Capítulo 17: Sentido y sensibilidad.

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  CAPÍTULO 17: Sentido y sensibilidad.

MAGGIE SAWYER.

17 de marzo del 2017.

Fue después de haber visto el helicóptero partir del helipuerto en la azotea de la torre de L-Corp cuando decidió volver la estación llevando consigo un montón de sentimientos acumulados en la boca de su estomago que enardecía como una rama de algún árbol de madera que estaba siendo consumida por el feroz fuego. Había bajado por el elevador bajo la atenta mirada de la asistente de Lena Luthor y Mike que al parecer ahora era su nuevo matón, le había dado una mirada mordaz a al chico de Daxam que tragó saliva con cierta dificultad mientras ajustaba la corbata que anudaba su cuello. Maggie siguió descendiendo por el ascensor con total encorvamiento mientras en su mente no dejaba de repasar aquel encuentro turbio con la dueña de una fortuna tan exuberante como lo era Lena Luthor incluso cuando guardaba muchos secretos que prefería mantener como simples deslices. El pequeño intercambio de palabras demostró de tal forma que aun que Lena Luthor tuviera una postura segura en su manera de contrariar sus intentos por hacerla hablar de más sobre Malloy, lo único que sabía es que no negó ni acepto la culpa de uno de las mayores atrocidades del país. Claro está que pudo percibir que la mujer tenía el miedo reluciente en sus ojos sombríos y amargos, sus respuestas eran meditadas aun que el caos que conducían su mirada bastaba para entenderlo todo, la desesperación por tapar aun crimen una mancha de suciedad en su piel que la perseguiría el resto de su vida. Maggie se subió a la patrulla con aquel mal sabor de boca en su paladar, condujo de malagana con los dientes rechinando entre miles de teorías que amalgaman su mente trastornada en aquellos últimos sucesos de ese mes. En un momento dado Maggie estacionó de un ligero frenazo, sus dedos de los pies se cernieron con tanta delicadeza pero aun con aquel inesperado pisotón. No estaba colérica, solo estaba abrumada tan abrumada que la niebla en su cabeza no se esclarecería ni siquiera por la luz del sol que provenía del cielo cubierto de nubes esparcidas por la vasta superficie azulada.

Caminó subiendo las escaleras de piedra, cruzando las puertas giratorias mientras desviaba con total hazaña a los borrachos mañaneros que despertaban en las celdas con profunda resaca y ahora salían encorvados con una pesadez sobre su cuerpo indubitable. Paso a sus compañeros que parecían mirar con recelo a un par de policías que llegaban con enorme cajas con evidencias contenidas de algunos criminales que serían trasladados a otro lugar. Pero a Maggie muy poco le importó el ajetreo que se vivía en la comisaria, ella se dejó caer contra el asiento acolchado de su pequeño cubículo con un montón de expedientes criminales y algunas que otras pruebas de sustancias encontradas en las ropas de algunas víctimas. Aspiró el amargo aroma colonia masculina y se dejo llevar por la sinfonía de voces de los policías que iban y venían mientras ella se recargaba contra el respaldo de la silla mirando hacía el monitor apagado de la computadora. Contuvo la punzada en su estomago con aquel ambiente pesado de trabajo, con aquellos tratos y artimañas de algunos colegas. La corrupción su máximo nivel cuando un hombre enfundado en abrigos caros hablaba con un delegado mientras le pasaba una discreta suma de dinero muy perceptible en sus ojos. Maggie arrugó el rostro con cierto asco, le repugnaba aquel acto, pero tampoco podía decir nada porque ella misma se estaba vendiendo a un hombre que le recordaba Gregory House. Steve Cubrick solía decirle que la justicia es comparada con una balanza una que se puede manipular a su antojo poniendo un poco de peso extra en uno de los extremos y aun aquellos fajos de dinero que eran solo tiras de papel no pesaban tanto como los cuerpos sin vida de algunas personas no se dudaba en saber que pesarían sin duda para un hombre débil de mente. ¿Pero quién era débil de mente? La respuesta siempre estaba frente a sus narices, todo el mundo podía ser corroído por unos cuantos billetes, sin contar que si querías sobrevivir a este mundo tan ambicioso tenías que tener algo para poder comprar las cosas que te sustentarían. En el mundo estaban los jugadores y luego las piezas, Maggie lamentablemente era un Peón que era movido directamente contra el enemigo sin importar muy poco los constantes latidos de su corazón.

Secrets and Family (Supercorp y Sanvers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora