Capítulo 29

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Carolina

Estaba en el aeropuerto esperando a Agustín, su vuelo ya debería haber llegado hace tres minutos. Tenía demasiadas ganas de ver a mi morocho.

-Carolina, ya quiero que llegue el tarado de Agus...- como verán, el imbécil de mi hermano tuvo que traerme obligatoriamente, aunque hubiera querido venir sola y así tendría a Agus para mi solita. 

-Nene relajate, ya tiene que haber llegado- le dije fastidiada, me tenia harta con la escasez de paciencia.

Esperamos sentados, hasta que anunciaron que su vuelo había aterrizado y vi un hermoso castaño con piel tostada. Era mi chico.

-¡AGUSTÍN!- grito Gastón corriendo hacia él.

-Hola- dijo con una sonrisa tímida, abrazandolo.

-¿Cómo has estado campeón? Te eche demasiado de menos, tenemos tanto de que hablar.- le dijo Gastón hablando como loco.

-¿Me dejarás saludar a mi chico como merece?- le dije a mi hermano ojiverde. 

-Ay lo siento, vete.

-Hola mi vida- le dije abrazándolo, cuando intente besarlo él me interrumpio.

-Estoy muy contento de verlos ¿vamos a comer? Tengo muchísima hambre- dijo nervioso, no quiso besarme. Me aleje de él y vi a Gastón que me miraba con los ojos sumamente abiertos, hasta mi hermano se dio cuenta que algo no andaba bien. 

-Ehm.. sí, seguro... vayamos a comer- dije tratando de no parecer incómoda.

-Pues vamos- dijo caminando de primero. Mire a Gastón quien fruncía el ceño, estabamos sumamente sorprendidos, el Agustín que había acabado de llegar estaba bien extraño, muy extraño. 

Gastón me abrazo por los hombros y nos dispusimos a seguir a Agustín. Quien ni siquiera dejo que lo ayudaramos con su equipaje. Llegamos al auto, metió sus pertenencias y luego se monto en el puesto de copiloto. Intente mirarlo a los hermosos ojos avellanas, pero él solo miro el suelo y me ignoro. 

Definitivamente, algo le sucedía...

Mi hermano condujo hasta un restaurante que nos gustaba a los tres. Nos sentamos en una mesa a comer, Agustín estaba demasiado callado, no hablaba casi y toda su atención estaba en su plato. 

Gastón y yo tratábamos de sacarle conversación e incluso hicimos bromas pero nada resultaba ayudar... ni nos miraba.

Terminamos de comer, y nos fuimos. Primero pasamos a casa de Chiara a dejar a Gastón, al parecer ya eran novios. Y ahora íbamos de camino a mi casa, al parecer él se quedaría con el auto de mi hermano. Cuando nos detuvimos en un semáforo rojo comencé a hablar. 

-¿Me puedes decir qué te sucede? Desde que llegaste estás extraño, ni siquiera me quisistes saludar con un beso- le dije intentando tomar su mano, pero él la quito. 

-Solo estoy cansado del viaje, no quiero hablar en este momento- se estacionó frente a mi casa. Me bajo del auto y al instante se va. Me quedé como estatua, no entendía nada de lo que estaba pasando.

Llame a Jorge, necesitaba hablar con alguien y desahogarme todo lo que llevo dentro. 

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-No entiendo nada Jorgito, se supone que estaríamos juntos compartiendo todo lo que haya pasado en el viaje. Recuperando el tiempo que no estuvimos juntos mientras estaba con su abuela, pero su reacción es evitarme y dejarme en mi casa, algo está sucediendo y no quiere decirme- dije frustrada sentada con Jorge, él es hombre, él podía explicarme detalladamente los efectos en ellos. 

-Amiguis, creo que te estas haciendo imagenes ficticias en esa cabecita. Probablemente si está cansado del viaje, tú misma me dijistes que la estaba pasando horrible gracias a la visita inesperada de su madre, déjalo que enfríe las neuronas. Si realmente le pasa algo como tú dices, ya llegará el momento en que él te lo dirá. 

-No puedo sencillamente quedarme tranquila esperando a que decida decirme. Yo lo quiero y lo necesito. No te imaginas todo lo que lo he echado de menos en este cabrón fin de semana que no estuvimos juntos. Y cuando finalmente llega se comporta así conmigo.. ¿Crees que es justo para mi? Tener que disimular que no me preocupa lo que le pasa realmente, sin saber por que ni siquiera pudo darme un maldito beso cuando nos vimos. 

-Sé que no es nada de fácil para ti que te trate así, pero es lo mejor, si lo presionas sera un desastre que no vas a poder arreglar después. Dale su tiempo, ya verás que mañana estará como si nada hubiese ocurrido. 

Luego de eso, nos decidimos a ver películas toda la tarde, cuando ya eran las 9:30 de la noche, decidió irse a su casa. Yo me fui a dar una ducha, necesitaba dejar de pensar en toda esta mierda con Agus porque terminaría volviéndome una loca. 



















Adicta a tu manera de amar {AGUSLINA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora