VOLVERÉ II.

80.- EPILOGO

La canción es Find y way back- Eric Arjes

Camila se sintió un poco extraña al estar en la cárcel. Cuando el papá de Dexter se sentó en el asiento le brindó una sonrisa tan cálida, que casi la hizo llorar. —Hola papá —dijo Dexter tomando asiento, al lado de Camila—. ¿Estás bien?

Camila puso una mano en su pierna. Él se veía entusiasmado, pero sabía que fingía. Ver a su padre le partía el corazón, era algo que él no le había dicho, pero lo conocía demasiado bien para saber cuando estaba feliz y cuando fingía hacerlo.

—No quiero que vengan a este asqueroso lugar nunca más —Dijo Charles directamente.

Camila intensificó el agarre en la pierna de Dexter. —¿Por qué? —Preguntó ella, tranquilamente, tomando el mando en la conversación.

—Porque ya no estaré más aquí.

—¿De qué hablas, papá? —Preguntó Dexter preocupado.

Charles sonrió. —Que me he gastado una fortuna, pero mi abogado lo ha logrado, y ha conseguido que el juez me conceda el arresto domiciliario.

Dexter sin poder contenerse, rompió a llorar y acto seguido abrasó a su padre. —Papá —susurró entre lágrimas.

—Lo sé —dijo Charles—. No somos tan fuertes como tu abuelo, pero somos mejores personas que él.

La noticia fue tan impactante, que ella reaccionó después de unos segundos. Se alegraba tanto por Dexter. Eran muy buenas noticias.

Todos esperaban por charles fuera de la cárcel, pero Camila no pudo salir. —¿Qué pasa? —Preguntó Dexter.

—Quiero ver a Roger, antes de salir de este lugar y no volver —dijo tímidamente.

—No es una buena idea, además, hay que solicitar una visita, él está con una celda diferente, ha sido catalogado como peligroso.

—Solicité la visita —Agregó rápidamente.

Él frunció el ceño. —¿Por qué no me habías dicho nada?

—No quería que te enojaras.

Camila vio por el cristal a Roger, no era ni la sombra del hombre que había conocido, empezando por el hecho de que prácticamente tenía todo el cuerpo tatuado, y sus ojos estaban inyectados de odio. Él la vio y sonrió. —Tú aquí —dijo de mala gana.

—Roger —dijo lentamente—. Dios, Roger —dijo sintiendo que sus ojos se llenaban de lágrimas.

Por un segundo la mirada de Roger se volvió triste, fue como si el Roger de toda la vida se hubiera asomado por una fracción de segundo, pero volvió a su mirada de odio al ver a Dexter acercarse. —No me mires con pena, hermano, te gané. Te lo quité todo, tu empresa, me acosté con tu mujer, y tu hija me llamó papá. Te gané en tu propio juego.

Dexter puso ambas manos en los hombros de Camila. —Y ya he recuperado todo lo que me has quitado, y tú estás aquí, solo.

Roger se acercó al cristal y lo golpeó con ambas manos, gritó de rabia. —Cuando salga de aquí...

—Cuando salgas de aquí —Lo interrumpió Dexter—. Si te acercas a mi familia, te voy a matar.

El guardia de seguridad esposó a Roger, mientras gritaba todas las cosas malas que les haría cuando saliera de la cárcel.