Capítulo 50

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-10 Final

Agustín

-¡Voy a salir con Malena! ¿Ya les dije? ¡Genial! Tengo una cita con la chica más guapa del mundo mundial- dijo Gastón por trigésima vez, estábamos en casa de Jorge los tres ya que las chicas estaban en el centro comercial en su día de chicas y él no paraba de hablar- ¿Ya les dije que fue muy lindo? ¡Tengo una cita con Malena Ratner!

Empezó a aplaudir y a gritar de la emoción- de nuevo- mientras Jorge y yo rodamos los ojos fastidiados.

-Voy a salir con Mal..- Gastón no pudo terminar su frase ya que interrumpido por el pelinegro de rulos

-¡Vuelves a decir eso y te juro que te saco los putitos ojos verdes con una cuchara y los vendo por eBay!- dijo Jorge amenazando a Gastón quien se quedo callado al instante mientras yo solo reía. 

-Y te aseguro que ella se iría corriendo si te ve sin tus encantadores ojos hipnotizadores- dije riendome a lo que el rulitos me siguió y Gastón nos fulminaba con la mirada. 

-¡Son unos envidiosos! Tengo una cita y uste...- de pronto se quedó callado- ¡Mierda! Tengo una cita y no sé que voy a ponerme...

Mi mejor amigo se levantó del sofá y empezó a caminar de un lado a otro murmurando cosas. Mire a Jorgito confundido y esta rodó los ojos.

-¡Dios mio! ¿Por qué permitiste que Gastón Kopelioff faltará a la repartición de cerebros?- dijo mirando el techo de manera dramática y yo me partí en risas. 

-Ustedes son demasiados crueles con mis pobres sentimientos. Tengo una crisis por no saber que colocarme y sólo se burlan de mi- dijo Gastón señalandose a sí mismo. 

-Vayamos a tu casa y listo- dije encogiendome de hombros

-Buena idea- dijo Jorge, luego se acercó y susurró en mi oído- De camino lo dejamos abandonado en el basurero donde su padre lo recogió pero dejemos que crea que vamos a su casa. 

-¡Ey, te escuche escuincle!- dijo Gastón cruzándose de brazos y yo seguí riendo. Estos dos acabarían conmigo- Vamonos ya, son las 5 de la tarde y mi cita es a las 7 de la noche- siguió diciendo levantandome del sofa- ¡Y todavía no se que ponerme!

Caminamos hasta la puerta y Gastón no dejaba de hablar

-Gastón hagamos algo, vuelves a hablar de camino a tu casa y te afeito la cabeza por completo ¿te quedo claro?- dijo el señorito rulos- y sabes que cuando lo dijo va bien en serio. 

Me reí más fuerte y mi amigo hizo una seña de que cerrara la boca. Subimos a mi auto y nos dirigimos a casa de los Kopelioff. 

En el camino, no se escuchó ni la respiración de Gastón. La paz que se sentía era impresionante, se notaba que él estaba luchando por no hablar ya que movía su pierna desesperadamente al igual que abría y cerraba su boca, acordándose de que si decía una sola palabra Jorge lo dejaría sin ojos y calvo. 

-Llegamos- dije estacionando frente a la gran casa y mi mejor amigo bajó rápido del auto y corrió a su casa.

-Si que se pone insoportable cuando tiene citas- dijo Jorge suspirando para luego bajar y seguir el camino que había recorrido Gastón minutos antes.

Copie su acción y baje de mi auto, caminando tras él. Subí directamente a la habitación de mi mejor amigo, Jorge al contrario camino hacia la cocina diciendo que tenía hambre y que necesitaba tener su estómago contento si no quería asesinar a Gastoncito por estresarlo estando hambriento.

Rodé los ojos, estos dos eran insoportables.

Entre a la habitación y ¡Por el amor a Dios! ¿En tan poco tiempo se puede hacer ese desastre? ¿Es posible de un hombre? Gastón Kopelioff tenía casi toda su ropa encima de la cama y en el suelo. Estaba en su armario lanzando prendas de vestir hacia atrás de manera desesperada. Cuando fui a decir una palabra un boxer aterrizó en mi cara ¡Espero que este limpio! 

Adicta a tu manera de amar {AGUSLINA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora