Locos de amor.

Capítulo XII

           

James POV

Esta mañana he cometido una locura. Abrí la puerta y ahí estaba ella; parada con una caja de cereal y dos tazones en la mano, esa castaña con ideas descabelladas. Quien me ha ofrecido nuevamente unirnos para destruir a Ryan, y esta vez he aceptado cuando los he visto a él y a Emma besarse apasionadamente a punto de tener sexo. Después de eso mi nueva amiga y yo hemos decidido cerrar el trato como todo negocio con un fuerte apretón de manos, y eso me ha dejado intrigado, cuando nuestras manos han hecho contacto he sentido algo que no sé cómo llamarlo. Hemos desayunado el cereal que ha traído y después se ha ido a su departamento, me ha pedido que nos veamos a medio día para iniciar con el plan. Como aún falta casi media hora para eso, llamo a Andrew.

-Hey hermano. Me saluda efusivamente.

-Hola, ¿Qué tal están Mía y tú?

-Muy bien, ella te manda saludos. Oye James, Jeremy me conto lo que paso, lo siento.

-Tranquilo, no sucede nada. Sé que trataste de ayudarme y te lo agradezco hermano. Le digo.

-James tengo que decirte algo. Me ha dejado a mí como encargado. Dice Andrew apenado.

-Felicidades, te lo mereces. Le digo a mi amigo de la manera más sincera, sé que cualquiera podría estar furioso, pero a mí me alegra que sea mi amigo a quien considero mi hermano quien tenga este puesto.

-Pero James este era tu puesto.

-Andrew no hay nada que decir, en verdad me alegra mucho que tu tengas el puesto, por ti, por Mía, por el bebé.

-Gracias hermano. Dice él.

-Ahora quiero pedirte un último favor. Le digo seriamente a mi amigo.

-Lo que sea hermano.

-Necesito que vendas mi coche, Jeff el novio de Holly estaba interesado en él. Me ofrecía quince mil dólares. Si su oferta sigue en pie acéptala.

-Pero amigo, eso me parece una locura.

-Solo hazlo, por favor.

-Ok, ok. En cuanto haga el trato con él te enviaré el dinero.

-Gracias, saluda a Mía.

-Claro, cuídate hermano. Me dice y colgamos.

Justo en ese momento escucho la puerta y por la hora, ya se de quien se trata. Abro la puerta y ahí está otra vez ese bello torbellino castaño.

-Adelante. Le digo.

-Bien James tenemos que empezar con el plan cuanto antes. Dice ella sonriente. –Tenemos que hundirlos, acabarlos.

-Quiero a ese tal Ryan lejos de Em. Así podré recuperarla y pedirle matrimonio. Le digo.

-¿Vas a casarte con ella? ¿Quieres estar con Barbie? Me cuestiona. –¿Después de que se acuesta con Ryan?

-Oye eso no te incumbe, yo amo a Emma.

-Eso no se llama amor, se llama no tener dignidad. El amor no existe, no es real. Dice ella.

-Que puede saber una loca como tú, seguramente eres una acosadora y como el tal Ryan no quiere estar contigo descargas tu frustración con Emma, le tienes envidia. Le digo bastante molesto. –Te gustaría ser como ella.

-¿Envidia? Claro que no, es todo lo contrario, lo que siento por ella es pena, lastima.

-Lastima das tu porque no tienes a nadie que te ame. Digo esto ultimo sin pensarlo y en ese mismo instante siento como su mano se estampa en mi cara. Y veo como unas lágrimas ruedan por sus mejillas.

-Eres un idiota igual que él, fue un error pensar en que podrías ayudarme. Por cierto, yo también estuve a punto de casarme. Me dice ella saliendo de mi departamento.

-¿Ha dicho que iba a casarse? ¿Con Ryan? Soy un verdadero idiota. Me regaño mentalmente. Y es que sin duda toda la presión contenida desde que Emma me envió la carta, hasta verla esta mañana a punto de tener sexo con otro me han orillado a explotar de esta manera y justo tenía que ser con esta chica, a quien no conozco, que a simple vista parece ser una loca, pero he olvidado que se trata de una persona con sentimientos.

Enojado conmigo mismo me tiro sobre el sofá y un fuerte dolor de cabeza me ataca, me pongo a pensar en que debo pedirle una disculpa pero creo que este no es el mejor momento, si no que debo esperar. Después de un par de horas de pensar en lo que voy a decirle me duermo y creo que es por el momento que he vivido, que comienzo a soñar con esos hermosos ojos azules y su peculiar aroma a fresas. Me despierto aun con el dolor y veo por la ventana que hay una fuerte lluvia, observo el reloj y son las cuatro menos diez. Decido levantarme del sofá y me pongo a dar vueltas por el departamento, atormentado por lo sucedido y con ella en la mente, ¿Qué me sucede? ¿Por qué pienso en esa chica?

Decidido, camino escaleras arriba para ofrecerle una disculpa, justo cuando llego a la azotea la lluvia me empapa completamente, volteo hacia donde se encuentra su habitación si así se le puede llamar y la veo ahí sentada en el piso con los ojos rojos y mojada de pies a cabeza. Soy un estúpido, el lugar donde duerme a penas y tiene techo.

-Dakota tienes que bajar.

-¡Déjame en paz! Vete. Dice ella.

-Oye vas a enfermarte. Lo lamento, soy un imbécil, el verdadero rey de los idiotas. Cuando digo lo último pareciera que una sonrisa estuviera a punto de asomarse en su cara, pero veo que se contiene. –Por favor vamos. Le digo tendiéndole mi mano.

-Si eres el rey de los idiotas. Me dice y toma mi mano justo cuando estoy tratando de ayudarla resbalo haciendo que ella caiga justo encima de mí. Estamos muy cerca y nos quedamos inmóviles sintiendo la respiración el uno del otro.

-También eres algo torpe. Dice ella, rompiendo el silencio y levantándose rápidamente. Yo también lo hago.

-Bien será mejor que bajemos. Digo nuevamente. Una vez en mi departamento le ofrezco una toalla y ella se dirige al baño. Y yo me quedo ahí un momento pensando en cuál será el siguiente paso con esta chica.

N/A
Hola chicas, volví después de una larga semana. Mil disculpas por estar ausente pero he tenido mucho trabajo, espero que los capítulos sean de su agrado. Millones de Gracias por sus lecturas, votos y comentarios.
Trataré de actualizar pronto.
Cuéntenme que les parece la historia. 😉
Buenas noches.
Saludos Dul.