Secrets and Family (Supercorp y Sanvers)

Epílogo: Tess Mercer.

EPILOGO: TESS MERCER.

Para: Lucem "Lux" Danvers.

ALANA LUTHOR.

La vida apesta...eso lo pienso todo el tiempo. Normalmente cuando estoy metida en problemas, pero ¡eh! Soy una niña problemática o eso suele decir Cat cuando tiene que ir a la oficina del director para aventarle más billetes en su cara. Normalmente estoy siempre en internados en Europa, al tío Nick le gusta enviarme a Irlanda. El último internado estaba cerca de Dublín, se llamaba Saint Andrew. Paso los veranos con la tía Cat y el tío Nick, en la Toscana. Al principio nos habíamos mudado al norte de Edimburgo, pero después de un tiempo ambos querían un lugar más pacífico. Así que la tía Cat convenció al tío Nick de que nos fuéramos a Italia. Recorrimos parte de las ciudades más emblemáticas, nos asentamos en Florencia. Terminamos en la Toscana, más específico en las afueras de Montalcino. Justo en un lugar escondido de esa localidad. El tío Nick dejo su vida de criminal atrás cuando me acogió junto con Cat que traía a Carter consigo. Tenía un enorme viñedo, 55 hectáreas para ser exacto, con una pequeña granja. Vivíamos bien, sin disturbios, ni guerras. Era demasiado pacifico. Normalmente en verano me gustaba arrastrarme hacía el jardín de la casa que estaba alejada del viñedo, justo sobre una colina. Me gustaba tumbarme en el césped bajo la sombra de los árboles. Siempre tenía conmigo algún libro para matar el tiempo. Nick decía que los libros eran importantes, más los de historia. Me gusta pensar que el tío Nick se preocupa mucho por mi educación aunque a veces simplemente suele ser muy mandón "Lee esto" siempre dice cuando deja reposando sobre mi cama una pila de libros nuevos. Ahora estoy leyendo biografías de personajes griegos. Aunque en secreto guardo conmigo la Odisea de Homero (tío Nick la odia). Siempre que hablamos sobre Homero lo llama un-tipo-demasiado-desagradable. Incluso cuando luego empieza a relatar sobre la última vez que miró a Dante Alighieri a los ojos. Dice que se burló por su amor Beatrice antes de darle una última sonrisa. Siempre habla de sus encuentros con personajes icónicos de la historia como un imprevisto. Aunque a veces veo como sonríe con ese brillo en sus ojos.

Crecí muy cercana al tío Nick, porque a veces cuando sus ojos me miran no me ve como el bicho raro de ojos diferentes. ¡Duh!, por eso uso gafas de sol. Me mira como su igual, es difícil de explicar porque mi sangre se estremece cuando no esta, mis venas sienten el picor. Me siento fácilmente intranquila y es que siempre estoy intranquila. La ansiedad es parte de mí, por eso cuando los chicos bravucones vienen contra mí todos terminan con una nariz rota y yo con una amenaza de muerte del director. Lo que me causa más ansiedad, porque me hace sentir muy alerta, como si en cualquier momento los tipos en bata volverían por mí.

Pensar en los tipos en bata me resulta escalofriante, porque solo pienso en las inyecciones dolorosas y las veces en que me obligaban a mirar todas aquellas penurias, con imágenes realmente fuertes.

Tío Nick siempre suele decir que el olvido es más fácil, que simplemente me relaje porque solo estamos en este mundo para disfrutar el poco tiempo de paz. Dice que es más fácil evitar pensar el futuro y toda la mierda que nos espera, que estar todo el tiempo con ese agobio. Normalmente se sienta en la orilla de mi cama, me habla sobre su hogar. Me gusta la profundidad de su voz porque me arrulla. Es paciente conmigo, incluso cuando estoy siempre lanzándole a los perros (los líos). Me mira como si fuera todo lo que tiene, en cierta parte lo entiendo porque él es todo lo que tengo.

A veces me gusta creer que uno de estos días cuando este en casa mamá llegara. Me gusta imaginarme recostada sobre el césped con una copia del Muchacho Persa de Mary Renault. Pienso y lo anhelo demasiado. Ella atravesando las puertas de cristal que conectan con la casa, con esa sonrisa vivas y aquellos ojos verdes que me hacen sentir en paz.