Capítulo 16 parte 1. ESCANDINAVIA.

169 37 23
                                    

Reino de Agder, Escandinavia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Reino de Agder, Escandinavia.

Adara era una niña de casi cuatro años muy tranquila y sosegada. Era rubia platino, tenía el cabello tan claro que parecía blanco, era el manifiesto reflejo de la luna; sus ojos grises, grandes y expresivos, enamoraban a todos, y la bondad y misericordia que mostraba la hacían más bella aún.

Ella conservaba sus recuerdos, siendo así una niña bastante madura para su edad. Jugaba con otros niños, pero siempre siendo precavida, estando alerta ante cualquier peligro; sabía que en otra vida había sido una diosa, pero ahora era sólo una niña, e intentaba disfrutar de la niñez que nunca tuvo.

Adoraba a su padre Hans; siempre quiso tener unos padres así, saberse querida y amada, sin importar nada más. Aunque sus hijos la amaban de tal forma ella nunca había podido sentir el cariño de unos padres; el castigo que se le impuso no era tan malo como había creído en un principio.

Un suave murmullo le hizo voltear la vista. Allí, cerca de los grandes árboles que rodeaban el pueblo, una fina túnica azul cielo se escondía tras ellos. Esa túnica le recordó a alguien... Corrió curiosa tras ella, hasta que se detuvo frente a una joven de cabello rubio. Su rostro le parecía tremendamente familiar, pero no recordaba a quién pertenecía. La joven sonrió al verla, y sus ojos se anegaron en lágrimas.

-¿Por qué lloras? -preguntó Adara.

-Lloro de felicidad, porque eres una niña preciosa.

-¿Te conozco?

-No me recordarás... Yo soy quien te dio el nombre por el que se te conoce.

Adara supo inmediatamente de quién se trataba, y todos los recuerdos de sus primeras horas de vida como mortal, se agolparon en su mente.

-¡Tú me diste la vida!

Katiena asintió...

» Gracias madre, ¿pero qué haces aquí? ¿Está Thánatos contigo?

Katiena se dio cuenta de inmediato que aquella era una información que una niña de cuatro años no debía poseer, ni siquiera debería poder pronunciar "Thánatos". Algo le habían ocultado sobre su bebé...

-¿Qué sabes tú de Thánatos?

Adara se quedó pensativa ante esta pregunta.

-Puedo recordarlo todo.

-¿Qué puedes recordar?

-Recuerdo la cesárea que me dio la vida, recuerdo cómo Thánatos me protegió recién nacida, recuerdo también tu voz, tu aroma... Recuerdo nuestra despedida...

-¡Pero es imposible! ¡Eras un bebé! -rebatió Katiena perpleja.

-Sí, pero soy mucho más que una niña humana. Pregúntale a Thánatos, debe ser él quien te explique la razón de todo lo ocurrido.

DEA NOCTIS {El Origen} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora