Mientras subíamos las escaleras y girábamos hacia el ala este, los nervios se apoderaron de mí. Sabía que Trunks tenía la firme intención de separar lo falso de lo real y eso hacía que me preguntara qué pasaría entre los dos por la noche cuando nos quedáramos solos. Lo esperable era que hubiera sexo y él se había asegurado de que nuestra habitación estuviera apartada de los demás. Pero ¿quería esa privacidad para que pudiésemos tener relaciones íntimas o para que su familia no supiese que no las teníamos?
Aquello era muy confuso. Él sabía separar las cosas con mucha facilidad, pero para mí era imposible.
En silencio y preocupada por la inminente situación, le seguí a través de la puerta de doble hoja que daba a una preciosa suite principal. La habitación tenía dos vestidores de madera de caoba ornamentada y una cama grande a juego con dosel. Nuestro equipaje se encontraba a los pies de la cama, frente a una pequeña zona de estar con dos sillones y una mesa de caoba. Había una chimenea en el contramuro y el suelo era de madera cubierto casi al completo por una alfombra afelpada. Aunque la decoración era tradicional, había una televisión de pantalla plana en el centro de la pared enfrente de la cama.
Mientras yo miraba la habitación y me preocupaba por nuestra situación, Trunks se quitó la chaqueta canturreando, claramente ajeno a mi inquietud. Después, se aflojó la corbata y la lanzó sobre uno de los sillones. Se dio la vuelta hacia mí mientras se desabotonaba la camisa y se detuvo al ver que yo no me había movido desde que habíamos entrado en la habitación.
Antes de que pudiera preguntar, desembuché lo que me tenía tan inquieta.
—¿Estoy de servicio o no estoy trabajando?
Una pequeña sonrisa cruzó sus labios.
—Mi familia no está por aquí. —Sí, él se había ocupado de eso—. No estás de servicio. Además, ya te dije que el sexo nunca formaría parte de la farsa y pretendo tener sexo contigo ahora.
El escalofrío que me invadió hizo que se me pusiera de punta todo el vello del cuerpo.
—¿De verdad?
—Claro.
Siguió mirándome fijamente mientras continuaba desabotonándose, moviéndose más despacio de lo que lo había hecho antes.
Tomé aire lentamente.
—Nunca hemos pasado una noche juntos.
—Es verdad. —Dio un paso hacia mí y su ladina sonrisa creció—. ¿Estás nerviosa?
«Sí».
—No.
Levantó una ceja como si hubiera notado que yo mentía.
—Deberías. Vas a estar a mi alcance toda la noche. Creo que mañana estarás escocida.
Mis nervios desaparecieron, sustituidos por una intensa excitación.
—Eso suena estupendo.
—Bien. Prepárate para acostarte. —Hizo una señal hacia la puerta del baño que había dentro de la habitación—. No tardes demasiado. Estoy deseando lamerte hasta dejarte sin sentido.
No vacilé. Cogí el bolso pequeño donde estaban mis artículos de aseo mientras me apresuraba al interior del baño. Tras lavarme la cara y cepillarme los dientes, hice otra pausa. ¿Qué debía ponerme? Había metido en la maleta un camisón sugerente, sin estar segura de si lo usaría o no. Los camisones siempre parecían sugerir un tono romántico. ¿Era verdad eso? No importaba, pues había dejado mi maleta en el dormitorio. ¿Debía salir vestida? ¿Desnuda?
ESTÁS LEYENDO
INTENSO DESEO.
FanfictionCon su reciente Maestría en Administración, Son Pan tiene su futuro asegurado, obtener un ascenso en el club donde trabaja y mantenerse alejada de cualquier tipo que pueda desencadenar su trastorno de amor obsesivo. Un plan perfecto. ...