Capitulo 27 PART. 2

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Rebosaba de ansiedad mientras buscaba a Trunks. Paul estaba por allí. Teníamos que irnos. Teníamos que irnos antes de que Trunks descubriera que mi mayor error había vuelto a entrar en mi vida.

Solo había recorrido unos cuantos metros del sendero cuando Trunks salió de un arbusto cercano y me agarró de la mano para llevarme hacia la puerta del jardín.

—Tenemos que irnos. Ahora. —Su tono era enérgico, impaciente. «Joder». Lo había descubierto. ¿Nos había oído hablar? ¿Habría supuesto que cualquier Paul del que hablara sería Paul Kresh?

Yo fingí no saber nada por si acaso me equivocaba, esperando equivocarme.

—¿Por qué? ¿Qué pasa?

El corazón se me detuvo mientras aguardaba su respuesta.

En lugar de contestar, me cogió la mano y la colocó sobre su polla todavía dura.

—¡Dios mío!

Confiaba en que mi exclamación hubiera parecido más de asombro que de alivio. Sobre todo porque en parte era de asombro. Siempre me sentía impresionada ante el pene de Trunks. Incluso en medio de una crisis personal.

Puse mi flirteo a pleno rendimiento, porque sabía que era la forma más fácil de salir de allí.

—También me puedes follar aquí, en el jardín.

—No me tientes. Estoy a punto de tumbarte sobre ese banco de allí, pero puede que no sea de muy buen gusto. Y no me gustaría empañar tu reputación. —Clavó los ojos en mí—. Además, lo que tengo guardado para ti va a mantenernos ocupados la mayor parte de la noche y estoy seguro de que la Sociedad Botánica de Brooklyn preferirá cerrar antes de que yo haya acabado.

Al instante necesitaba cambiarme de bragas.

—Ah, vale.

—¿Supone algún problema?

—Ninguno en absoluto.

Casi estábamos en la entrada del jardín cuando Trunks lanzó una maldición.

—¿Qué pasa?

—Estoy viendo a alguien con quien debería hablar. ¿Te importa?

Yo estaba caliente, necesitada y desesperada por que saltara sobre mí, así que sí, me importaba. Pero al mirar a Trunks supe que a él le importaba más.

—Teniendo en cuenta cómo estás andando, creo que es a ti a quien más le afecta.

Me lanzó una mirada dolorida y empezó a acercarme hacia un grupo de caballeros que estaban charlando cerca.

Entonces lo vi por el rabillo del ojo. Giré la cabeza para asegurarme de que era él. Lo era. Paul en carne y hueso, ¿quién lo iba a decir? Por suerte no estaba con los hombres con los que Trunks tenía que hablar, pero sí cerca de la oficina de información hablando con un camarero que sujetaba una bandeja de copas de champán vacías.

Me dispuse a mirar a otro lado, pero no fui lo suficientemente rápida. Nuestros ojos se cruzaron desde lejos.

—Trunks, te dejo hablar con tus colegas. Voy a buscar el servicio de mujeres.

Me atrajo hacia él.

—Quizá vaya a buscarte cuando haya terminado aquí —me susurró antes de darme un beso en la frente.

Sentí cómo el rubor se extendía por mi cuello, pese a que sus palabras habían sido bastante inocentes comparadas con su habitual forma de hablar. Pero yo estaba ya tan excitada que cualquier cosa que él hiciera o dijera suponía un detonante. También era algo inadecuado. No quería estar alterada ni cachonda cuando hablara con Paul. Seguramente supondría que era por él.

INTENSO DESEO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora