A pesar de la tranquilidad del hospital me despierto un poco asustada y exaltada, por lo que puedo notar aún sigue siendo de noche y Justin está despierto a mi lado. Me acaricia el brazo suavemente, vuelvo a cerrar los ojos y apoyo la cabeza en su hombro para estar aún más cerca de él.
-Sigue durmiendo, es temprano.
Me aclaro la garganta.
-¿Qué hora es? -Mi voz adormilada me da hasta miedo.
-Cinco y tres -susurra.
Frunciendo el ceño abro los ojos buscando su rostro en la oscuridad, sus caricias no cesan ni por un segundo. A pesar de que no lo veo, mantengo la mirada donde sé que se encuentran sus ojos
-¿Tú no duermes? -Pregunto en un bostezo.
Niega con la cabeza y besa mi frente.
-Quiero asegurarme de que estás bien -murmura.
-Lo estoy, Justin. Tú también tienes que descansar.
-No te preocupes por mí, sólo duerme, Bella.
Obedezco sólo porque no quiero discutir y no me siento con ánimos de comenzar a hablar, aún me siento un poco débil y sé que es mejor para el bebé que descanse un poco. Cierro los ojos y me dejo fundir en un sueño profundo, pero incómodo.
Una suave caricia en la mejilla hace que comience a despertarme lentamente, alguien besa mi mejilla.
-¿Y qué les dijeron?
Es la voz de mi mamá, así que me obligo a abrir los ojos y poco.
-Todo está bien, fue una pequeña pérdida así que debe hacer reposo más tiempo, pero no es nada grave. -Sus ojos se dirigen a mí-. Hola, amor.
Sonrío desganada.
-Oh, hola, nena -dice mi mamá volteando hacia mí-. Tu padre te manda los besos más grandes del mundo, pero tenía que viajar anoche. ¿Cómo te sientes?
Alzo una mano para levantar el pulgar en su dirección, ella me sonríe como con compasión, algo que no me gusta en lo absoluto.
-No tengo muchas ganas de nada, pero gracias por venir -murmuro como si la estuviera echando. Ella se aferra a su bolso- Dile a papá que le mando más besos.
Su sonrisa tímida hace que sienta pena por ella. Después de todo, aunque no seamos muy unidas, es mi mamá.
-¿Quieres que te traiga algo? Pídeme lo que sea.
Justin me observa desde el pie de la camilla, me sonríe con dulzura.-
-Un chocolate blanco -susurro sintiendo la falta de dulce en mi boca-. Oh, por Dios tengo más antojos que nunca.
Justin se larga a reír divertido.
-Voy a comprarlo enseguida, ya vuelvo. -Besa mi mejilla antes de salir casi corriendo por la habitación.
La puerta se cierra detrás de mi mamá, Justin voltea a verme con ojos cansados.
-Tú deberías irte a dormir.
Voltea hacia atrás fingiendo no comprender a quién le hablo y luego se señala arqueando las cejas. Alza las manos negando con la cabeza.
-¿Y perderme la ecografía? Ni loco.
Le sonrío, pero cierro los ojos porque siento como si ardieran.
-Tengo hambre -murmuro- y ganas de irme a casa en este mismo momento.
-Bueno -Observa su reloj de pulsera- son pasadas las once así que no obtendrás ningún desayuno de parte del hospital, desde ya te lo aviso, pero si quieres puedo ir a por algo para que comas ahora mismo.
Frunzo el ceño al abrir los ojos.
-Todos tan serviciales, por Dios -murmuro con fingido fastidio haciéndolo reír- ¿A qué hora es la ecografía?
-A las dos van a darte de alta y a las tres tenemos turno con el ecografista, si quieres en ese tiempo podemos ir a comer algo por allí.
Asiento con la cabeza como si fuera una niña que llevan a comer a Mc. Donalds luego de mucho tiempo. Justin me sonríe tiernamente y se sienta a mi lado en la camilla dejando sus pies colgar sobre el suelo.
-Hagamos una apuesta, ¿quieres?
Sus ojos se achican un poco cuando tiende la mano frente a mí.
-Dime, estoy interesado en saber.
Sonrío.
-Tú crees que es una niña, ¿verdad? -Lo veo asentir ante mi pregunta-. Yo creo que va a ser un niño. Así que apostemos, ¿qué dices?
Larga el aire bruscamente por la nariz cuando se pone de pie y cruza sus brazos sobre su pecho, analiza mi rostro con lentitud antes de sonreír.
-¿Y qué hay en juego?
-No lo sé. -Alzo los hombros-. Hagámoslo interesante.
Se muerde el labio inferior.
-Iba a decir algo tan indecente como el infierno, pero vamos a ser padres así que me comportaré.
Largo una risotada justo cuando mi mamá entra en la habitación con un chocolate envuelto en papel violeta, froto mis manos suavemente antes de acomodarme en la camilla. Mi mamá me besa la frente por octava vez en el día y me entrega el chocolate que en menos de dos segundos ya está fuera de su envoltorio. Cierro los ojos cuando lo pruebo y me dejo llevar por el sabor, oigo a Justin reír.
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Besos.
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Save Me. {j.b}
FanficPrólogo Sus manos toman mis muñecas con fuerza obligándome a ponerme de pie, sus ojos buscan los míos cargados de furia y rabia descomunal. Mis manos tiemblan, mis piernas se debilitan al oír sus gritos furiosos y escandalizados. Cierro los ojos com...