12.

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Camila se detuvo frente a la puerta de la habitación de Lucille, se quedó unos segundos, con la mente en blanco, es decir, ¿Qué diablos le iba a decir? Era solo una niña de cinco años, cruzó sus brazos encima de su pecho. Necesitaba una buena excusa para todo.

Respiró hondo, nunca había lidiado con algo así antes, talvez solo estaba arruinando las cosas. Se armó de valor y entró en la habitación.

Lucille estaba sentada en la cama, mirando a un punto específico en la habitación, se veía tan triste, como si entendiera todo lo que estaba pasando, una niña tan pequeña no debería estar pasando por todo eso.

Siendo sincera una niña pequeña no debería tener una familia tan complicada. Si es que se podía llamar a todo ese enredo una familia. La historia era tan retorcida que hacer que la niña lo entendiera sería algo complicado. Empezando porque su padre, no era realmente su padre, era algo como su tío, ya que Roger y Dexter eran como hermanos, no de sangre, pero según le habían contado, habían crecido juntos, así que eso los hacía familia.

Siguiendo con la verdad, el verdadero padre de Lucille, era un ex convicto, el cual había sido encerrado por quitarle la vida a un hombre, pero eso no era todo, había tenido nexos con Zerok, uno de los carteles de droga más peligrosos del país, había sido secuestrado y ni siquiera sabía todo lo que había vivido en ese encierro.

Roger también había participado en todo eso, pero no sabía hasta qué punto cuál de los dos era peor. Y eso le había dado a su hija, dos hombres peligrosos que representaban la figura paterna en su vida. Lucille merecía algo mejor.

Era una muy mala madre. Fue culpa de ellos por involucrarla en su vida sin decirle la verdad, pero después fue su culpa por quedarse con ellos, al enterarse de la verdad, pero después de tener a Lucille en el vientre, aun sabiendo que Dexter no quería niños, decidió tener a su bebé, y ahora la niña estaba pagando las consecuencias.

Se quedó recostada de la pared, mirando a su pequeña niña, la cual no tenía la culpa de tener un desastre de madre, y un desastre de padres, la cual no tenía la culpa de nada, y sin embargo estaba pagando los platos rotos de todos. La amaba tanto, y estaba dispuesta a hacer lo que sea para verla feliz.

Quería disculparse por haberla traído bajo esas circunstancias, quería disculparse por no tener una buena familia, y más aún, quería pedirle perdón por ser una egoísta, y querer mantenerla a su lado, porque era impensable la idea de mandar a Lucille lejos, u ofrecerle otra familia.

La niña la observó y extendió una mano hasta ella, eso hizo que su corazón doliera, se sentó en la cama a su lado y respiró hondo. No sabía que decirle, y ya no tenía ganas de mentir, se sentía peor cada vez que lo hacía. —¿Quieres que me quede contigo? —preguntó acomodándose en la cama.

La niña asintió, se acurrucó en su pecho y la abrasó, Camila la estrechó en sus brazos y llenó de besos su pequeña cara, haciéndola sonreír. —Mami está contigo ahora y siempre —le aseguró, mirándola.

Lucille asintió. —Te quiero.

Camila acarició su mejilla. —Yo también, corazón.

Al otro día, todos tenían los ánimos por el suelo, ninguno hablaba, ni siquiera Roger, el cual parecía estar totalmente distraído, le ofreció a Lucille llevarla a pasear cuando saliera de la escuela, pero la niña se negó. Quería intervenir, pero ya no tenía ganas de nada, solo quería que las cosas mejoraran, porque estaba a punto de desmoronarse, estaba a punto de romperse, y sabía que cuando eso pasara, iba a tomar una decisión radical, para poder resolver las cosas.

Dejó a la niña en la escuela y se quedó parada viéndola interactuar con otros niños de su edad, se veía tan capaz, sonrió y caminó hasta su auto, ni siquiera el trabajo le estaba funcionando como distracción, necesitaba algo más.

Cuando subió a su auto, gritó al ver que Dexter estaba en el asiento del copiloto, mirando al frente, él se veía tan serio, como si entrar en autos fuera de lo más normal, alzó una ceja y miró en su dirección, como retándola a que dijera algo. —¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo entraste en mi auto? —preguntó bruscamente.

Él no dijo nada, solo resopló como si estuviera aburrido, su vida tranquila se había esfumado, ahora ni siquiera sabía si lo que hacía era correcto, Roger no sabía que se veía con Dexter, y no sabía cuál sería su reacción al enterarse. Estaba jugando con fuego, lo sabía, pero por una extraña razón no podía detenerse.

—Vamos a casa —fue su única respuesta.

Y ella lo obedeció.

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:OOO

Continuará...

VOLVERÉ II.Where stories live. Discover now