Capitulo 24.

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Despierto asustada, con miedo a estar sola en la cama, acurrucada con mi almohada una vez más, pero me tranquilizo cuando los brazos de Justin aprietan su agarre alrededor de mi cintura, me restriego las manos por el rostro y relajo el cuerpo notablemente. Justin gruñe adormilado.

—Buenos días.

Sonrío a la nada y cierro los ojos. 

—Buenos días —respondo con flojera. 

Justin entierra la nariz en mi cabello antes de que pueda siquiera moverme.

—¿Has dormido bien? 

Asiento haciendo que su nariz roce mi piel provocándome escalofríos. 

—¿Y tú? 

—También.

Un par de minutos no son suficientes para quedarnos acurrucados disfrutando el uno del otro, pero ambos tenemos que salir a trabajar para mantenernos. Soy la primera en ponerme de pie y tomar una ducha. Por más extraño que resulte, mientras estoy debajo de la regadera Justin entra a cepillarse los dientes y luego se queda allí hablándome de un nuevo proyecto que tiene con su padre. Creo que he escuchado hasta la parte en que decía "oye esto" y luego me he perdido en su voz y en lo hermosamente raro que me resulta nuestra nueva vida matrimonial. Me envuelvo en la toalla aún con la cortina que nos separa y luego salgo, él sigue hablando para cuando se quita la ropa interior y se mete en la ducha, me cepilló los dientes, seco mi cabello y procedo a comentarle sobre mi decisión de pedir un ascenso en el trabajo. Nuevamente la situación me resulta extraña cuando me apoya en mi trabajo y luego salimos del baño a la par para cada uno vestirse.

Al parecer este día lleva lo extraño en la punta porque desayunamos juntos y luego Justin se ofrece a llevarme a la oficina, me niego al principio, pero sé que las discusiones con él no tienen sentido, pues siempre termina ganando.

—¿Paso por ti a la hora del almuerzo? 

Asiento con la cabeza quitándome el cinturón de seguridad. 

—Te veo luego. —Me inclino en el asiento y beso sus labios antes de abandonar el coche. 

En el pasado mi trabajo me distraía de mi desastroso matrimonio, ahora mi casi nada desastroso matrimonio me distrae del trabajo, y es por eso que decido hacer todo extremadamente rápido para a media mañana pedir permiso para salir a hacer una pequeña compra. Olivia, una compañera de trabajo un poco nueva en lo que es mi sector del periódico, me cubre cuando obtengo el permiso. Así que bajo en el elevador escribiendo un mensaje de texto para mamá y luego me apresuro a llegar a la farmacia. 

Naturalmente, mi mamá no sabe cómo mandar un maldito mensaje y es por eso que me devuelve una llamada cuando estoy pagando mi prueba de embarazo. Le sonrío al farmacéutico mientras atiendo el móvil.

—Hola, hola.

—¡Mi vida! Así que han decidido venir a vernos. 

Acomodo la correa del bolso en mi hombro antes de suspirar.

—Si, mamá.

—¿Cuándo quieren venir? 

Me muerdo el interior de la mejilla pensando un día de la semana que Justin no llegue tan cansado a casa.

—¿Sábado? 

No la veo, pero sé con certeza que está sonriendo.

—Genial, voy a contarle a Rob. Estamos felices de que vengan, hace muchísimo tiempo no vemos a Justin. 

Sonrío llamando el elevador hacia mi oficina. 

—Nosotros también estamos felices de ir, mamá.

Save Me. {j.b}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora