Capítulo 3: Grullas de papel

973 69 4
                                    

CAPÍTULO

3

NATANIEL LAMBERT

4 de marzo del 2017.

Las luces del comedor eran cálidas, la habitación era espaciosa las paredes eran de un color café claro y los grandes ventanales estaban cubiertos por cortinas gruesas color gris. Una larga mesa rectangular estaba en el medio, rodeada de sillas acolchonadas, el candelabro colgaba en el techo de oro macizo hecho en el siglo XVII. Sentado en la cabeza de la mesa estaba Nataniel que ayudaba a la pequeña Alana a construir un rompecabezas. Se había dado cuenta que la niña era muy hábil memorizando imágenes, había contado los segundos y 10 segundos podían ser útiles para construir un rompecabezas con más de mil piezas desplegadas por lo ancho y largo de la mesa. Era una imagen del castillo de Marksburg, había estado ahí una vez hace tiempo atrás, aun recuerda la música de antaño y el sabor del vino derramándose por su barbilla mientras la música sonaba por todo el salón principal, en ambiente ameno fue algo cautivador, tan diferente a su hogar, tan diferente a lo que había pensando, los enormes y pomposos vestidos de las mujeres con un corsé que le hacía lucir una cintura pequeña y anchaba sus caderas. La ropa algo ajustada y muy extravagante y la peluca bien arreglada posaban sobre su cabeza que le causaba picazón en la nuca. Aun recuerda la suave mano de Victoria Volkovich y el hermoso vestido rosado que portaba, hasta las flores que adornaban sus cabellos rojizos, aun recuerda la sensación de la tela del corsé cuando su mano se aferraba a su cadera mientras danzaban por todo el salón. La forma en que los humanos se cortejaban fue lo que le pareció más cautivador, era tan emocionante a diferencia de la de su hogar que era meramente sistemática. Aun recuerda la reverencia al inicio el intercambio de miradas entre ellos y la sonrisa de Victoria cuando su rostros estaban muy cerca, aun recuerda pedirle expresamente dar un paseo por el extenso jardín de rosas y tomar una de ellas, para entregársela, recuerda acariciar su tibia mejilla y contemplar la pecas salpicadas en su rostro, con las manos entrelazadas en su espalda caminaron manteniendo una conversación amena y tranquilizante, de las mismas que gozaba tener con su hermana pequeña cuando eran pequeños.

Claro está que no era más que un simple recuerdo, como muchos otros, una simple parada y nada más. Nada de amor, nada más que un pequeño sosegó para su corazón. No podía ganarse el corazón de alguien que lo miraba como si él fuera alguien bueno, porque Nataniel Lambert se creía un monstruo. No era correcto. Alana puso la última pieza y admiraron juntos aquella imagen, le había conseguido ropas más acorde a su edad, un short overol de mezclilla y una camiseta rosa, unos tenis para sus diminutos pies y había peinado un poco aquellos rulos en su cabello que caía en cascadas, era del color de la noche, negro y los ojos de Alana era tan cautivadores como los de su hermana.

—Un gran castillo oculta miles de historias— le contaba a la pequeña—, en una fiesta un noble comerciante besó a la hija de un conde que se hospedaba esa noche y en su honor hicieron un banquete. En los jardines se ocultan las declaraciones falsas de amor y mientras los violines sonaban estridentes por todos los recónditos lados de aquella monumental extensión—narraba mientras los ojos de fascinación de Alana lo miraban con detalle, él le sonrió surcando sus labios y mostrando un par de hoyuelos.

— ¿Qué paso?—le preguntó tímidamente, Nick acarició su cabello.

—Hubo una enorme boda un año después—mintió, el conde Dimitri Volkovich murió asesinado en el castillo a manos de un mercenario que fue contratado por el dueño del castillo, la condesa y su hija Victoria terminaron en la ruina, la mujer contrajo la peste años después y falleció en un sanatorio en el suelo junto a una pila de moribundos contagiados. Victoria no la contrajo, pero años antes término siendo vendida a un burdel donde fue brutalmente abusada por cada uno de sus clientes, cuando Nick la miró toda desdichada le tendió una rosa envenenada. Había visto la suplica en sus ojos marrones, le habían dicho "mátame".

Secrets and Family (Supercorp y Sanvers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora