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- Tu.
Axel volteó a ver a Gastón y sus amigos, tenía la parte de la mandíbula y el cuello enyesadas, múltiples suturas en el rostro y cuerpo, aparte de una gasa en el pómulo derecho, sus ojos estaban morados e hinchados.
Al ver a Gastón sus ojos reflejaron terror absoluto, intentó pararse y huir pero tenía los pies y las manos atadas. Intentaba gritar y hablar pero no podía.
Gastón se acercó y lo sujetó de la camisa.
- ¿Qué putas haces aquí? ¿Dónde está él?
Axel sólo balbuceaba y lloraba.
- ¿Crees que no putearia a un idiota indefenso como tu?
Las lágrimas corrían por la cara enyesada de Axel. Entonces notó que había algo pegado a su ropa.
Un trozo de periódico.
La nota del fallecimiento de Johan.
En ella, el nombre del hospital donde estuvieron esa noche estaba encerrado en rojo. Arrancó el periódico de la ropa de Axel.
- ¿Qué es esto? -- Le preguntó.
Axel siguió lloriqueando y soltando gemidos ahogados.
- Gastón, -- Lo distrajo Carlos. -- no creo que él vaya a decir algo.
Miró nuevamente a Axel, sintió asco y repulsión hacia él.
- No eres más que mierda. -- Lo arrojó al suelo después de decirle eso.
Axel se arrastró como pudo hasta una esquina de la habitación y continuó con sus quejidos y lloriqueos.
Oscar apareció al fin, entrando al cuarto.
- ¿Qué es toda esta mierda? -- Dijo refiriéndose a lo que se encontraba escrito en las paredes y suelo de la habitación.
Gastón retrocedió y analizó lo que había escrito frente a él.
En cada pared había una palabra grande, escrita en rojo.
Justicia
Olvido
Negligencia
Abandonado
Hospital
No tenía ningún sentido.
- Son palabras al azar.
- Pero no dicen nada. -- Comentó Lalo.
Entonces recordó lo que tanto la habían recalcado.
"Ver más allá de lo obvio."
Volvió a leer cada una de las palabras y buscó algún mensaje, alguna pista.
- ¿Qué putas es todo esto Gastón?
- Callate. -- Le dijo a Brandon.
Cada palabra estaba relacionada a lo que había pasado aquella noche.
Releyó cada palabra.
Las acomodó.
Y lo descubrió.
- ¡Ya lo sé! -- Gritó. Sus amigos no entendían a que se refería.
Gastón corrió escaleras abajo, salió de la casa y se metió al Cadillac.
Justo antes de encenderlo, sus amigos lo alcanzaron.
- ¿A dónde mierda vas? -- Preguntó Oscar.
- Sé dónde está.
- En ese caso vamos contigo.
- No, de esto me encargo yo.
Encendió el motor.
- ¿Acaso estas pendejo? -- Le preguntó Carlos.
- No los voy a meter en esto.
Retrocedió un poco para agarrar espacio y salir.
- Les recomiendo que se aparten.
Oscar subió a su auto.
- ¡Gastón perdió la razon, suban!
No iba a permitir que sus amigos lo siguieran.
Aceleró, alejándose rápidamente de donde estaban sus amigos. Y para asegurarse de que no lo pudieran seguir, zigzagueó entre varias cuadras, para después perderlos.
Salió hacia el boulevard Emilio Portes Gil y agarró camino rumbo a la playa. Aprovechado que a esa hora el tráfico era muy reducido no dudó en pisar el acelerador a fondo.
Y mientras manejaba a su destino, recordó esa noche.

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