Capítulo 14. FILIPPA.

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Aedem Concordiae, Olympus

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Aedem Concordiae, Olympus.

Némesis entendía perfectamente la desconfianza de Hypnos frente a los nuevos acontecimientos, pero era lo único que podía hacer ante estas circunstancias.
Buscó a su hermana menor Filotes, la dea Amicitia. Ésta era bondadosa y alegre, sabía que nadie dirigiría su atención hacia ella, era la única de quien su padre no sospecharía.

-¡Hola Némesis! -Se abrazó Filotes a su cuello tan jovial como siempre.

-Hola Filotes.

-¿Qué te trae por aquí, hermana?

-Necesito que me hagas un favor...

-¡Claro! Lo que quieras.

-Necesito que le hagas llegar algunos mensajes a un humano muy especial de mi parte.

-¿Tienes un amante? -preguntó Filotes con tono pícaro.

-¡No! ¡Claro que no tengo un amante! Filotes, esto es serio...

-Está bien Némesis, te ayudaré. Sólo dime de quién se trata.

-Talos Nedidis.

Filotes enmudeció al instante, todo el Olympus era conocedor que Talos Nedidis era portador de una parte del alma de su madre y que casi lo matan por culpa de Némesis...

-Cuenta conmigo, hermana.

Némesis sin más dilación procedió a darle instrucciones de lo que debía hacer.

Filotes llegó al mundo mortal de un gran salto, aterrizando grácilmente entre unos viñedos a las afueras de la ciudad. Se ocultó de los posibles esbirros de su padre transformándose en una hermosa joven de no más de dieciséis años: se haría pasar por sobrina de Leandra y prima de Talos, de esta manera podría permanecer en contacto con ellos sin levantar sospechas.

Su hermana mayor Némesis le había pedido su ayuda, y ella había aceptado sin dudar. Era la menor de los vástagos de Nyx y Érebo, y por lo tanto la trataban como a una niña; que su hermana Némesis confiara en ella en un asunto tan delicado, la llenaba de orgullo.

Debía entregar un mensaje a un pequeño niño llamado Talos y a su madre, pero no podía revelarles el motivo por el cual los estaban persiguiendo.

Llegó al hogar de los Nedidis y llamó a la puerta, aunque nadie contestó. Esperó durante varios minutos y cuando ya se había dado por vencida una mujer de cabellera blanca y ojos saltones la increpó:

-¿Qué estás buscando aquí, niña? ¿No ves que esta casa está de luto?

-Buenos días señora. Me han dicho en el pueblo que esta es la casa de los Nedidis.

-Y así es. ¿Por qué les buscas?

-Me llamo Filippa, soy la sobrina de Leandra. Mi madre me ha mandado con mi tía para ayudarle con el cuidado de mi primo en estos duros momentos.

DEA NOCTIS {El Origen} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora