Secrets and Family (Supercorp y Sanvers)

Capítulo 37: Un corto preludio.

Capítulo 37: Un corto preludio.

Maggie Sawyer.

Cuando Maggie abrió los ojos, el cielo estaba gris, nublado. El olor a carne putrefacta le hizo arrugar la nariz. No había llamas...pensaba ella mientras arrugaba las cejas. Aún estaba muy cansada y su pecho ardía al respirar. Su mano derecha estaba entumecida y su cabeza dolía levemente. La tierra mojada lodosa debajo de ella le hizo pensar que la lluvia había caído anteriormente. Estaba entumecida en el suelo sin moverse, algo confundida con el ceño levemente arrugado. Quería ponerse de pie, incluso pensó que era igual los días lluviosos de Nebraska; cuando anteriormente vivía con su familia, esos días donde marchaba con sus amigos por los terrenos baldíos en busca de un lugar donde embriagarse y fumar.

—Interesante pensamiento, veo que has despertado.

Maggie escuchó aquella voz nasal y gruesa, que era como un par de labios fríos sobre su nuca. Admiró la figura escuálida, casi famélica, la piel morena cubierta de un traje negro y un sombrero de copa que sobresalía. ¡Ese sombrero!, ¡el bendito sombrero!, Samedi le sonrió, a pesar de que la cuenca de sus ojos estuviera completamente negra y el algodón tapara los orificios nasales.

—Se supone que debo de estar en el infierno—dijo Maggie.

Aun puede sentir el ardor de la bala atravesando su cuerpo.

—Se supone que debería estar descansando mientras fumo tabaco, no cavando tu tumba—le respondió.

Samedi le dio una sonrisa que le hizo estremecer los bellos del cuerpo.

Maggie pudo ver como en un silbido entonado comenzaba a enterrar la pala contra la tierra mojada. El sonido del metal de la punta de la pala contra el suelo le hizo sentirse impotente, tanto que las lágrimas brotaban de sus ojos con demasiado esmero.

—Así que estoy muriendo.

— ¡Nah, solo me lleve tu alma para dar un paseo!—le contó Samedi.

Maggie permaneció tirada contra el fango escuchando los palazos. Era normal, los policías mueren todo el tiempo, si no es un criminal, es una posesión demoniaca que termina mal...pensaba la detective, supuso que Alex encontraría a otra chica mejor, esperaba que no fuera policía porque es más probable que muera. Quizás una directora financiera, con una hija con problemas adolescentes que tuviera doble personalidad. Quizás la segunda personalidad fuera una psicópata que buscara asesinar a Supergirl, Magia creía que las posibilidades eran ínfimas.

— ¿Cuánto tiempo vas a tardar?—preguntó Sawyer.

Pudo ver como el Barón se detenía estancando la pala contra la tierra cerca del bulto que fue formando. Talló la manga de su saco sobre su frente, como si en realidad estuviera sudando para luego caminar hacia donde estaba Maggie acostada.

—Es mi trabajo, ¿sabes?...—le dijo—, cavo la tumba para los muertos, pero cuando me apetece los puedo convertir en zombi, o incluso traerlos de vuelta a la vida. Pero ahorita no me apetece detenerme—murmuró eso ultimo volviendo a su ardua labor de cavar una tumba para la detective Maggie Sawyer.

— ¿Y si me ofrezco ayudarte?, así podemos acabar más rápido—Samedi parecía dudoso.

—La mayoría de los muertos se quejan, otros imploran piedad, ¿tú sí que eres extraña?, hasta el suicida más infeliz en su vida, llora como un animal porque lo deje vivo.

Maggie solo le dio una mirada exasperante.

Samedi suspiró haciendo aparecer otra pala estancada en el suelo lodoso.