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El hombre, el cual le había dado la espalda cuando su padre había muerto. Del cual sospechaba que había sido el culpable de su muerte. Es decir, su padre le había dicho que David estaba en negocios turbios, David llamaba mucho a su padre, pidiéndole que hiciera algo pero él se negaba.

Nunca supo lo que era porque esa noche, dos hijos de perra entraron en casa y mataron a su padre, y luego la policía alegó que había sido un robo. ¡Que maldita coincidencia!

David no fue al funeral de su padre, y días después se apareció en casa, ella era solo una niña asustada. Tan solo la miró y le dijo que la llevaría con su abuela, y ya no supo más nada de él, hasta hoy.

—Camila... —susurró fingiendo una sonrisa.

Ella sentía tanta rabia hacia él, ni siquiera podía fingir que nada había pasado, lo detestaba demasiado. —¿Qué quieres?

—¿Cómo estás?

—¿Qué quieres? —Volvió a preguntar bruscamente.

—Siento lo de tu padre, en verdad.

Ella se cruzó de brazos. —Gracias, pero necesité esa palabra hace años, eso, y también un lugar para quedarme después de que abuela muriera, y talvez algo de apoyo del único familiar que conozco.

—¿Qué querías que hiciera? Tenía negocios que atender, estuve ocupado, pero nunca dejé de pensar en ti, eres mi sobrina.

—Ya —dijo lentamente—. ¿Sabes? Nunca te he pedido nada, así que ahora te pido una sola cosa, y es que te largues de aquí.

—Tú eres mi única familia, Camila. Y ahora necesito de tu ayuda, sé que no he sido un buen tío, pero ahora necesito que olvidemos eso, y pasemos página. Necesito un lugar para quedarme por algunos días, prometo que en cuanto se calmen las cosas, me iré —Él miró a la niña—. ¿Vives con el papá de esa niña? Porque es tu hija ¿Verdad?

Tan solo escucharlo hablar le daba asco. Era increíble, después de tantos años seguía siendo el mismo avaro, egoísta, mala persona. Ni siquiera le importaba lo que le pasara, solo pensaba en salvar su pellejo. —Ese no es tu asunto —dijo bruscamente.

—La verdad es que me están siguiendo.

—¿Quién?

Él miró a los lados. —Camila, sé que no he hecho nada para protegerte nunca, pero esta vez créeme cuando te digo que no te cuento lo que pasa para protegerte, mientras menos sepas, estarás mejor. Esto es lo más sincero que he dicho alguna vez. tienes que creerme.

—David...

—Por favor, me quieren hacer daño, yo no soy buena persona, pero tú sí, ¿crees que podrás vivir si luego te enteraras de que me asesinaron? ¿Podrías cargar con ese peso? No lo hagas por mi, hazlo por tu padre.

—No te atrevas a mencionar a mi padre —dijo con dientes apretados, sintiendo que sus ojos se aguaban—. Él murió por tu culpa, y aunque no lo pueda demostrar, ambos sabemos que tú fuiste el culpable de su muerte.

David trató de acercársele, pero ella retrocedió. —Por favor, te lo estoy rogando, Camila. Si no fuera importante, no estuviera aquí.

—Te ayudaré, pero debes contarme quien está detrás de ti —él empezó a protestar, pero ella se encogió de hombros—. Es mi última oferta, tómalo o déjalo.

Él asintió. —¿Cómo me encontraste? —Preguntó Camila, curiosa.

David sonrió. —Estaba conduciendo y te vi. Estabas recogiendo a la niña del colegio —Pareció nostálgico—. Por un momento pensé que era tu madre.

Ella no se conmovió ni un poco, si lo ayudaba era por el simple hecho de que no podría cargar con la culpa si algo le pasaba, su padre se estaría revolviendo en su tumba si se enterara de que no ayudó a su tío, cuando este lo necesitó.

—Vamos, te presentaré a mi pareja —dijo, pero justo cuando iba a retroceder, notó que David perdía el color de la cara, era como si hubiera visto un fantasma.

—Demonios, él está aquí —dijo en un susurró.

—¿Quién? ¿El que te quiere hacer daño? —Preguntó preocupada.

En ese momento, Roger puso una mano en su hombro. —Hola preciosa, te estuve buscando —dijo dándole un beso en el cuello.

—Camila —dijo David nervioso—. Él es tu pareja —afirmó.

—Lo es. ¿Se conocen?

Roger avanzó unos pasos y posó su brazo en el hombro de David. —Somos viejos amigos, hemos hecho negocios en Gilleos, por cierto, tenemos algunos temas pendientes que discutir —Miró a Lucille y luego a Camila—. Espérenme en el coche —dijo pasándole las llaves—. Estaré con ustedes en un momento.

—Roger, él es mi tío y se quedará en casa por unos días, dice que alguien le quiere hacer daño.

David negó rápidamente. —No quiero causar molestias...

—Pero habías dicho que...

—Él no quiere causar molestias —la interrumpió bruscamente Roger—. Ahora ve al coche, mi amor.

Camila se quedó parada en el mismo lugar, viendo a ambos hombres alejarse. Su tío estaba demasiado nervioso, no sabía a quién había visto, pero algo lo había afectado. Había algo mal en todo esto. Algo muy malo. Y tenía la sospecha de que Roger estaba implicado. 

¨¨¨

Camila se acerca lentamente a la verdad!!!

Continuará

VOLVERÉ II.Where stories live. Discover now