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Se dio un merecido baño, pero aun estando en la habitación, sentía que no podía dormir, así que deambuló por la casa, en pijama y con el pelo mojado. Después de quince minutos, regresó a la cama. Lucille estaba sentada en medio de la cama, esperándola. Le brindó una sonrisa tranquilizadora y le señaló con sus manitas un lugar a su lado en la cama. —¿Te gusta esta casa? —Preguntó curiosa.

—¿Me vas a dejar aquí? —Preguntó la niña asustada.

Camila sonrió. —Por supuesto que no —respondió abrasándola y acurrucándose debajo de las mantas.

A mitad de la madrugada escuchó voces y pasos rápidos, saltó de la cama, y al salir vio como entraban los chicos, uno de los hombres sostenía a Roger, el cual tenía la camiseta llena de sangre. —¡Oh, dios! —Exclamó aterrada.

Lo llevaron hasta una habitación. —Estoy bien, Camila, solo fue un disparo, necesito descansar —dijo cerrando los ojos.

Lucille entró en la habitación y rompió a llorar. —Está bien, cielo —dijo Dexter tomándola de la mano, pero la niña se zafó de su agarre y corrió hasta Camila, abrasándola.

—Papá estará bien —susurró, acariciando su espalda—. ¿Por qué no vas con Dexter?

La niña negó. —Lucille —insistió—. Ve con Dexter un momento, yo me encargaré de que papi esté bien.

Al final, la niña asintió, pero aun así no tomó la mano que Dexter le ofrecía, solo caminó a su lado. Cuando quedó sola con Roger, rompió su camiseta, e inspeccionó su herida, no se veía tan mal, le habían dado algunos puntazos.

Buscó paños en el baño y limpió su pecho. Él abrió sus ojos lentamente y sonrió. —Estás aquí.

Ella respiró hondo. —Por supuesto, ¿Quién más podría estar aparte de mí?

Él posó su mano ensangrentada en su mejilla. —Lo siento por todo esto.

Ella se retiró de su toque. —Ni siquiera voy a preguntar qué diablos está pasando —dijo parándose de la cama.

Él tragó forzado. —Si Dexter hubiera sido el que hubiera estado en mi lugar, ni siquiera hubieras tenido tiempo para enojarte, hubieras estado llorando, preocupada—Hizo una pausa— Deseando que mejorara.

—Yo me preocupo por ti.

—No lo suficiente.

Ella se cruzó de brazos. —Si me vas a estar culpando por todo, no le veo el sentido a estar juntos —dijo bruscamente.

Él se paró lentamente de la cama. —¿Me estás dejando?

Ella respiró hondo. —Solo quiero que las cosas mejoren, pero no encuentro la forma de hacerlo —dijo con los ojos llenos de lágrimas—. Me acusas todo el tiempo, al parecer nada de lo que hago es suficiente para ti, y eso me está matando, ¿podrías parar de hacerme sentir como que soy la culpable de todo? Te lo suplico, Roger.

Él se quedó observándola. —No llores, Camila —dijo enjugando sus lágrimas—No me manipules con tu cara de niña perdida, corazón. No soy tan débil como piensas.

Y ella no aguantó más, no podía hacerlo. —¿Sabes qué, Roger? Yo lo intenté —declaró lentamente—. Intenté que todas las piezas rotas encajaran en este rompecabezas, te permití ser el padre de mi hija.

Él sonrió maliciosamente. —¿por qué no habrías de hacerlo? No tenías para dónde ir, ¿Cómo diablos ibas a sobrevivir? Por dios, Camila, yo fui tu mejor salida, tenía dinero y estaba loco por ti, ¿Por qué no engañar al imbécil de Roger y hacerle creer que es el maldito padre de Lucille? ¿Por qué no verle la cara de idiota y usarlo hasta que salga el parasito de Dexter de la cárcel? Admítelo Camila, solo fuiste una mujer inteligente, sin mí no serías nadie ahora mismo.

Ella frunció el ceño entre lágrimas, incapaz de creer las cosas que él le decía. —¿por qué me odias? —Preguntó en un susurro.

—Te odio porque te amo tanto, que me duele que no me quieras de la misma forma que te quiero yo, por eso te odio, Camila —Se acercó tanto que sus alientos chocaron—. Y si esto era lo que estabas esperando para que irte con Dexter sea una causa justificada —sus ojos se aguaron— Entonces adelante, estoy solo en esto, lo siento por haber querido tener algo de lo poco que siempre ha tenido Dexter —su voz se entrecortó—. Solo vete con él de una buena vez.

Camila negó lentamente. —Roger—susurró de una forma tan desgarradora—. Por favor...

Él pegó su frente contra la de ella. —Solo déjame sentirte una última vez.

—Nuestra relación... —empezó a decir, pero él negó sonriendo—. Nunca tuvimos una relación, lo sabes —dijo alejándose y tocando su estómago, el cual había empezado a sangrar— Miró hacia atrás—. Estoy en peligro, además Dexter tenía razón, no sirvo para protegerlas, de hecho, no sirvo para nada, por algo él siempre ha sido el jefe.

Ella lo ayudó a llegar a la cama y arregló su almohada. Él se dejó caer lentamente, haciendo una mueca de dolor. Ella iba a decir algo, pero en ese momento Lucille entró en la habitación y sin perder tiempo trepó en la cama y abrasó fuerte a Roger, lastimándolo sin querer.

Él gimió, pero la envolvió en sus brazos. —Estoy bien, pequeñita.

—No quiero que te pase nada, papá —dijo la niña con voz triste.

Camila no pudo evitar derramar lágrimas. Acarició la espalda de Lucille y tomó de la mano a Roger. —No dejaremos que le pase nada a papá.

Él alzó la vista y la esperanza que brilló en sus ojos fue tan intensa que hizo que su corazón se partiera en trizas. Camila le sonrió y se inclinó hasta sus labios, dándole un beso tierno. —No dejaremos que te pase nada —dijo en un susurro. 

****

Tengo una relación de amor-odio con Roger. es que no sé si estar de su lado o no!!

Continuará...

VOLVERÉ II.Where stories live. Discover now