alguien los intimidara.
Ya habían pasado por problemas un poco peores anteriormente.
Pero Gastón tenía un mal presentimiento sobre esto. Su mente paranoica lo hacía pensar que no se trataba de cualquier pendejo.
Por que cualquier pendejo no se toma el tiempo para buscar la casa de todos sus amigos, (Incluida la de él) sólo para dejarles una amenaza.
Se trataba de algo más. Estaba seguro de eso.
Aún tenía el trozo de papel en la mano.
Esta vez no decidió romperlo.
Subió hasta su cuarto y pegó la amenaza en su pared.
La contempló por un largo rato.
- ¿Quién vergas eres? -- Susurró.
No podía ser el gorila. Nisiquiera sabía quién era Gastón cuando se madrearon aquella noche.
Lo descartó enseguida.
Consideró lo que Miguel quiso dar a insinuar.
Pero no podría ser él. Ya habían pasado 6 años. Tiempo suficiente para que estuviera más que tieso bajo tierra.
Pero, a fin de cuentas era un error del pasado.
Y según el Hombre de Negro. Los errores del pasado siempre regresaban.
"Zombies," Pensó. putos zombies."
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PULP
General FictionRegresar a su ciudad natal era su sueño. Jamás imaginó que al volver su vida entraría en una pesadilla enfermiza. Sólo una pregunta es necesaria: ¿Quién putas es el Hombre de Negro?