CapÍtulo 44

268 26 0
                                        



Carta de Sasha

Hola...

Por favor, no te enojes. Y si piensas botar esta carta... al menos léela hasta el final. Me costó tanto escribirla que siento que dejé un pedazo de mí en cada palabra. Solo te pido eso... que la leas. Después puedes hacer lo que quieras.

Cuando te la entregue, seguramente ya habré salido corriendo a esconderme. Me muero de vergüenza. Pero en el fondo... estoy esperando que me encuentres. Más adelante sabrás dónde estoy.

No sé cómo pasó... simplemente sucedió. Y créeme que nunca, ni en mis sueños más absurdos, pensé estar escribiendo una carta como esta. Y menos para ti.

Yo no sé hacer esto. Nunca lo he hecho. Pero aquí estoy, intentando transformar lo que siento en palabras. Aunque me tiemble el corazón, aunque me duelan los dedos al escribir, aunque la voz se me quiebre incluso en silencio.

Y ahora... tengo que decirlo. No puedo seguir callando.

Estoy enamorada de ti.

Sí, así, sin vueltas. En esta carta, al menos, decidí ser valiente. Porque mirarte a los ojos y decírtelo... es simplemente imposible.

Y mientras lo escribo, no puedo evitar pensar en tu cara, esa sonrisa burlona que siempre me hace rabiar. Pero también me encanta. Todo de ti me gusta. Incluso esos lentes que al principio odiaba y que ahora me parecen lo más sexy del universo.

Eres mi nerd sexy. ¿Lo sabías?

Y me siento tan ridícula por escribir esto... pero es la verdad.

Al principio me negaba a sentir algo por ti. Me enojaba conmigo misma cada vez que mi corazón latía más fuerte cuando estabas cerca. Pero ya no puedo fingir. Me rindo.

Sé que probablemente me odias. Sé que cometí errores... errores que me pesan. Pero estoy dispuesta a todo. A conquistarte. A mostrarte que no soy la chica mala que crees que soy.

Te necesito, aunque sea por un minuto. Porque cuando me miras, aunque sea solo una vez, yo ya soy feliz. Y cuando nos peleamos, cuando nos fastidiamos, siento que somos únicos. Como si el mundo desapareciera y solo quedáramos tú y yo.

Y sí... he tenido tantas caídas a tu lado. No solo físicas, como cuando me reía de mí misma tropezando en la reja. Me refiero a las caídas del alma. A las veces que me rompiste el corazón con tu indiferencia. Y lo peor es que muchas veces... yo misma provoqué eso.

Lamento tanto no haberte defendido. No sabes cuánto quise hacerlo. Lloré más veces de las que puedas imaginar. Y odié mi cobardía. Odié no poder abrazarte y decirte que estaba contigo. Que me importabas.

Perdóname... por no ser valiente.

Merezco tu frialdad, lo sé. Y por eso ahora estoy pagando. Porque todo me duele. Y lo que más me duele es haberte lastimado.

Pero quiero que sepas que puedo ser amor. Que tengo tanto amor dentro de mí que ya no cabe más. Y es para ti. Solo para ti.

Ya no te haré daño. Lo juro. Y si alguien vuelve a tocarte, me tendrán que enfrentar a mí primero. No me importa salir herida. Porque ya no tengo miedo. Porque te amo.

Te entrego mi corazón, sin condiciones. Está en tus manos. Rómpelo, cuídalo, haz lo que quieras. Pero al menos, míralo. Acéptalo. Dale una oportunidad.

Lo único que he querido todo este tiempo... es llenarte de besos. No seguir escondiendo este amor que me consume. Porque aunque parezca fuerte, por dentro me estoy rompiendo.

Queriendo ser NERDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora