Capitulo 3.

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El brazo de Justin cuelga balanceándose sobre el suelo, mis ojos se dirigen a las tres botellas de cerveza sobre la mesa ratona, suspiro. Dejo el bolso sobre el mostrador al lado de la puerta principal y recojo las tres botellas, me dirijo a la cocina y las tiro al bote de basura, luego me dedico a lavar los platos sucios del almuerzo de Justin. Vuelvo a la sala por mi bolso y me encuentro a mi esposo refregándose los ojos con los puños, tomo mi bolso negro intentando no hacer ruido y hago mi camino hacia la escalera. El primer escalón hace fallar mi silencio, Justin se da vuelta.

—Qué mal educada —dice negando con la cabeza.

Respiro profundo.

—No me di cuenta que habías despertado.

Se pone de pie haciendo que mi corazón lata desbocado.

—¿Iras a la habitación?

Niego con la cabeza. Me escruta con sus ojos haciendo que me asuste, mis manos sudan en torno a las cuerdas de mi bolso.

—Iba a tomar una ducha y luego una siesta.

Se acerca peligrosamente a mí con sigilo. Intento no mostrar mi miedo a través de la mirada verde, pero estoy segura de que aún así se nota. Él sabe, él sabe la parva de cosas que es capaz de provocar en mi cuerpo, nada buenas, claro está.

—Voy contigo.

Toma mi brazo al pasar por mi lado y tira de mí para subir las escaleras detrás de él. No me ha hecho daño, no todavía. Debería comenzar a pensar qué clase de cosas debería hacer para que esto acabe, pero a la vez mi mente se nubla de miedo cuando lo tengo cerca, cuando él llega tarde por las noches y se abalanza sobre mí.

—¿Piensas meterte en la ducha conmigo? —Pregunto frunciendo la nariz..

Llegamos a la habitación y Justin empuja la puerta para abrirla de par en par, no la cierro tras mis pasos porque él es demasiado rápido como para que mis manos reaccionen. Da media vuelta y me suelta, quedamos frente a los pies de la cama. Se rasca la nuca mientras ve directo a mis ojos, muy en lo profundo, como si estuviera escarbando en mis pensamientos. Y en ese momento deseo que nunca nada se releje en mis ojos porque sé que él va a verlo.

—¿No ibas a ducharte?

Asiento sin moverme del lugar.

Abre sus brazos y ríe como si estuviera preguntando porqué sigo allí parada. Pero esa respuesta está solo en mis pensamientos. Y aunque ya me haya duchado antes de salir, la ducha sigue siendo un escape de los brazos fuertes de Justin. ¿Qué mejor que eso?

Alrededor de las cuatro de la tarde me encuentro en toalla frente al espejo secando mi cabello con el potente secador de pelo. Justin abre la puerta y entra a orinar sin que nadie le de permiso. No digo nada, simplemente sigo secando y peinando mi cabello. Me toma por la cintura para hacerme a un lado y lavarse las manos luego de tirar la cadena del inodoro. Cierra el agua y vuelve a acomodarme en mi lugar como si de un adorno se tratara. Se apoya sobre el marco de la puerta y me observa desde allí con las manos dentro de sus bolsillos. 

—¿Para qué te arreglas?

Su pregunta me sorprende.

—No lo hago, simplemente seco mi cabello porque estamos en invierno, Justin.

Por el espejo lo veo asentir y luego vuelvo a encender el secador para terminar de secarme el cabello. Y cuando termino, ajusto la toalla en torno a mi cuerpo y cepillo mi cabello.

—¿Acabaste ya?

¿Qué ocurre contigo, Justin?

—¿Necesitas el baño?

—Estaba pensando en salir a cenar —me dice.

Bueno, no se atrevería a hacerme daño en la vía pública, eso está claro. Pero las ganas de estar a solas con él, no existen ni siquiera en mis más remotos sueños.

—¿Conmigo? —Pregunto alzando una ceja.

Se ríe.

—¿Con quien más?

Quizá quieras salir con alguna de las putas con las que te acuestas, no sé. —No me animo a hablarle de ese modo, así que me limito a alzar los hombros.

—Igual no te estoy obligando.

Bueno, esto si que comienza a ser extraño. Justin y yo no salimos a cenar solos hace ya un año o más y que de repente quiera salir a cenar conmigo y no sea obligándome a hacerlo, no lo entiendo.

—Mañana tengo que trabajar, ¿sabes? —El miedo crece dentro mío cuando hablo—. Y quiero acostarme temprano. —Se viene el golpe—. Si no te molesta, claro.

Alza la mano y lo primero que soy capaz de hacer el cubrirme la cabeza con ambos brazos, pero el golpe no llega. Veo los pies de Justin retroceder unos pasos y luego descubro uno de mis ojos para ver su cuerpo anonadado frente a mí.

—No iba a golpearte —dice dolido.

—Es lo que siempre haces —murmuro.

Da media vuelta y sale del baño para luego salir de la habitación como si estuviera apurado.



🌹Bienvenidas nuevas lectoras. GRACIAS A TODAS POR LEER🌹

Save Me. {j.b}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora