32.

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Regresó a la habitación de Roger y alejó a Lucille de sus brazos, la niña sin querer lo estaba lastimando. —Ven conmigo, bebé —dijo arrastrándola hasta el otro extremo de la cama y acomodándose con ella.

Lucille no estuvo tranquila en toda la noche, podía entenderla, Roger se quejaba constantemente del dolor de la herida, y cada vez que hacía el mínimo ruido, la niña se acercaba a él con cara preocupada, desesperada por ayudarlo.

—¿Podemos hacer algo? —Preguntó la niña, con lágrimas en los ojos.

Camila le había inyectado calmantes, pero, aun así, nada parecía hacerle efecto. Acarició su cabello y sonrió tristemente. —Estarás bien, mi amor, lo prometo, estamos contigo, corazón.

Él asintió, pero estaba tan sedado, que no era capaz de hacer nada más, sonrió y cerró los ojos nuevamente. —No me gusta que papá esté herido —dijo Lucille, acurrucándose contra ella. Camila abrasó el pequeño cuerpo de su hija. —A mí tampoco, bebé. A mí tampoco.

Al otro día, fue la última en llegar a la terraza para desayunar, tenía abrasado a Roger, estaba haciendo de consorte para él, tomaron asiento y sin poder evitarlo, tomó su mano por encima de la mesa. Notó como todos los demás, incluyendo a Dexter y a su abuela observaban la unión de sus dedos. Lucille, la cual estaba al otro lado de Roger, tomó su mano, él miró a la niña, y luego a ella, y sonrió ampliamente.

Ella haría lo que sea para verlo feliz, él realmente lo merecía, y además le pedía poco, solo que estuviera a su lado, que lo quisiera, y eso era algo relativamente fácil, Roger ya estaba en su corazón, no con la misma intensidad que ocupaba Dexter, pero iba a luchar para amarlo.

—Veo que estás mejor, Roger... Realmente me alegro por tu recuperación —dijo Greta, alzando su vaso de jugo de naranja para brindar, todos hicieron lo mismo, excepto Dexter, el cual fingió estar ocupado mirando algo en su móvil.

Greta tapó la pantalla del móvil con su mano libre, llamando su atención, y le dedicó una sonrisa forzada que decía en pocas palabras. Brinda, maldita sea.

Dexter alzó su vaso y la chocó directamente con el de Camila, de una forma tan brusca que derramó la mitad de su contenido. —Lo siento —se disculpó Camila, dando a entender que ella había sido la que había cometido el error, cuando sabía que no era la verdad.

No le daría cabida a más problemas. Era obvio que Dexter no estaría de acuerdo con que las cosas entre ella y Roger marcharan bien, suponía que era algo que tenía que superar. Ellos no estarían juntos de nuevo, era hora de que finalmente pasaran página.

Roger se pasó todo el día con Lucille pegada a su cuerpo, los dos parecían como uña y carne, su corazón realmente se rebosaba de alegría al verlos juntos y felices, él le había leído algunos cuentos, incluso habían visto dos películas juntos, la niña se había quedado dormida en sus brazos y él, sin importar que ella probablemente estaba lastimando su herida, la tomaba en brazos y la acurrucaba contra su pecho.

Todos los demás fueron capaces de ver el amor que se profesaban, era bastante tierno verlos hablar sobre cualquier cosa. La niña decía lo primero que pasara por su cabeza, y Roger, lejos de sentirse fastidiado, sonreía como bobo, y seguía el hilo de conversación, sin importar qué tan absurdo era el tema.

Camila respiró hondo, mirándolos desde la terraza. Greta estaba a su lado tomando una taza de té. —¿cómo puedes lidiar con el hecho de que tu hijo mató a su padre?

Greta dejó la taza en la mesa y sonrió tristemente. —Es algo con lo que no se puede lidiar, la noticia me rompió totalmente el corazón en tantos pedazos —hizo una pausa— A veces pienso que todo fue un sueño, no creo poder superar algo así nunca. Mi esposo fue un hombre malo, muy malo. No conocí a un ser humano más arrogante, y egoísta. Trató tan mal a nuestro único hijo, me trató tan mal a mí. No era una prisionera, pero siempre me sentí atrapada, aguanté lo más que pude por mi hijo y por mi nieto, pero no pude más. Me separé de él y me casé con un hombre bueno, el cual mereció todo mi amor en todo el tiempo que vivió.

Camila frunció el ceño. —¿Qué pasó?

Greta miró a un punto imaginario al frente. —Murió de cáncer hace unos años.

Por alguna razón el corazón de Camila se conectó con el de Greta, era como si pudiera sentir lo que ella sentía. —Lo siento mucho —dijo porque en verdad sentía el dolor, ese dolor de perder a un ser querido, al sol de hoy, la muerte de su padre le seguía doliendo tanto, que le quitaba la respiración.

—Me alejé porque no quería ver como la historia se repetía, mi esposo siendo un mal padre con mi hijo, y mi hijo convirtiéndose en un monstruo y haciendo miserable a Dexter y a su madre. No era justo, y no podía hacer nada, no supe en qué momento los hombres que más amaba en mi vida simplemente escaparon de mis manos.

Greta secó sus lágrimas. —Cuando la madre de Dexter murió en ese accidente fue un día duro para todos, con ella se había ido la pequeña esperanza de que al menos Dexter y mi hijo tuvieran una vida feliz, supe en ese momento que tarde o temprano pasaría lo que más me había temido, que Dexter se convirtiera en un ser peor que su abuelo.

—Cuando me enteré por mi propio hijo que había matado a su padre, lloré desconsoladamente, porque sabía que tendería que vivir con esa carga por el resto de su vida. Apretando el gatillo pensó que se había librado de su padre, pero lo único que hizo fue inmortalizarlo. No es justo que el destino de mi hijo esté en esa maldita cárcel por haber eliminado a su padre de una vez por todas, al final... Le había hecho un favor a todos.

Greta se levantó de su asiento. —Me vas a disculpar, pero necesito estar sola unos minutos —dijo marchándose sin mirar atrás.

Dexter miraba por el ventanal a Camila acurrucada en los brazos de Roger con la niña. Ese debería ser él, sintió tanta rabia en su corazón, que pensó que en cualquier momento podría explotar de pura agonía. Su abuela se paró a su lado, él respiró hondo. —Ella es feliz —dijo a su pesar, sin mirarla.

Greta rió amargamente. —la abandonaste por cinco años ¿Qué esperabas? —preguntó alejándose.

—No tuve opción —dijo él defendiéndose.

Greta se detuvo y alzó el bastón señalándolo. —no te atrevas a decir que no tuviste una maldita opción, tú solo te cegaste y quisiste demostrar que eras un tipo fuerte, y quedaste como un completo imbécil... Tu padre sí que no tuvo opción cuando le quitó la vida a tu abuelo, pero tú, Dexter... Solo te toca mirar desde fuera, tú mismo arruinaste tu futuro. 

****

No veo la forma de que Camila y Dexter vuelvan :'(

Continuará...

VOLVERÉ II.Where stories live. Discover now