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Al salir del lugar sacó la cajetilla de su chaqueta y se tomó un momento para encender un cigarrillo. El humo flotó frente a él.
"Dulce veneno." Pensó.
Empezó a caminar. Ya que era casi imposible estacionar cerca del Selecto, tuvo que caminar varias cuadras hasta llegar a su Cadillac.
Caminó entre la gente como uno más, eso era lo que era.
Ser escritor no lo hacía un ser superior ni nada por el estilo. Simplemente era alguien que escribía para la gente.
Aún así varias miradas se dirigieron hacia el y algunas personas lo señalaban.
Ignoró a todo el mundo, en ese momento sólo existía él y su cigarro.
Se tomó un momento para examinar nuevamente la arquitectura del centro. Pues Tampico era conocido también como el Nuevo Orleans de México, debido a que varias de las edificaciones eran parecidas a las de Nuevo Orleans.
Observó a un viejo sentado en una mesa, compartiendo un café frente a la estatua de Humphrey Bogart, puesta ahí por su película El Tesoro de la Sierra Madre.
Después, desde un balcón vio la estatua de Porfirio Diaz, quien parecía estar admirando su obra. A él se debe la hermosa arquitectura europea del centro de Tampico.
"Hermoso." Pensó.
Para muchas personas el centro era un lugar cualquiera por donde pasaban todos los días, ya sea a su trabajo, a su casa o a la escuela. No se detenían para apreciarlo en ningún momento.
Pero Gastón de verdad veía, admiraba y apreciaba todo el arte que el centro de Tampico escondía. Los pequeños detalles.
Siguió su camino mientras terminaba su cigarro.
Al llegar a su auto vio una pequeña nota amarilla pegada a su parabrisas.
Por un momento pensó que podía tratarse de una multa, hasta que la desprendió.
En ella podía leerse: "El pasado te está esperando, Gastón."
La nota, nuevamente estaba escrita del culo.
Debía de ser del hombre de negro.
Pensó en hacer basura la nota y tirarla, pero enseguida desechó esa opción, ya que podía ser una puta pista.
Guardó la nota en su chaqueta, entró al auto, lo encendió.

Al llegar a su casa había otra sorpresa esperándolo. Un periódico.
Comprendió en ese momento la nota.
Puesto justo afuera de su puerta se encontraba un periódico esperando por él.
Estaba un poco maltratado y sucio. Al levantarlo se dio cuenta que se trataba de un periódico viejo de la localidad.
Entró a su casa, buscó una cerveza en el refrigerador. La destapó, bebió y se sentó en el sillón.
Leyó el periódico.
La fecha databa del 27 de Abril de hace 6 años.
"Hijo de puta." -- Pensó.
Gastón lo asoció enseguida.
Primera plana:

"Joven ebrio sufre de severa caída desde el segundo piso de un hospital abandonado en la playa."

Leyó la reseña de la noticia, recordando poco a poco esa noche.
Dio un trago más. Lo necesitaba para digerir lo que estaba leyendo.
Al pasar las páginas se dio cuenta que el periódico está unido a otro que databa de dos días después que ese.

"Joven muere en hospital después de terrible accidente."

Se trataba de Johan, su amigo.
Había una última hoja anexada, no pertenecía a los periódicos pero aún así tenía un mensaje, escrito nuevamente del culo.

"El pasado, Gastón. El pasado está a punto de joderte."

El hombre de negro estaba jugando con él. Pensar eso le hirvió la sangre.
Pensó en contarle a sus amigos, pero no lo hizo.
Ellos deberían de estar ya muy agobiados o cansados de lo que estaba sucediendo. Al menos así se sentía él.
Bebió más. Se acabó la lata.
Hirvió de rabia sentado en su sillón. Apretó el periódico por furia.
- Voy a joderte. Voy a joderte muy cabrón.

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