Al día siguiente no me sentía más fuerte, pero sí decidida.
Planear el futuro seguía pareciéndome abrumador, pero podría enfrentarme al presente. «Pasos de bebé». Es lo que había aprendido durante la terapia. Y era algo que sabía hacer.
Cogí lápiz y papel y pormenoricé cada hora. Verlo por escrito me ayudaría y de ese modo no pensaría que estaba suponiendo más de lo que en realidad era. Empecé por la parte inferior de la página, pues ya había decidido ir al club.
«De 8 de la tarde a 3 de la mañana, trabajo», escribí.
Antes de eso iría a una sesión de grupo. Busqué por Internet y encontré una a las seis de la tarde. «Perfecto». Lo anoté encima de mi turno de trabajo.
En la parte superior de la página escribí:
«Desayunar, ducharme y vestirme».
Después:
«Entrar a hurtadillas en el ático para coger algo de ropa».
Incluso escribir esto último había resultado difícil. Decir que parecía desmoralizante era un eufemismo. The Bowery había sido el lugar donde Trunks y yo habíamos empezado a compartir de verdad nuestra vida. Estaría lleno de recuerdos dolorosos.
Pero repasar los recuerdos y enfrentarse a ellos... formaba parte de la curación.
Seguir la primera línea de deberes fue más fácil de lo que esperaba. Conseguí no vomitar el desayuno y encontré unos pantalones cortos con cordón ajustable en el cajón de Marron.
—¿Quieres que vaya contigo? —se ofreció Marron mientras mordisqueaba un bollo.
—No. Tengo que hacerlo sola. —Me recogí el pelo todavía húmedo en una coleta—. Te necesitaré la siguiente vez, cuando vaya a recoger todas mis cosas. Pero ahora solo voy a entrar corriendo a preparar una bolsa que me sirva para unos días. Me sentiré bien cuando pueda ponerme bragas otra vez. —Me puse de pie y miré mis pies desnudos—. Mierda. Solo tengo los zapatos de tacón de la fiesta.
—Te presto unos.
—No calzamos el mismo número.
Se quitó de un puntapié las chanclas que llevaba puestas.
—Puedes llevarte estas. Sirven para varias tallas.
—Bueno. —Deslicé los pies dentro. Servirían—. Vale. Me voy. Deséame suerte.
—No necesitas suerte. Tienes esto. —Me atrajo hacia sí para darme un abrazo—. ¿Estás segura de que no estará allí?
—Sí.
Había llamado a Mai para preguntárselo. Ella había hablado con la secretaria de Trunks y me dijo que estaría reunido en su despacho toda la tarde. Además le había dicho a Marron que no se estaba quedando en el ático. Si le creía, lo cual no acababa de convencerme, no iría al ático bajo ningún concepto. Posiblemente, ni siquiera habría vuelto desde que había regresado de Los Ángeles. Suponía que eso lo descubriría pronto.
Como aún era temprano, me tomé mi tiempo antes de ir al ático. Cogí el metro en lugar de un taxi y no corrí cuando hice el transbordo. Pero a pesar de que me esforcé en perder todo el tiempo que pude, al final llegué a mi destino.
Los recuerdos aparecieron antes de entrar en el edificio. Me quedé fuera observando las letras grabadas en la piedra encima de la puerta. «The Bowery». En muchos aspectos era como la primera vez que había estado allí, cuando me sentía nerviosa e inquieta y no sabía qué era lo que me esperaba dentro. Pero en aquel entonces en mi estómago revoloteaban mariposas. Ahora estaba lleno de piedras. Aunque en las dos ocasiones mi vientre había estado en movimiento, había una clara diferencia de gravedad. Una sensación me levantaba el ánimo. La otra me hundía y me anclaba a mi triste realidad.
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INTENSO DESEO.
FanfictionCon su reciente Maestría en Administración, Son Pan tiene su futuro asegurado, obtener un ascenso en el club donde trabaja y mantenerse alejada de cualquier tipo que pueda desencadenar su trastorno de amor obsesivo. Un plan perfecto. ...