23
Se había quedado de ver con las gemelas en la noche en su casa. Necesitaba de su compañía un largo rato para apartarse de sus problemas.
Llegaron a su casa poco después de las 9 de la noche.
- Ordené pizza para cenar.
- Excelente, Salma y yo trajimos un poco de cerveza.
- No podrían hacerme más feliz.
Hacía unos días Gastón había comprado un pequeño equipo de sonido y esa noche lo estrenarían. Las gemelas y Gastón habían creado una playlist especial para esa noche.
Pop, rock, punk, rap, indie. La música que los unía.
Zoé, Siddhartha, Allison, Say Ocean, Fobia, Lng/SHT, From Alaska, Laferte, Moderatto. Era todo una mezcla de ritmos y poesía.
Canción tras canción, rebanada tras rebanada, cerveza tras cerveza, artista tras artista, la noche pasó sus horas, pero Gastón y sus amigas lo disfrutaban de verdad.
Éste era el escape que Gastón necesitaba.
Cerca de las 2 de la mañana bajaron un poco el ritmo. Después de mucho saltar, bailar y cantar, estaban sentados los 3 en el suelo. Disfrutando de una fría cerveza.
- Esto si es pasar la noche.
- Joder, brindo por eso. -- Dijo Gastón antes de empinarse la botella entera.
- Oficialmente necesitamos pasar más noches así. -- Sugirió Karla.
Eso no sonaba como una mala idea.
- ¿Viste la noticia de que otra ves vieron un cocodrilo en la playa? -- Preguntó Salma.
- Vamos, eso es una leyenda urbana. Llevan años diciendo que ven cocodrilos en la playa pero nunca lo han demostrado.
- Puede que no wey, ya vez que cada que llueve y la laguna se desborda ellos aprovechan para salirse a la chingada. -- Argumentó Karla.
- Bueno, en eso tienes razón. Sería interesante ver un cocodrilo mientras te bañas en la playa.
- Hablando de cosas interesantes, ¿qué cosas interesantes te han pasado desde que volviste?
- Ahh pues. No mucho la verdad. -- Mintió.
- ¿Seguro? -- Preguntó Salma. -- Cuando nos llamaste sonabas desesperado por vernos.
- ¡Pues claro! Hacia un chingo que no las veía.
Tarde o temprano ellas sabrían que algo pasaba, conocían muy bien a Gastón.
- Si tu lo dices. -- Buscó otra botella y la destapó para pasársela a Gastón. -- Ahora bebelo todo, mariquita.
Era un reto. Un reto que Gastón no rechazaría.
- Dame esa mierda.
Salma se la pasó.
Gastón sujetó la helada botella, la colocó en su boca y de un sólo trago, la bebió.
El líquido desapareció en cuestión de segundos en su garganta.
Puso la botella vacía en el suelo y levantó los brazos, demostrando que era el rey de la bebida.
- ¡Puta madre! -- Exclamó Salma. -- Pensé que ya no podías.
- Por favor, sabes que nadie se puede tomar 10 cervezas más temprano que yo.
- Creo que te subestime.
- Vaya que así fue. -- Le dijo Karla.
Los tres soltaron una carcajada que fue interrumpida por el sonido de un celular.
El de Gastón.
Había olvidado donde lo puso, y entre los tres se dispusieron a buscarlo.
- Mierda ¿dónde lo dejé?
- Suena por allá. -- Señaló Salma la mesa.
Al encontrarlo debajo de unos papeles vio quién lo llamaba.
"Mierda." Pensó.
Contestó.
- ¿Qué es lo que quieres? -- Preguntó en voz baja para que ellas no pudieran oírlo.
- ¿Por qué susurras? ¿Tratas de no alarmar a tus invitados? Ellas ya deben de saberlo.
Gastón guardó silencio, volteó a verlas. Estaban distraídas hablando de alguna otra cosa.
- Ahh, no les has contado. Vaya amigo.
- ¿Qué putas quieres cabrón? -- Dijo ya sin susurrar.
Escuchar eso llamó la atención de las gemelas, quienes lo miraron desconcertadas.
- La verdad sólo venía a ver qué hacías. Pero veo que tienes una pequeña reunión. Tal vez sea prudente que ellas se enteren de lo que sucede esta noche. ¿No crees?
- ¿A qué putas te refieres con eso?
- ¿Gastón? -- Preguntó Karla. -- ¿qué esta pasando?
No le respondió.
- ¿Que a qué me refiero? -- Dijo en tono burlón.
Irritó a Gastón.
- Si, puta madre.
- No tienes por qué alterarte Gastón. Sólo voltea a ver a tu ventana.
Un escalofrío recorrió su cuerpo, la sangre se le heló y el ambiente se tornó hostil.
Volteó hacia su ventana y miró hacia afuera.
Y lo vio.
Justo ahí. Iluminado levemente por los postes de luz. Parado frente a su Cadillac, con el celular en mano y la máscara, se encontraba él. Saludando.
El hombre de negro.
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PULP
General FictionRegresar a su ciudad natal era su sueño. Jamás imaginó que al volver su vida entraría en una pesadilla enfermiza. Sólo una pregunta es necesaria: ¿Quién putas es el Hombre de Negro?