58.

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Él no le quitó los ojos de encima. —¿Qué está mal?

Camila rodó los ojos. —Ya para de preguntarme eso, estoy bien —dijo buscando algo que ponerse en el armario.

—Entonces, demuéstralo.

Ella se giró. —¿De que hablas?

Él sonrió. —Quítate la bata y duerme conmigo.

Camila abrió los ojos como platos. —¿Qué? —Preguntó sorprendida. 

—Estabas casi muerto, y ahora me pides...

—No —la interrumpió—. No te alarmes, no vamos a tener sexo, no tengo la energía para eso, tan solo ir a la habitación de lucille me costó bastante —él la miró fijamente—. Solo quiero sentirte. Déjame tocarte, déjame sentir que no me has olvidado, que todavía me quieres.

Camila respiró hondo y dejó caer la bata. Él la miró con lujuria y se acomodó entre las almohadas. —Ven con papá —dijo en un tono tan sensual, que sus pezones se endurecieron.

Eso la hizo sonreír. —No sé por qué te hago caso —dijo metiéndose bajo las sábanas con él.

Tan solo sentir su toque, su piel tibia, hizo que todo su cuerpo ardiera. Él la apretó contra él, y pasó su pierna por su estómago, descansando su mano en su trasero. Suspiró. —había extrañado esto.

Ella acarició su pecho. —Yo también —confesó tranquilamente.

Había extrañado sentir esa conexión con él. Este era Dexter. Su Dexter. No pudo evitar sentir que sus ojos se aguaban, es que simplemente no podía evitarlo, sintió que su cuerpo se tensaba y odió ser la razón de eso.

—¿Qué pasa? —Preguntó él.

Y la pregunta le resultó tan cansina. Toda su maldita vida se la había pasado contestando a la maldita pregunta. —Nada —respondió—. Solo no quiero que te hagan daño.

Su risa amarga la hizo entristecer. —¿Más daño? —Y esa pregunta no tenía respuesta.

Lo apretó con fuerza. —No me quiero volver a alejar de ti —susurró antes de quedarse dormida.

Con el paso de los días, Dexter empezó a recuperarse, hacía las cosas por su cuenta, y habían llegado a una especie de armonía. Esa mañana, después de revisar toda la nevera, decidió salir por algo de comer.

Se llevó el coche, pero trató de ser lo más discreta posible, llevaba una camiseta ancha negra, y leggins, además tenía una gorra y lentes de sol. Encontró un supermercado cerca y compró todo lo que hacía falta.

Cuando llegó a casa, vio a lucille correr hasta ella ya abrasarla con fuerza. Camila se quitó los lentes de sol y la llenó de besos. —¿Me extrañaste, corazón?

Pero antes de que la niña pudiera responder, Dexter apareció en la sala. —¿A dónde diablos fuiste?

Ella frunció el ceño. —Fui por algo de comer.

—¿Crees que estamos de vacaciones? ¿Acaso no sabes que alguien nos está buscando? ¿Por qué pones a todos en peligro?

Ella alzó las cejas ante sus gritos. —Lo siento, yo fui discreta... En verdad...

—Eso no lo sabemos —dijo alejándose—. La próxima vez que quieras hacer una estupidez así, espera a estar sola, pero no arriesgues la vida de lucille.

—¿Y qué querías? —Preguntó, caminando detrás de él—. ¿Tu maldito plan es que muramos de hambre aquí?

Él se giró bruscamente. —Las decisiones aquí las tomo yo —dijo acercándosele, ella no retrocedió, sostuvo la mirada con la de él. Entendía que estuviera enojado, pero no quería estar molesta con él—. Estamos juntos en esto —dijo ella con voz suave, prometo no volver a hacer nada sin consultártelo.

Él se quedó unos segundos mirándola, sus ojos se suavizaron, respiró hondo. —¿Quieres ver algo en la tv? —Preguntó cambiando de tema, pero ella solo negó—. Estaré en la cocina un rato —dijo alejándose rápidamente con las compras.

Sacó todo de las bolsas y se concentró en organizar. No sabía hasta cuanto más estaría atrapada en esa burbuja. Parecía ser que nada en su vida era real y duradero, se preguntaba cuándo sería el día en que sería feliz al menos diez años. Sintió el cuerpo de Dexter, pero no se giró, él la abrasó, y besó su cuello.

—No quería poner en peligro a lucille —dijo Camila con voz suave—. Lo juro.

Él besó su cabello. —Ella está bien aquí. Tu eres su mamá, yo soy su papá. Nosotros somos su hogar.

Ella cerró los ojos y asintió, pero muy en el fondo sabía que tarde o temprano todo se volvería a derrumbar.  

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D:

Continuará...

VOLVERÉ II.Where stories live. Discover now