McGonagall caminaba a toda velocidad a la oficina de Dumbledore, tenía una duda que quería sacarsela. Llegó frente a las águilas, que le evitaban la entrada. Se aclaró la garganta, para poder hablar.
—Maní de calabaza— dijo, para ver cómo el pájaro le daba lugar, para entrar—.
—Profesora McGonagall— sonrió Dumbledore, al tener a la mujer frente a el— Tome asiento, ¿quiere un caramelo de limón?
—Trece años y usted me sigue invitando caramelos de limón— sonrió la mujer, para luego cambiar su expresión— Vengo a preguntarle algo muy serio, Albus.
—Dime, Minerva— sonrió, viendo a la mujer con suma atención—.
—Anna y Sirius— murmuró, ahora sí llamando la total atención del anciano— ¿Tuvieron una hija?
Albus Dumbledore se acomodó, soltando un prolongado suspiro. Abrió un cajón, Minerva lo miraba curiosa, hasta que vio que sacó un pergamino de ahí adentro.
—Minerva... son años y años de guardar un secreto—. suspiró, dejando sobre el escritorio el pergamino— Y creo que Anna está de acuerdo con que el momento llegó. Sí, tuvieron una hija. La pequeña Afrodita Black. Anna la alejó cuando su casa se destruyó, cuando se dieron cuenta que Voldemort quería matar a la niña. Quiso que pocos lo supieran, para que no corriera el rumor. ¿Usted se enteró de alguna manera en especial?
—Albus... acabo de ver una niña de Beauxebatons, era idéntica a Anna— murmuró, con un deje de melancolía— Solo que sus ojos eran de Black. Me despertó curiosidad, algo me dice que esa niña es.
El hombre hizo silencio, meditando unos minutos.
—¿Cómo dice que se llama la niña?— preguntó al fin—.
—No lo sé, su apellido es Delacour...
—Apolline no me dijo nada de que vendría— suspiró, le tendió el pergamino— Es una carta de Anna, antes de morir. Son las instrucciones sobre Afrodita.
Albus:
Quiero que sigas mis instrucciones para cuando Afrodita esté cerca. No preguntes por qué te dejo esto, sino guárdalo. Será suficiente.
Primero, solo espera que ella llegue a buscar información. Ella irá, lo sé. Querría saber quién soy y quién es su padre. Que ella descubra sola que es hija de Anna Jordan.
Segundo, una vez que sepa eso, quiero que le digas quién es Sirius. Y lo que la amabamos. Por favor, Albus, cuídala.
P/D: Si ella llega, dile a Severus.
Anna L. Jordan.
McGonagall miró al director un poco confundida.
—¿Por qué Severus? El y Sirius se odiaban cuando estaban aquí...
—Pero Anna y el eran buenos amigos— repuso el anciano, viendo el pergamino— Supongo que ella le contó a Severus lo que pasó con Afrodita y le pidió algo.
La mujer asintió, poco convencida.
—¿Solo debemos esperar hasta que ella acuda a nosotros?
—Exactamente. Concuerdo con Anna, eso pasará pronto. La niña debe saber quién es...
—Creo que deberíamos decírselo a Sirius— opinó la profesora, pensando en su antiguo alumno—.
—Entre nosotros, el está cerca y luego de la segunda prueba, se lo diré. Conoces a Sirius, es demasiado impulsivo. No me sorprendería que se aparezca en Hogwarts para verla y hablar con ella. Justo como hizo con Harry— suspiró—.
—Entonces, esperaremos... ¿Se lo diremos a Remus?
—Sí, luego de la selección de campeones le diré, el es más sensato...— sonrió— y es el padrino de Afrodita...
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Los secretos de una Black
FanficUna vida de secretos en Francia. Una familia de rubios que te tratan como una hija. La curiosidad. El pasado. El futuro. La herencia que pesa. La vida. La muerte. Segunda parte de "Ella es igual a mi".