#12- ¿Malfoy prestigioso?

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La azabache francesa caminaba hacia la biblioteca, que se había convertido en su lugar de paz luego de varios días de estancia en Hogwarts, allí se pasaba la tarde leyendo y aprendiendo cosas.

Antes de poder entrar logró ver a alguien que caminaba frente a ella, sonrió, reconociendo al cuatro campeón del torneo, caminaba junto a una jovencita de cabello castaño y alborotado.

-¡Harry!- lo llamó, logrando que ambos se dieran vuelta, viéndola.

-Afro- le sonrió el chico, volviendo para saludarla ante la mirada de sorpresa e interés de su acompañante- ¿Cómo has estado? Oh, te presento, ella es mi amiga, Hermione Granger. Herms, ella es Afrodita Delacour.

La azabache le tendió la mando, saludándole, la castaña hizo lo mismo, sonriendo.

-Un gusto, Hermione. Estoy bien, Harry, ¿y tu? ¿qué tal con el hecho que estás al borde de la muerte?

El rió, mientras su amiga fruncía el ceño, no le hacía gracia el chiste.

-Creo que bien, por lo menos no he entrado en un ataque de pánico- sonrió- ¿Ibas a la biblioteca?

-Sí- asintió- Pero veo que a ti no te hace ninguna gracia.

-Bueno... no mi, pero acompaño a Herms- explicó, sonriéndole a su amiga-.

-Hermione- llamó a la chica- ¿puedo robartelo unos minutos?

-Oh, claro- dijo, hablando por primera vez- Pueda llevartelo, así puedo concentrarme mejor.

-Nos vemos, Herms- sonrió Harry, mientras que Afrodita se despedía con la mano, alejándose de el-.

Ambos caminaron hacia el lago, mientras hablaban sobre cosas tribales. A Harry ciertamente le agradaba la chica, no se parecía en nada a Fleur, que lo miraba con desdén cada vez que se cruzaban, Afrodita era mucho más agradable, divertida y tenía esa calidez que solo Sirius le hacía sentir.

-¿Juegas quidditch, Harry?- preguntó la azabache, mientras acomodaba su brazalete en su muñeca-.

-Sí, entré al equipo cuando estaba en primero, soy buscador- sonrió, recordando la sensación de volar- ¿Tú juegas?

-Claro, soy cazadora, pero no juego en ningún equipo, en Beuxbatons no jugamos quidditch, dicen que es un deporte masculino y nada que debe llamar la atención femenina- rodó los ojos- En un tiempo hubo, por la población masculina que había en el instituto, pero luego se dejó de jugar cuando los mismos chicos perdieron el interés en el y a las chicas no se les permitía el ingreso a el equipo.

-Vaya... es muy raro- río el Gryffindor-.

-Sí, nos daban clases de baile clásico- se encogió de hombros, sonriendo- Es divertido, uno aprende mucho de precisión y cómo equilibrarse.

-Suena bien, aunque a mi no me gustaría, no se me da el baile...

-Lo imaginaba- río- Harry Potter... ¿cómo supiste lo de tus padres?

El azabache suspiró, poniendo una cara mitad seria y mitad incómoda, después de todo no le agadaba hablar de ése tema con una chica que acababa de conocer.

-No debes responder si no quieres...- comenzó, pero Harry levantó una mano, restándole importancia-.

-Mis tíos jamás me dijeron que era un mago, ni que mis padres fueron asesinados... me enteré cuando llegó mi carta de Hogwarts, larga historia.- suspiró, mirando sus pies- Luego comencé a saber más de ellos, de su vida... y siempre creo que me falta saber más de ellos...

-Te entiendo, Harry- pasó su brazo por sus hombros, sonriéndole con cariño, veía algo de ella en el- Sé que pensarás "qué sabe ésta francesa, si seguramente tuvo una vida perfecta"

Harry rió, negando.

-No pienso eso...

-Déjame terminar- bufó- Te entiendo porque tampoco tengo padres, porque soy Delacour porque los padres de Fleur me adoptaron. No sé cuál es mi apellido, lo único que sé es que mis padres eran ingleses y que mi madre se llamó Anna, nada más.

-Vaya...- el parecía sorprendido- ¿No sabes nada más? Porque podrías averiguar, tus tíos deben saber algo...

-No exactamente- rió- Saben cosas de mi madre, pero no me quieren decir. Mamá parece que les hizo prometer que no sabría nada de ellos hasta que no averiguara por mi misma. Y aquí me tienes.

-Vaya interesante... ¿averiguaste algo importante?- preguntó Harry, realmente curioso por los padres de la chica-.

-Cosas nimias...- comenzó, pero fue interrumpida por un rubio que pasa por ahí-.

-Potter- pronunció con desagrado, mirando con desdén a ésta- Veo que conseguiste una novia, aunque, linda, deberías estar con un verdadero ganador, no con San Potter.

Harry iba a responderle, pero noto algo en la risa despectiva que hizo Afrodita que lo detuvo.

-Rubiecito- pronunció con soberbia, acercándose a el- ¿Debo interpretar que tú eres un ganador? Pues mírate, tío, no eres más que un papanatas con complejo de Narciso.

-Ja, francesa- rió, pero parecía muy enojado- Soy un Malfoy, soy un ganador natural. Mi padres es uno de los magos con más prestigio en el mundo mágico.

Afrodita se rió con gracia, rodando los ojos.

-No sé quién te hizo creer eso, pero tu padre no pinta ni con pincel- le sonrió perversamente- Y yo soy un Delacour, hija de un verdadero mago prestigioso, ya sabes de los que ganan su fama por su trabajo, no de los que van por ahí amenazando gente.- le guiñó un ojo- Aprende a respete a tus mayores, rubiecito.

La azabache tomó a Harry del brazo, pasando junto a Draco chocando sus hombros. Le había dejado con la palabra en la boca y nadie dejaba así a Draco Malfoy. El rubio sacó su varita, aprovechando que estaban de espalda, susurró un "petefricus totalus" dirigido a la azabache insolente. Para su mala suerte ella pareció preveer su maniobra, se dio vuelta, protegiéndose.

-Creí que eras más inteligente- susurró, apuntando con su varita a Draco que, sin que ella dijera nada, comenzó a levitar y a dar vueltas por el aire- Nunca ataques a un mago con más experiencia, Malfoy, ¿o acaso tu papi no te enseñó a rendirle respeto a los más fuertes?

Draco parecía demasiado humillado como para hablar, la poca gente que había en el lugar miraba la escena con gracia, varios Slytherins se acercaron para salvar a su compañero, intentaron atacar a la chica, pero parecía plenamente inmune a cualquier ataque. Claro, Afrodita era de hecho una bruja con mucha experiencia en duelos múltiples, tanto mágico como muggle.

-Niño, la próxima ten más respeto- pronunció, para lanzar a Draco al lago negro y desarmo a los demás slytherins- Vamos, Harry.

Harry, que parecía extremadamente divertido y no paraba de reír, asintió, caminando de nuevo al castillo.

-Eso fue genial- le sonrió el chico y ella asintió-.

-Solo un poco, me molestan los rubios soberbios, si pudiera le hubiera lanzado un hechizo más duradero... pero recordé que no estoy en Beuxbatons- se encogió de hombros-.

Los secretos de una BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora