Ten, necesito ir a Capsule Corp—le dije cuando subí al coche al día siguiente por la tarde. Me pregunté si debería decirle que quería ver a Trunks. En realidad no era mentira, porque sí que quería verle. Sin embargo no era a él a quien tenía intención de visitar.
—Muy bien, señorita... Panny —dijo, rectificando antes de que yo tuviese que recordarle que me llamara así—. Estoy seguro de que a él le gustará la sorpresa —añadió un momento después.
Yo sonreí y asentí cuando sus ojos me miraron por el espejo retrovisor. Me fastidiaba que conociese tanto mi vida y mi agenda cotidiana como para saber que Trunks no me esperaba. ¿Le habría dicho Trunks que no quería que yo fuera por allí? En ese caso, lo más probable era que no me llevara. Aunque luego yo conseguiría ir a su despacho por mis propios medios. Trunks ya debía de esperar eso de mí. Quizá mi chófer simplemente estuviese informado de mis planes diarios. Aunque no por mí, así que no sería una información muy precisa. Al fin y al cabo, yo no era prisionera de Trunks.
Cualquiera que fuera la información que ellos dos —o tres, si incluía a N°17— compartieran sobre mí, estaba convencida de que Trunks siempre estaba al corriente de mi paradero. Probablemente Ten le enviaría un mensaje a Trunks en el momento en que yo saliera del coche para avisarle de que iba a subir.
No podía pedirle a mi guardaespaldas que no informara sobre mí. Eso pondría en peligro su puesto de trabajo. Pero sí podría conseguir algo de tiempo. Cuando se detuvo delante del edificio de Capsule Corp, me incliné sobre el asiento de delante.
—Dame unos minutos antes de delatarme, ¿de acuerdo? No quiero echar por tierra la sorpresa.
Ten no dijo nada, pero por su sonrisa supe que me haría caso.
—Gracias.
Besé a Ten en la mejilla, sorprendiéndonos los dos por mi muestra de cariño, y salí del coche.
Teniendo en cuenta lo destrozado que estaba mi corazón, me encontraba casi bien de ánimo cuando pulsé el botón del ascensor que llevaba a la planta de Trunks. La conversación con Iresa había ido bien y eso hizo que aumentara mi confianza en que la siguiente cita me saldría igual. Aunque Marron no me acompañaba en esta ocasión, me sentía capaz de conseguirlo. Y, si todo iba bien, obtendría respuestas.
Con suerte, no serían respuestas que me destrozaran aún más.
Sentí pánico un instante cuando el ascensor se abrió en la planta de Trunks. Asomé la cabeza por las paredes de cristal que daban a la sala de espera. Aparte de Athena en su mesa, la sala estaba vacía. La puerta del despacho de Trunks se encontraba cerrada. Si Ten ya le había enviado un mensaje informándole de mi llegada, o bien Trunks no lo había leído todavía, o bien no se encontraba en el edificio. En cualquier caso, eran buenas noticias para mí.
Me escabullí por el pasillo sin ser vista.
El despacho de Mai era fácil de encontrar. Solo trabajaban dos altos ejecutivos en esa planta, así que no había muchos sitios donde buscar. Desde fuera supe que el de ella era más pequeño que el de Trunks y que no tenía vistas desde la esquina. Por algún motivo, aquello me hizo sentirme bien. Dios, ¿de verdad me estaba comportando como una zorra despreciable? No. Simplemente era una mujer a la que habían despreciado.
Había concertado mi visita con el ayudante de Mai, así que ya sabía que me encontraría a un hombre en la mesa que estaba delante de su despacho.
La placa de identificación decía que se llamaba Yamcha. Di un paso al frente y me presenté:
—Soy Son Pan. Vengo a ver a Mai.
—Deje que la avise para saber si puede recibirla. Por favor, siéntese.
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INTENSO DESEO.
FanficCon su reciente Maestría en Administración, Son Pan tiene su futuro asegurado, obtener un ascenso en el club donde trabaja y mantenerse alejada de cualquier tipo que pueda desencadenar su trastorno de amor obsesivo. Un plan perfecto. ...