#1- Labial de prostituta y piano.

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La mujer rubia cerró los ojos, tomando un poco de aire y viendo a las dos chicas que estaban frente a ella, una rubia idéntica a ella, con sus cejas juntas, enojada y una azabache de unos 16 años, con una sonrisa en su cara y una mirada divertida. Suspiró, sabía que Afrodita había hecho de las suyas.

—Bien, ¿qué pasó?— ambas adolescentes comenzaron a hablar al mismo tiempo, logrando que nada se entendiera— Una a la vez. Fleur, como veo que eres la más enojada, habla tú primero.

—¡Afro escondió mi labial rojo!— reclamó la rubia, cruzándose de brazos y viendo a la nombrada con enojo— ¡Que me lo devuelva! Tengo una cita hoy y lo necesito.

—Afrodita...— comenzó Apolline, viendo a la azabache con reproche—.

—Pero, tía— hizo una mueca— ¡Es el rojo prostituta! Es un asco, creerán que eres una regalada, Eur. ¡En una primera cita!

Apolline sintió un deya vú, para sonreír, viendo a ambas chicas que iban a comenzar a discutir.

—¡Claro que no! Es un rojo normal, Afrodita. No es mi culpa que tú no tengas sentido de la moda.— rodó los ojos Fleur, mientras la azabache rió irónicamente—.

—Yo no tengo sentido de la moda, pero por lo menos no utilizo labiales que parece que me están pagando por noche— la azabache le sonrió con inocencia—.

—Que uses labiales negros solamente no quiere decir que mis labiales no sean lindos, todo lo contrario.

—Por lo menos no parezco una put...

—¡Basta!— interrumpió Apolline, vio a ambas, con el ceño fruncido— Afrodita, esa palabra no se dicen en ésta casa, ya lo sabes, y devuélvele el labial a tu prima. Fleur, no usarás ése labial, Afro tiene razón, no es para una primera cita, es para cuando ya estás saliendo con el chico.

La rubia adolescente bufó, cruzándose de brazos, mientras que la azabache comenzaba a buscar en su bolso expansible hasta que sacó el labial por el que estaban peleando. Efectivamente, era un rojo prostituta.

—Aquí tienes, Eur.— le dio el objeto, mientras la rubia asentía, suavizando su vista— Venga, con Gabs te podemos ayudar a elegir algo más suave.

La rubia asintió, saliendo de ahí primero, para buscar a su hermana pequeña.

—Afrodita...La próxima dime que usará— la chica rió, asintiendo— Ahora ve, Fleur te espera.

La azabache asintió, saliendo el lugar, mientras Apolline miraba el lugar donde antes estaba su sobrina. Era tan parecida a su amiga, lo único que lo diferenciaba eran los ojos, que eran de un gris plata llamativos. Pero su actitud, sus gustos... sus bromas. Era como tener a Anna otra vez, Fleur era ella y la pequeña Gabrielle se parecía tanto a Narcissa... era como verse otra vez con sus amigas. Solo sentía que le faltaba Belle... negó, no debía pensar en sus amigas difuntas.

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Fleur se había ido a su cita con un muggle castaño, el señor Delacour se había ido a una reunión en el Ministerio de Magia de Francia y Gabrielle estaba con una amiga en su habitación. Afrodita aprovechó su tiempo a solas, acercándose al piano que había en la sala principal. Lo acarició, se lo habían regalado para su cuarto cumpleaños, luego de que dijera que estaba interesada en la música. Era algo especial lejanía dicho su tío, era una manera de recordarle que había maneras de desahogarse, no solo lanzar cuchillos, como estaba acostumbrada. Se sentó frente al instrumento, comenzando a tocar unas suaves melodías clásicas. Una rubia apareció, sentandose junto a su sobrina.

—Tocas igual que tú madre— le comentó, viendo cómo la chica se detenía—.

—Tía...— murmuró, bajando la cabeza— Lo estuve pensando mucho... y quiero ir a Inglaterra, no como vacaciones, sino ir a buscar respuestas, quiero saber quién soy, cómo son mis padres, quién era mi padre. No puedo vivir más con esa clase de dudas, quiero saber. Todo lo que sé es que mi mamá se llamaba Anna, que lanzaba cuchillo, amaba la música, las bromas y nada más.

Apolline suspiró, sabía que el momento estaba por llegar. Y había llegado.

—Lo lamento, Afro, tu madre me dijo que todo debías saberlo por ti misma. Pero no puedes ahora, te faltan dos años para terminar el instituto. Luego de eso, irás a Inglaterra, te lo prometo, iré contigo, te mostraré la antigua casa de tu madre, verás qué te gusta allá. Lo juro, yo te apoyo, solo termina el instituto. Solo te pido eso.

La azabache asintió, abrazando a su tía.

—Gracias, tía... Gracias por estos 15 años cuidandome. No podía haber pedido una mejor tía.— murmuró, sin soltarla.

—De nada, nena, siempre estaré contigo. Lo prometo y te apoyaré en todo lo que necesites.

Se quedaron abrazadas, para luego separarse.

—¿Quieres algo para merendar?— preguntó la rubia, viendo a la pequeña niña.

—Una tarta de chocolate, por favor.— pidió, la chica asintió, levantándose y caminando a la cocina—.

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¿Por qué 3 de Abril? Porque fue el día que, literalmente, hicieron a Afrodita.

Estaré subiendo el Viernes, si veo que la novela tiene buenas repercusiones agregaré un día más. Saludos y espero que os guste.

Los secretos de una BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora