Capítulo 5.

4.1K 189 4
                                    

Mis manos se cierran en puños antes de apartar a Justin de un empujón para proteger mi propia dignidad, orgullo y cordura. Justin se ríe amargamente mientras se tambalea.

-Tú más que nadie sabes que no fue un invento, Justin. ¡Deja de ser tan estúpido e irracional y piensa con la cabeza!

-Quise a ese bebé tanto o más de lo que te quería a ti. -Sus dientes apretados le dan impresión de ser un maniático-. Y tú lo arrebataste de mi vida.

-¡Lo perdí, Justin! No fui yo quien lo mató, ¿puedes dejar de pensar con el trasero? Tienes esponja en la cabeza, inútil. ¿Crees que yo fui feliz sabiendo que había perdido al niño?

-Sabes que fue un simple capricho para ti. No estabas embarazada.

-¿Necesitas a quien echarle la culpa? Anda, fue mía, ven a golpearme. Pero ese era hijo mío también y aunque había llegado pronto tenía toda la ilusión de ser mamá.

-¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡SOLO QUERÍAS CASARTE COMO TODAS TUS HERMANA! Porque eras y eres una niña caprichosa.

-Careces de cerebro -digo despegándome de la pared.

Justin se tambalea sobre sus talones antes de agarrarme de la muñeca y tirar de mí para que no sea capaz de escapar de la cocina sin antes haber acabado de tener la conversación que nunca habíamos tenido desde lo ocurrido hace cuatro años atrás.

-Y tu familia siempre te apoyó cuando decías mentiras, yo me las tragué todas porque te amaba.

-No eran mentiras, Justin, por Dios.

Las lágrimas chisporrotean en mis ojos con rabia y dolor. El recordar el día que perdí a mi primer niño era como una apuñalada en el estómago que se repetía una vez tras otra.

-No estabas embarazada.

-Sé que me odias, sé que por eso me castigas físicamente y sé que esto no lleva a ningún lado. -Sacudo mi brazo para liberarme de su agarre-. Pero no voy a discutir de esto contigo.

-Te amaba -grita enojado.

Abro los ojos tan de repente como soy capaz de hacerlo y luego las lágrimas corren por mis mejillas.

-Yo también lo hacía, ¿crees que te habría mentido sobre un niño? Viste cuando estaba tirada en sangre al pie de la escalera y crees que todo fue una mentira. Deja de engañarte.

-Fue una farsa.

-No tienes argumentos y lo sabes. El médico dijo todo, él habló para acallar nuestras dudas y luego de ya no tener a ese niño tú decidiste empezar a fastidiar mi vida.

-Tú fastidiaste la mía el día que te conocí -dice soltando mi muñeca.

Enroscó mi mano alrededor de la piel adolorida de mi muñeca y me aparto lentamente de Justin.

-¿Ese es tu resentimiento? Entonces, ¿Haber perdido a Max nos lleva a odiarnos?

Justin frunce el ceño y me mira con recelo a la vez que se tambalea sobre sus pies para llegar hasta el borde de la encimera. Toca el mármol helado con la punta de los dedos y los aparta como si se estuviera quemando. Parece estar completamente sobrio a excepción de sus tambaleadas alrededor de la cocina. Aparta la mirada y cierra los ojos con fuerza.

-Me destrozaste -murmura.

-No seas irracional -digo al borde de las lágrimas-. Justin, me culpé durante muchos años y siempre sentí que merecía todo aquello que tú me haces, pero ¿sabes? Aunque me costó superarlo, ya lo hice. No es mi culpa, tampoco tuya, pero tienes que superarlo.

-Cállate.

-No me hables así, no he dicho nada que no sea cierto.

Abre los ojos haciendo que me quede helada en la puerta de la cocina como si quisiera escapar del ataque que sé que viene. Por un momento muevo las manos hasta tocar la madera de la puerta asegurándome que estoy a salvo y puedo correr si las cosas se tornan espantosas, pero Justin solo me mira y se queda quieto en su lugar mostrando como las lágrimas calientes caen por sus mejillas.

-¿Por qué tenías que hacerlo?

-No voy a soportar esto, Justin -murmuro-. No fue un simple capricho, lo sabes. Si no quieres creerle a los hechos, entonces muérete en tu propia agonía, pero no me arrastres contigo.

Empujo la puerta de madera para escapar de su mirada cristalizada. Mi corazón deja de latir sabiendo que quizá nunca jamás en mi vida vuelva a ver a Justin en tal estado de víctima. Nunca en toda mi vida lo había visto derramar una sola lágrima, ni siquiera cuando perdimos a Max esa fría tarde de Noviembre, ni siquiera cuando su madre estuvo en coma durante meses. Él nunca lloraba, ni siquiera estando ebrio.

La puerta detrás de mí es empujada haciendo que salte al otro lado de la sala con la mano sobre el corazón. Justin se seca las lágrimas con el puño de su camisa y me mira desafiando la situación. Mi corazón late desbocado esta vez, quizá he ido demasiado lejos gritándole y no debía hacerlo.

-Voy... Voy arriba -digo vacilando.

Justin no responde, se limita a fulminarme con la mirada mientras paso corriendo por delante de él como si de una exhalación se tratara y corro escaleras arriba con miedo y desesperación de que pueda seguirme. Pero él parece ni siquiera pensarlo y se queda quieto al pie de la escalera viendo como desaparezco en el pasillo que dirige a la habitación de Max.

Save Me. {j.b}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora