69 MARATÓN 1/2

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Dexter respiró hondo. Le dio vuelta al cigarro sin encender que sostenía en sus dedos. En la cárcel había tomado el mal hábito de fumar. No había estado rodeado de cosas buenas en muchos años.

Había cometido muchos errores, ya no se reconocía cuando se miraba en el espejo, era como estar viendo a otra persona. Nunca tuvo una vida suficientemente tranquila, pero aún así, la maldad siempre había estado bajo control todo el tiempo.

Pero ya no podía decir lo mismo. Había hecho cosas horribles, cosas que hacía a su abuelo ser un monstruo. Ahora él era el monstruo.

De todos los errores que había cometido, del que más se arrepentía era de haberle jodido la vida a Camila. Ella no había merecido nada de lo que le había pasado. Todo había sido su culpa. Había asesinado a su padre y con eso había destruido su vida.

Sonrió tristemente al verla acurrucada entre las sábanas, ella dormía profundamente, ignorando que él estaba ahí, velando su sueño, sintiendo calambres en las manos por el deseo tan fuerte de tocarla, sintiendo como su cuerpo se movía solo y pedía a gritos abrasarla y besarla.

Había estado cinco años de su vida sin ella. Y aún seguía estando lejos, pensó que la cárcel era lo único que los mantenía separados, pero se había equivocado. Siendo honesto, ya había perdido parte de la esperanza de volver a estar a su lado.

Sonrió amargamente y sus ojos se llenaron de lágrimas, recordando lo mucho que la había herido, y lo egoísta que estaba siendo al quererla retener. La había llamado puta, y no le había creído cuando le había confesado entre lágrimas que estaba embarazada.

Apretó los ojos con fuerza. No paraba de arruinar las cosas con ella, después había permitido que roger lo manipulara como un títere y estuvo alejada de ella un año más, y ahora que ya no estaba Roger, ahora que no había un peligro directo, ahora ya no podía tenerla.

Ella tenía razones para odiarlo para siempre, y aún así en su corazón existía la compasión y le permitía estar cerca de ella, aún después de todo le permitía pasar tiempo con su hija. Ella pudo haberle dicho a la niña que él no la quería, y hubiera tenido razón, pero prefirió no hacerlo, y por eso la amó aún más.

Roger había amenazado con asesinarlo aún estando dentro de la cárcel, así que no se fiaba de nadie, y secretamente mientras Camila pensaba que su mundo se había normalizado, estaba la seguridad de Greta vigilando el perímetro. Ellos eran los mejores, era casi imposible que ella lo descubriera.

Paralelamente estaba tratando de levantar su empresa, necesitaba dinero, desde que había salido de la cárcel había estado dependiendo económicamente de su abuela, sabía que era el único heredero de Greta y sería millonario cuando ella muriera pero no le apetecía seguir gastando su dinero. su familia había construido una empresa, así que iba a luchar por sacarla a flote de nuevo.

Vio a Camila en la cocina, buscaba en internet escuelas para Lucille, se moría de ganas por volver a tener una conexión con ella, pero le resultaba tan difícil.

Estaban dentro de la cocina tan cerca que solo tendría que estirar su mano y la tocarla, pero aún así se sentía tan distante, la indiferencia que salía de su cuerpo era tan fuerte que lo quemaba.

Lucille entró a la cocina con cara de sueño, y tan solo fue ver a la niña para que su rostro se iluminara. Él tenía ganas de causarle una sonrisa de ese tipo, verla feliz de nuevo y saber que él era la razón.

Él la alzó en sus brazos y se recostó de la meseta, la niña se acurrucó en sus brazos y eso lo hizo sonreír, ella era la razón por la cual seguía luchando, era la única fuente de amor que tenía, lo que lo mantenía cuerdo.

Lo que había sufrido sobrepasaba los límites humanos, la cárcel lo había cambiado bastante, había visto cosas, había hecho cosas de las que se arrepentía.

Siempre había sabido que Roger lo traicionaría, al principio no lo había creído posible, pero con el paso de los años empezó a notar que había algo en él, algo malvado, había algo al final de su mirada, no sabía lo que era, y no lo identificó en su momento, pero era como saber que él no estaba siendo del todo honesto, reconocía que él tenía en parte la culpa porque le había prohibido ir tras Camila, para ese tiempo en sus planes no estaba enamorarse de ella, de hecho la idea le resultaba absurda, le había prohibido que estuviera con ella, justamente porque no quería contaminarla con su mundo, pero las cosas se complicaron demasiado, y ya no supo como arreglarlo sin herir a más personas.

Siempre supo que él había hecho lo posible para que lo metieran a la cárcel, pero aún así, había decidido ignorarlo, aún después de ver que había ido tras Camila, había decidido no odiarlo, pero cuando fue tras él con la intención de eliminarlo, entonces en ese momento supo que tenía que tener cuidado.

Tenía marcas en todas partes, lo habían perseguido, torturado, y cada vez que estaban a punto de matarlo encontraba la forma de escapar. Roger lo había superado, no quería que él muriera, lo quería ver sufrir, por eso recurría al maltrato.

Había vivido a oscuras, había estado días encerrado, sin comer, suspendido por una soga apretada en sus manos, había recibido latigazos, descargas eléctricas. No podía ni siquiera pensarlo, porque su piel se erizaba.

Y mientras pasaba todo eso, Roger dormía tranquilamente con Camila y con su hija, sin remordimientos. Si eso no era el nivel máximo de maldad, entonces no sabía lo que era.

Él había superado todas sus expectativas. Zerok no era nada delante de él. Se quitaba el sobrero ante Roger, porque había sido el enemigo más duro que alguna vez había enfrentado.

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D: 

VOLVERÉ II.Where stories live. Discover now