17.

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Camila se despertó de golpe. Miró a su alrededor, todo seguía oscuro, respiró hondo, por un segundo esperó que todo hubiera sido una pesadilla, y que estuviera en su cama, con el sonido de su despertador de fondo, mirando como Roger parecía tener todo bajo control, y esperando unos segundos, a que Lucille entrara en la habitación y se tirara en la cama con los brazos abiertos, como solía hacerlo.

Pero no era un sueño, todo era real, no estaba en casa, y no sabía cuándo regresaría, ni sabía lo que le depararía en caso de que lo hiciera. Sabía que, de algún modo, las cosas cambiarían entre ella y Roger. Esperaba que no, pero también esperaba tantas cosas que sabía que no iban a pasar.

Sintió ternura al ver a Lucille acurrucada entre las sabanas, ellas estaban bien, no estaban en el lugar correcto, pero estaban bien, se paró de la cama y buscó su bolso, pero no lo encontró, Dexter lo debió haber tomado, no quería que escapara. Algunas cosas nunca cambiaban.

Arropó a Lucille antes de salir de la habitación, había querido estar a solas con Dexter, pero la niña había estado aterrada, así que dejarla unos segundos sola, ni siquiera fue una opción.

Salió de la habitación, tenía aspecto desaliñado. Dexter estaba sentado en la mesa, viéndose tan autoritario, y seguro de sí mismo como siempre, viéndose como el chico malo y controlador de siempre, pero por alguna razón sospechaba que esta vez era diferente.

Había algo en sus ojos, percibía algo, algo que era totalmente diferente, algo que no había visto en su mirada en mucho tiempo, melancolía, profunda tristeza, y su corazón sufrió por él.

Se sentó frente a él y respiró hondo. Tenía tantas cosas que preguntarle, pero no quería atacarlo, disfrutó el silencio en medio de la tormenta, disfrutó estar en la línea de la cordura, mientras todo a su alrededor era un desastre sin sentido, era como volver a estar en su zona de confort, en esa reducida zona tan vulnerable e inestable, que podía desaparecer en cualquier momento.

Cerró los ojos unos segundos, y al abrirlo, extendió su mano hacia él, acariciando sus nudillos. —Sabes que Roger me va a encontrar —dijo lentamente.

Una sonrisa malvada cruzó por sus labios. —Lo sé.

Camila tragó forzado. —Quieres que él venga por nosotras —declaró preocupada.

Sin poder evitarlo, se paró del asiento y se acercó a él, acarició con sus nudillos su mejilla, y tragó forzado cuando lo vio cerrar los ojos, como aferrándose al tacto.

Él tomó sus manos y las besó. —Confía en mí.

Ella negó. —Las cosas no saldrán bien.

Dexter sonrió. —Solo confía.

En ese momento vieron a la pequeña niña entrar tímidamente en la cocina, se quedó en una esquina parada, esperando que algo sucediera. Camila se separó de Dexter, y le dedicó una sonrisa a Lucille, pero la niña no sonrió, de hecho, se encogió en el lugar en el que estaba.

Camila se acercó a ella, y la alzó en sus brazos, sonrió con tristeza al ver como la niña la abrasaba fuerte, enterrando su cabeza en el hueco de su cuello. —Todo está bien —le susurró acariciando su pelo corto—. Mami está aquí, todo está bien.

Después del medio día empezó a notar que Dexter se tensaba, parecía nervioso alrededor de ellas, en varias ocasiones, sostuvo la pistola, asustando, por supuesto, a la niña.

Sabía que las cosas acabarían mal, era una corazonada, pero además, no tenía que ser tan astuta, Roger y Dexter actuaban de la misma forma, así que era casi seguro, que Roger no iría solo

Cuando la noche llegó, metió a Lucille en la cama, la niña no entendía lo que pasaba a su alrededor, y siendo franca, ella también empezaba a no entender lo que estaba sucediendo.

Al otro día, se asustó al notar que estaba sola en la habitación, se paró lentamente de la cama, buscó a la niña en el baño, pero no estaba en la habitación, tocó su pecho, si algo malo le había pasado, un nudo se formó en su garganta, Dexter no pudo habérsela llevado lejos ¿Verdad?

Salió de la habitación y se quedó estupefacta al ver la escena que se desarrollaba ante sus ojos. Dexter y Lucille estaban desayunando en la mesa, nunca antes habían estado tan cerca, el contraste era impresionante, pero extrañamente, aunque Dexter se veía distinto a ella, al mismo tiempo, el parecido entre ellos era innegable.

Él metió su cuchara en el tazón de cereales con leche de la niña, haciendo que Lucille arrugara la nariz en su dirección, y unos segundos después, él revolvió su cabello, haciendo que la niña gruñera.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, se giró en silencio, necesitaba unos segundos, apoyó una mano en la pared, y con la otra mano, tapó sus ojos, era demasiado doloroso verlos juntos y saber que la niña no tenía idea de que él era su padre, era triste saber que por sus decisiones, hoy, la niña no sabía quién era su verdadero padre.

Sintió que algo dentro de ella se retorcía, talvez se había equivocado al alejar a Lucille de su papá.

*****

OMG :O

Continuará...

VOLVERÉ II.Where stories live. Discover now