Reino de Agder, Escandinavia.
Mientras tanto, Adara había sido aceptada como aprendiz de skjaldmö y había dado comienzo a su instrucción. Pero la alegría les duró poco, pues apenas unas semanas más tarde otro emisario hizo acto de presencia en la aldea…
Éste provenía del poblado del norte, con el que habían firmado la paz hacía años. En esta ocasión pedían la mano de la hija de Thor a cambio de mantener la paz que habían establecido con ellos años atrás. Si no se celebraba una ceremonia el tratado se rompería, y los invadirían. Hans alegó que la mano de su hija ya había sido pedida por el heredero del jarl Thorlak ‘el avaro’, de manera que el emisario regresó de inmediato hacia las tierras del norte para informar a su líder de la situación.
Las noticias no tardaron en divulgarse, se decía que ambos pretendientes se habían interesado en la joven protectora del reino, y que debería ser ella quien eligiese con cuál de los dos haría efectivo el enlace.
Hans trató de aplazar lo máximo posible el encuentro con los pretendientes de su hija durante las negociaciones con los reinos vecinos, pero llegó un punto en el que ya no pudo hacer más por retrasarlo. El gran jefe invitó a ambas familias a pasar diez días de festividad para que así Adara pudiera conocerlos y escoger con cuál de los dos aspirantes aceptaría la propuesta de compromiso.
Pero nadie era capaz de figurarse los acontecimientos que estaban por suceder…
Nada más arribar, los dos impetuosos jóvenes habían visitado el hogar de los Baardsson para conocerla, y Adara se dio cuenta en ese preciso momento que no podría escapar de ellos…
Ambos de complexión grande y musculosos, uno con el cabello castaño y otro rubio; tremendas cicatrices cruzaban ya sus brazos, muestra de las batallas que habían ganado. Pero ninguno de ellos se correspondía con la mitad de su alma, lo supo nada más mirarles a los ojos. No podía casarse con ninguno.
Intentó ser cortés con ellos, pero le costó más de lo que había pensado. Uno le había traído una liebre que acababa de cazar; el peludo cuerpo del pobre animal aún estaba caliente mientras la sangre continuaba goteando por su cuello. Adara sintió náuseas, y su madre aceptó el presente por ella. ¿Cómo podía ese chico ser tan cruel?
El otro en cambio le obsequió con un precioso brazalete de oro procedente del último de sus saqueos; Adara iba a colocárselo en el brazo cuando el joven comenzó a relatar cómo le había tenido que amputar dicha extremidad a una anciana porque no quería dárselo, y que tuvo que llevar el brazo consigo durante un día entero porque la alhaja se había quedado engastada al mismo. Adara sintió repulsión al escuchar esto, y dejó el brazalete en la mesa discretamente.
Cuando por fin se retiraron salió corriendo por la puerta trasera de la cocina, sabía que Sigrid la estaría esperando en el claro desde hacía horas…
—¡Al fin! Dichosos sean los ojos que te ven llegar, oh gran protectora del reino… —exclamó la pelirroja con sarcasmo.
—Lo siento Sig... pero han llegado esos estúpidos y he tenido que recibirlos en casa.
—Los he visto llegar, y le he preguntado a mi padre cuánto tiempo van a quedarse; me ha dicho que se hospedarán por diez días. Les ha recomendado que monten sus campamentos en el claro de Freya y el claro de Frey; se encuentran cerca uno de otro, pero a la suficiente distancia entre ambos para que no acaben matándose antes de tiempo.
—Tan sólo diez días… Sig, eso es muy poco tiempo... —dijo Adara totalmente desalentada.
—Lo siento tanto amiga... Ahora que ya habías conseguido dominar el manejo del hacha… Unos meses más y te hubieras convertido en una magnífica guerrera.
—Lo dudo, Sig. Aunque Helga quisiera no podría dar mi instrucción por finalizada tras apenas unos meses de haberme iniciado en ella.
—Tendrás que escoger a uno de tus pretendientes entonces…
—¡¿Pero tú los has visto?! —exclamó alterada Adara, evocando en su mente la imagen de ambos.
—Sí. Son rudos y fuertes, pero seguro que yo sería capaz de derrotarlos en combate.
—No me cabe la menor duda de ello, amiga.
—¿Y en qué te vas a basar para elegir a uno de ellos?
—En nada, porque no pienso casarme.
—Adara… —comenzó a decir Sigrid. Conocía muy bien aquella expresión... sabía de sobra que en estos momentos no habría nada en este mundo que hiciera cambiar de opinión a su amiga.
—No amiga, no puedo ceder en algo así, y menos cuando Hypnos me ha advertido en mis sueños…
—¿Y dónde está ese falso dios tuyo de los sueños? Porque te recuerdo que vas a casarte en diez días y no aparece para salvarte…
Adara fulminó a su amiga con la mirada.
—¡Ayúdame a entrenar y deja de decir estupideces! —le espetó la rubia a su amiga con furia.
Adara atacó a Sigrid con fuerza y con rabia, pues su tiempo se agotaba…
Estuvieron luchando intensamente, hasta que exhaustas se percataron que había comenzado a ponerse sol, momento en el que a ella como diosa de la noche le había correspondido hasta hacía quince años atrás tomar el relevo de su hermana Hémera (oh, cuánto la añoraba…).
Al volver a su hogar todos estos pensamientos desaparecieron de golpe ante lo que vio: uno de sus pretendientes la esperaba en el umbral…
—Buenas noches Adara. Había venido a verte hace un par de horas, pero tu padre me informó que habías salido y preferí esperarte aquí.
—Es muy amable por tu parte… Disculpa, ¿cómo te llamabas? —le preguntó Adara tratando lo mejor que pudo de ser correcta.
—Mi nombre es Gunnbjörn Kolbeinsdóttir ‘el grande’, hijo de Kolbein ‘el rojo’ y heredero del próspero reino de Rogaland —le contestó el joven de forma presuntuosa, henchido de orgullo.
—¡Ah, sí! Eres el de Rogaland... —dijo ella con una sonrisa forzada— Pues gracias por esperarme, ¿pero para qué me buscabas?
—Quería pedirte si podrías considerar dar mañana un paseo a solas conmigo…
—Tendré que pedirle permiso a mi padre, pues si accedo a salir contigo tendré que hacer lo propio con el otro pretendiente también… de manera que mi padre te dará una respuesta mañana. Buenas noches…
—Buenas noches, preciosa Adara —dijo el joven haciendo su mejor intento por lograr entonar su despedida de manera seductora.
Adara cerró la puerta rápidamente con una extraña sensación en su pecho. Aquel chico no le transmitía buenas sensaciones... había algo en su forma de actuar que le causaba escalofríos, que la hacía sentir deseos de salir corriendo y ocultarse de él nada más verlo. Tenía bien claro que no iría a dar ningún paseo con él, y menos a solas...
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DEA NOCTIS {El Origen}
Fantasy★ Dividida, sola y sin poderes... Nyx tendrá que encontrar a su otra mitad, para poder volver a ser ella misma y detener a la terrible oscuridad que está invadiendo el mundo... Pero ésto no será facil... ★ Ambientada en el glorioso pasado de las mit...