capítulo 27 parte 1. BORTFØRING

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Reino de Agder, Escandinavia.

Gunnbjörn despertó en su tienda algo aturdido. No recordaba cómo llegó al campamento ni lo acontecido tras su encuentro con aquella hermosa joven del bosque…

Se levantó tambaleándose, al igual que lo hubiera hecho después de una terrible borrachera, de manera que atribuyó su amnesia a ello; pensó que probablemente se habría emborrachado luego de compartir su lecho con aquella mujer, como tenía costumbre de hacer en todas sus conquistas.

Se aseó rápidamente y recordó su cometido en aquellas tierras: unirse en matrimonio con la völva; de manera que se puso en marcha con los primeros albores del día...

—Buenos días, hermosa Adara —dijo Gunnbjörn ‘el grande’ en cuanto Adara salió de su casa.

Ese muchacho era realmente agotador... La vigilaba durante toda la jornada, la esperaba cada mañana en la puerta de su cabaña para darle los buenos días y la seguía a casi todas partes. Adara tenía que realizar grandes esfuerzos para perderlo de vista y quedar libre de su presencia un momento. Pero éste no se daba por vencido...

—Hoy estás muy bella...
—Gracias Gunnbjörn, pero tengo cosas que hacer. Que tengas un buen día… —dijo Adara cogiendo la cesta de ropa y avanzando hacia un grupo de niños que jugaban cerca de allí.
—Brianna, ven aquí.
—¡Hola Adi! —le saludó sonriente la chiquilla.
—Toma, dale esto a Sigrid —Se quitó rápidamente su brazalete de protectora del reino y se lo entregó a la pequeña.
—Es… —comenzó a decir la niña atónita.
—¡Por supuesto! Hoy será un día maravilloso a tu lado —interrumpió Gunnbjörn cuando la alcanzó.

Adara guiñó el ojo a la pequeña y ésta salió corriendo.

—¿Por qué no haces cosas de hombres como ir a cazar o beber hidromiel? —le increpó Adara harta de su atosigante insistencia.
—Eso lo haré cuando estemos casados. Además, ¿crees que voy a permitir que ese fracasado de Asgeir se te acerque?
—¿Sabes que aunque no te separes de mí ni un solo día eso no te asegura que me case contigo, verdad?
—¿Y por qué ibas a preferir a ese indeseable antes que a mí? ¿Acaso nuestros reinos no coexisten en paz desde hace años? No te marcharías a vivir a un reino extraño y plagado de enemigos, vendrías a un reino amigo donde te sentirías como en casa.
—Eso lo dudo... Pero dime, Gunnbjörn, ¿qué es peor, un enemigo que intenta firmar la paz o un amigo que teniendo paz amenaza con la guerra?
—Me elegirás a mí, todo el mundo lo sabe. Soy mejor partido que él; además, mi reino es mucho más poderoso...
—En este caso el poder y las riquezas no importan, puesto que me corresponde a mí decidir.
—¡Y tu decisión seré yo! —dijo más como una imposición que como una predicción.
—Eso es algo que no sabrás hasta mañana.
—Si le eliges a él estará muerto el día de la boda.
—¡No puedes matarlo porque le elija a él en lugar de a ti!
—¡Claro que puedo! Soy mucho más fuerte que él —argumentó el joven con altanería.
—¿Aun así qué te asegura que si él muriese me casaría contigo?
—¡Porque no te quedará más alternativa! Te casarás conmigo quieras o no. O tu familia correrá la misma suerte que ese pusilánime...
—¿Amenazas a mi familia por un simple casamiento? ¡Estás loco si después de lo que me acabas de decir piensas que voy a casarme contigo! —exclamó Adara indignada recogiendo la ropa y volviendo al camino...
—¿Dónde vas? —dijo deteniendo su marcha sujetándola fuertemente por el antebrazo...
—¡¿Y a ti qué te importa?! ¡Suéltame! —dijo Adara forcejeando por soltarse...
—¡Esta conversación no ha terminado!
—¡Oh, por supuesto que ha terminado! ¡Acabó en el momento que amenazaste de muerte a mi familia!
—¡Acabará cuando yo diga que acabe! —dijo tirando de Adara en dirección contraria a su aldea.
—¿A dónde te crees que me llevas?
—A mi tienda. Allí hablaremos más tranquilamente y podrás ver lo equivocada que estás al rechazarme.
—¡De eso nada! No pienso ir a ningún lado contigo, ¡suéltame ahora mismo! —chilló Adara mientras tiraba de él y forcejeaba para liberarse de su agarre.

DEA NOCTIS {El Origen} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora