Secrets and Family (Supercorp y Sanvers)

Capítulo 20: El día 14.

CAPÍTULO 20: EL DÍA 14.

Alex Danvers

13 de Mayo del 2017.

El romance nunca se me ha dado, ni siquiera sé cómo hablar de él sin meter la pata en un enorme charco de lodo. Esta historia está huyendo tan rápido de mis manos, deslizándose entre mis dedos sin poder sujetarla y atraerla de vuelta mientras otra se envuelve como una boa constrictora. Así que hablaremos del amor en diferentes facetas, primero esta ese amor que es tan orgánico, tan familiar, dos personas sujetando sus manos en la acera, una cercanía domestica, casi tan autómata. La forma en que se mueven atreves de la cocina, buscando en las gavetas, abriendo los frigoríficos, friendo en la estufa. Ese amor que llega cansado del trabajo y se quita su abrigo siendo recibido por un par de brazos amorosos que se sostienen con fuerza. Un poco de amor que te hace sentir tan bien. Un punto y aparte que te hace cambiar la línea de la historia. Un lugar seguro donde refugiarse de la tormenta que azota nuestra vida con tanta firmeza que no sabes a donde ir. Así que ahí estaba Alex Danvers dejando su chaqueta en el perchero mientras Maggie revisaba el correo en la barra de la cocina, mirando las diferentes facturas. Las luces tenues que hacía que las paredes color café del apartamento se tornaran de un color ámbar, mientras las sombras atraían la calidez y la atrapaban. Tenía una taza de té de limón humeante mientras las cansadas sombras en sus ojos le hacían ver el agotador ritmo de trabajo de los últimos días en el departamento de policías de National City. Alex dejó su pistola sobre la barra igual de su placa mientras posaba sus manos en los hombros de Maggie que le daba la espalda, besó su nuca pudiendo sentir el estremecimiento del cuerpo de la chica latina. La noche estaba cayendo lentamente con todas esas estrellas arremolinándose por firmamento mientras la Luna suplicante por amantes trágicos por cuales llorarle. Abrazó a Maggie por la espalda inundándose del perfume color coco que desprendía su cabello, la abrazó con firmeza mientras hundía su rostro en aquellas hebras negruzcas. Una sonrisa se percibió en los labios de la detective que estaba cerrando los ojos dejando que los nudos en sus músculos se desataran dejando que todo su cuerpo se relajara ante los brazos de Alex que se envolvían sobre ella encajando perfectamente. La cocina silenciosa fue testigo de aquel momento tan intimo que no sobrepasaba nada más que un tranquilizador abrazo y un sentimiento que se derretía como mantequilla en una sartén en la estufa encendida.

—Te extrañé— fue lo que dijo Alex, había despertado esta mañana envuelta en sus brazos, una ronda de besos mañaneros, un desayuno completo entre juegos, un par de minutos en el almuerzo, llamadas en medio del trabajo y un par de mensajes de texto a cada minuto. Pero era tan diferente aquel momento, era como el ojo del huracán antes que todo arremetiera fuertemente, como si estuviera sujetando la grieta de una presa evitando que gran torrente de agua se desatara. Alex había extrañado a Maggie, extrañaba las noches en el bar jugando billar, extrañaba los ligeros flirteos. Besos dulces y caricias en el costado. Con toque podía sentir como se desprendía lejos, volando alrededor de ella estaba su mente y eso le estaba abrumando, porque así era el amor, dulce y algo tan calmado como el agua en un estado tan temple.

—Mi abuela murió en febrero pero cumplía años el 15 de mayo— habló Maggie mientras un par de recuerdos vagos le llenaban el corazón con agua hirviendo. Alex besó su hombro consolándola en silencio—, Mi padre me dijo que dejara de llorar...odio decir que extraño a mi familia y que ellos no me extrañan como lo hago yo— Alex le hizo girar para encontrarse con los labios temblorosos de sus novia, la sujetó apretando sus hombros con fuerza intentando transmitir un poco de consuelo.

—Bueno, mi familia es tu familia, tu eres mi familia y espero ser también tu familia—habló con cierta torpeza sin saber que decir, pero Maggie le dio un beso corto intentando hacerle saber que aun con ese torpe comentario, era algo significativo saber que no estaría sola, en medio de recuerdos y un poco de rencores.